En la República Checa parece que da resultado la medida adoptada por el gobierno para que cada ciudadano use mascarillas y frenar la propagación del coronavirus.
La campaña Máscaras para todos (#Mask4all), que impulsan las autoridades de ese país europeo, pudiera ser la causa de que se registren 4 mil 194 infectados de COVID-19, 74 curados y 56 muertes.
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Al uso masivo de mascarillas se suman otras medidas de prevención como el lavado de las manos, evitar el contacto físico y propiciar el aislamiento, como recomiendan también los organismos de salud internacionales.
Sin embargo, en la República Checa apuestan por las mascarillas al ciento por ciento y por tal razón desde el 18 de marzo decretó su uso obligatorio en todo el país, una medida que la población recibió de manera positiva y puso todo el empeño en garantizar al menos una por habitante.
El video de la campaña muestra que en solo 3 días se puede proveer de mascarillas a 10 millones de personas, una idea a la que se sumó no solo la población sino también la industria de ese país.
La Organización Mundial de la salud recomienda que las mascarillas solas no tienen todo el efecto de prevención y control de la enfermedad. Incluso algunos estudios demuestran que un mal uso o confección de estos medios puede no tener el efecto deseado, por tanto deben acompañarse del resto de medidas que se sugieren.
El video por su parte demuestra que un elevado número de micropartículas, que poseen el virus que provoca la enfermedad de COVID-19, quedan atrapadas en el tejido de las mascarillas que de manera artesanal se fabrican en muchas partes del planeta y que se distribuyen en su mayoría de manera gratuita.
En Cuba el uso de mascarillas se volvió una medida de protección recurrente por parte de la población, que al no recibir aún la orden de confinamiento obligatorio, debe continuar su ritmo de vida habitual, hacer colas, salir al espacio público y socializar con otros cubanos para diferentes gestiones.
Desde que el país comenzó a tomar medidas a favor de impedir la propagación de la enfermedad, las autoridades incitaron a la población a confeccionar sus propias mascarillas. Los medios de prensa incentivan su uso e incluso los principales dirigentes y funcionarios aparecen constantemente en la televisión pública y la prensa oficialista haciendo uso de ellas.
Sin embargo, hasta no hace mucho su uso llegó a ser cuestionado al interior del país, sobre todo cuando la rectora de una de las universidades de ciencias médicas de la isla obligó a uno de los estudiantes a quitarse la mascarilla durante una conferencia en un teatro lleno de alumnos.
Posteriormente la ministra de Educación de Cuba, Ena Elsa Velázquez, dijo que en las escuelas cubanas no se prohibía el uso de mascarillas, siempre que se cumplieran las indicaciones del Ministerio de Salud Pública y de los organismos internacionales.
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