Coronavirus en Italia: tener los anticuerpos podría determinar quién se queda en casa o sale a trabajar

Funcionarios de salud italianos y algunos políticos analizan la posibilidad de un marcador de inmunidad.

Desinfección en Venecia por el coronavirus © Twitter
Desinfección en Venecia por el coronavirus Foto © Twitter

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Este artículo es de hace 4 años

Un escenario que parece sacado de una película de ciencia ficción es el que anuncian las recientes medidas sobre el coronavirus en Italia, uno de los países más golpeados por la pandemia.

Según un reportaje publicado en el diario The New York Times, funcionarios de salud italianos y algunos políticos analizan la posibilidad de un marcador de inmunidad para cuando toque decretar gradualmente el regreso a la normalidad.


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Tener los anticuerpos correctos contra el virus en la sangre (es decir, demostrar que ya ha pasado la COVID-19 y se encuentra inmunizado) podría determinar quién regresa a trabajar y quién sigue, por el momento, encerrado en casa.

Según el Times, en este caso el debate se ha adelantado a la ciencia. Los investigadores no están totalmente seguros de que los anticuerpos de hecho indiquen inmunidad. Pero eso no ha impedido que los políticos bajo una presión cada vez mayor para abrir economías y evitar inducir una depresión económica generalizada, manejen la idea de diferenciar a los ciudadanos.

El presidente de la región nororiental de Véneto ha propuesto una "licencia" especial para los italianos que poseen anticuerpos que muestran que han tenido y derrotado el virus. El ex primer ministro, Matteo Renzi, un liberal, ha hablado sobre un "Pase COVID" para los no infectados.

El primer ministro Giuseppe Conte aseguró que aunque el confinamiento se mantiene, el gobierno ha comenzado a trabajar con científicos para determinar cómo enviar de vuelta al trabajo a las personas que se han recuperado.

El debate sobre cómo reabrir empezó la semana pasada en Italia. Tras la devastadora cifra de 15.362 muertos por el virus (hasta el sábado), otros países como España, Gran Bretaña y Estados Unidos, donde el contagio aún está en alza, miran el "caso italiano" en busca de soluciones a futuro

Italia fue el primer país europeo en anunciar una cuarentena nacional, que comenzó el 9 de marzo. El número de enfermos y fallecidos se mantuvo al alza durante más de dos semanas. La tasa de nuevas infecciones apenas se desaceleró esta semana, cuando el sábado se registraron 4,800 casos nuevos, bastante menos que en las últimas semanas

Funcionarios y médicos de emergencias empiezan a coincidir en un optimismo cauteloso. Pero la economía sigue siendo un serio problema.

El debate sobre una fuerza laboral basada en anticuerpos ha colocado una vez más a Italia en la desafortunada vanguardia de las democracias occidentales que luchan contra el virus, así como sus incómodas elecciones éticas y sus consecuencias inevitables.

Los científicos en Italia, al igual que sus contrapartes en Alemania, Estados Unidos, China y otros países, ya están estudiando si los anticuerpos serían una fuente potencial de protección o inmunidad contra el virus.

El gobierno británico ha planteado la idea de "pasaportes de inmunidad", aunque todavía está luchando por completar incluso pruebas de hisopos para obtener una instantánea precisa de los niveles actuales de infección.

Una medida como la que estudia Italia sólo es posible si el virus ha estado presente el tiempo suficiente en la población para proporcionar amplios datos de anticuerpos.

Italia, debido a su exposición temprana y generalizada al virus, tiene la oportunidad de conocer cómo funciona el virus y las propiedades biológicas que lo protegen.

Un reciente análisis de sangre realizado a 60 habitantes del pueblo de Castiglione d'Adda, Lombardía, que supuestamente no habían sido contagiados revelaron algo preocupante: de ellos, todos asintomáticos, 40 dieron positivo. Las cifras reales de la pandemia, entonces, podrían ser mucho mayores de lo que están informando las autoridades y los medios.

La próxima semana, la región del Véneto planea comenzar a recolectar 100,000 muestras de sangre de personas en toda la región, primero de miles de trabajadores de la salud y luego empleados públicos, para estudiar en los laboratorios los anticuerpos de las personas que tienen el virus y los que se han curado.

Es en esa región italiana donde la búsqueda de la estrategia de anticuerpos es más intensa. Con su gran cantidad de recursos, consultores de alto perfil y presencia biotecnológica, el Véneto puede estar en una posición única para influir en la conversación global y proporcionar información al resto del mundo.

El Véneto también tiene un perfil genético relativamente homogéneo, que puede facilitar la investigación. Después del brote, se realizó una prueba de coronavirus hisopo a 3.000 personas, incluidas las personas sin síntomas.

Eso ayudó a eliminar un brote, y ahora los funcionarios planean llevar a cabo pruebas de anticuerpos y secuenciación del genoma en toda la población para tratar de detectar patrones sobre quién era susceptible al virus y quién no.

Esos resultados, que se esperan para dentro de tres o cuatro meses, tal vez podrían arrojar luz sobre por qué algunos permanecieron asintomáticos mientras que otros se enfermaron, y por qué hay zonas de la población más propensas que otras a contraer la enfermedad.

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Ernesto Hernández Busto

Periodista y ensayista cubano. Fundador del sitio Penúltimos Días.


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