La conmoción de la clase política en Europa y otras regiones del mundo ante la expansión del coronavirus reanima el mercado cubano de venta de servicios médicos, pero "en ningún caso se trata de una acción concertada con la Unión Europea (UE)" para favorecer la diplomacia de batas blancas del castrismo, aseguró a CiberCuba un funcionario del aparato de Exteriores del organismo comunitario.
"Cualquier persona sensata valora y aprecia gestos en circunstancias como las actuales, pero Cuba conoce nuestra posición en derechos humanos", subrayó.
"No es momento de abrir brechas entre naciones y mucho menos con aliados, como Estados Unidos", que ha criticado a La Habana por el modo en que vende sus servicios médicos a otros países, precisó la fuente desde Bruselas.
El 26 de marzo, La Habana protestó verbalmente ante Washington por un tuit del Departamento de Estado que denunció a Cuba por "retener la mayor parte del salario que sus médicos y enfermeras ganan mientras sirven en sus misiones médicas internacionales, exponiéndolos a condiciones laborales atroces".
CiberCuba intentó este lunes obtener una reacción del gobierno norteamericano a la llegada de médicos y enfermeros cubanos a países de Europa, pero el Departamento de Estado, con la mayoría de funcionarios trabajando desde casa por el coronavirus, no devolvió nuestras llamadas.
El vertiginoso ritmo de la pandemia de COVID-19, surgida en China en diciembre pasado, y sin que consten alertas previas de organismos de Inteligencia especializados en emergencias globales, significa un reto para los estados, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Naciones Unidas; pero la "ágil reacción de La Habana, ha pillado descolocada" a la clase política internacional, reconoció el alto funcionario europeo.
Cuba ofreció sus servicios médicos especializados a España y otras naciones europeas, pero los gobiernos centrales -excepto Andorra- han esquivado la oferta cubana y han optado por que sean regiones autónomas como Lombardía, norte de Italia, y Valencia, este de España, las que gestionen contratos de asistencia sanitaria con La Habana.
La semana pasada, la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, dijo que China, Cuba y varios países europeos están compartiendo información para reforzar la lucha contra esta enfermedad, pero no aclaró si el gobierno sopesa solicitar ayuda a La Habana para que envíe personal sanitario.
“Se nos han acercado muchos países que quieren compartir su experiencia”, se limitó a asegurar la jefa de la diplomacia española, en una rueda de prensa.
"El gobierno no lo tiene fácil, está bajo una presión enorme porque están muriendo y enfermando muchas personas, pero tampoco puede abrirse totalmente al ofrecimiento de Cuba, cuando en España viven miles de médicos extranjeros, incluidos cubanos, con muy buena formación, imposibilitados de ejercer su profesión por requisitos migratorios y de homologación", dijo a CiberCuba una diputada del Partido Popular, que rehusó ser identificada.
El presidente valenciano Ximo Puig intentó mantener en secreto las negociaciones con las autoridades cubanas, pero al conocerse, este domingo, que más de 780 sanitarios de su región han contraído el coronavirus, su gabinete filtró a la prensa local las gestiones con Cuba y dijo que lo hacían para disponer de personal de apoyo cualificado a la mermada plantilla local.
El gobierno cubano mantiene su habitual hermetismo sobre el contenido y el dinero que cobra por los convenios de venta de servicios médicos a países extranjeros, que -junto con las remesas de la emigración- es su principal fuente de ingresos en divisas porque el turismo entró en crisis antes de la aparición del coronavirus.
La Habana se limita a hablar de solidaridad con el mundo y a ensalzar la calidad humana y profesional de sus sanitarios, pero evita revelar detalles de sus operaciones mercantiles, como la reciente evacuación del crucero MS Braemar, con varios infectados de COVID-19, en La Habana, y por la que habría cobrado entre cuatro y cinco millones de dólares estadounidenses, según fuentes de la Aviación Civil.
Venezuela, principal aliado y socio comercial del tardocastrismo, está al borde del colapso. El desplome de los precios del petróleo reduce notablemente los ingresos de Cuba por reventa de crudo venezolano; a lo que se suman el recrudecimiento de las sanciones de Estados Unidos y una errática política económica oficial, atenazada por el miedo a emprender reformas estructurales.
CiberCuba intentó obtener testimonios de colectivos y médicos de la isla que no pueden ejercer su profesión en España, a la que se han ofrecido para trabajar en la atención sanitaria a los enfermos de coronavirus, pero la mayoría rehusó hablar porque prefieren "no politizar" el tema.
La doctora cubana Daily Coro Bueno, que aguarda por su regulación migratoria y homologación de sus estudios de Medicina en España, recordó que la Unión Europea tiene estrictas leyes y reglas contra el trabajo forzoso, como ha sido calificada la labor que desempeñan médicos y enfermeros cubanos enviados por el gobierno de la isla al extranjero, por la Relatoría Especial sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, de Naciones Unidas.
Coro Bueno recordó que durante su trabajo como especialista en Medicina Intensiva en Venezuela (2011-2014) , el gobierno cubano se apropió del 75% de su salario.
Una fuente del Ministerio de Economía y Planificación de la isla dijo el jueves pasado a CiberCuba que en los convenios firmados para la venta de servicios médicos especializados y de urgencia a Italia, Venezuela, Nicaragua, Surinam y Belice, entre otros países, se incluyó una cláusula que establece un cobro mixto, una parte en metálico y otra en equipos e insumos médicos para afrontar el coronavirus en la isla.
En Italia, donde la brigada médica cubana fue recibida con afecto por una parte de la población, han saltado las primeras críticas a su presencia en Lombardía, por una supuesta labor de "propaganda e ideologización" y el reclamo de porqué las autoridades no han incorporado a más de 200 médicos ítalo-venezolanos a la atención de enfermos con coronavirus.
Agrupaciones de médicos venezolanos residentes en España también se han ofrecido para trabajar en la atención sanitaria a los enfermos de COVID-19, pero no han podido materializar su anhelo, pese a que el gobierno anunció que "agilizaría" la homologación de títulos de especialistas y su regularización migratoria, ante el avance de la epidemia.
Hasta el momento, el gobierno español se ha limitado a trabajar en la elaboración de una base de datos de especialistas extranjeros sin estatus legal, pero no ha iniciado el proceso de legalización de residencia y homologación.
En España, viven cinco mil médicos venezolanos, según la ONG Refugiados sin Fronteras, y están agrupados en dos asociaciones.
El proceso de homologación de títulos de médicos extranjeros en España suele durar alrededor de dos años, y -en la mayoría de los casos- incluye un curso de Médico Interno Residente (MIR) en hospitales, de unos doce meses de duración que, tras ser aprobado, abre la vía a la legalización migratoria y posteriores estudios y/o homologación de especialidades.
Regiones gobernadas por partidos y coaliciones nacionalistas radicales -como Islas Baleares- han perdido especialistas de primer nivel, algunos de origen iberoamericano, por la imposición del conocimiento del catalán o mallorquín para poder ejercer la medicina en la isla, incluso en hospitales públicos, donde el idioma oficial es el español.
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