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El presidente Donald Trump reveló los esfuerzos de su gobierno para proteger la salud mental de la población de Estados Unidos ante la devastadora crisis del coronavirus.
Durante la sesión informativa en la Casa Blanca para informar sobre la situación del coronavirus, el mandatario advirtió que a los padecimientos físicos provocados por la pandemia en miles de estadounidenses, se suman los efectos emocionales propios del aislamiento social y la incertidumbre ante la suerte de sus seres queridos.
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"No sólo el virus ha infligido un inmenso sufrimiento físico a muchas personas, sino también mental y emocional. Aunque nos mantengamos físicamente separados, ningún americano está solo y estamos todos juntos unidos en esta batalla", dijo Trump, acompañado por el miembros de su administración y expertos del grupo especial de la Casa Blanca que enfrentan la epidemia.
La Casa Blanca recordó que permanece habilitado un número telefónico para asistir a los necesitados y también se puede enviar un mensaje de texto para comunicarse con un consejero capacitado. Las personas pueden llamar al de 1-800-985-5990 o comunicarse por TalkWithUs con el código 66746.
El presidente relató que horas antes había sostenido una conversación con cientos de líderes y promotores de la salud mental para discutir la labor vital que están haciendo a lo largo del país.
"Fue una llamada muy interesante... La salud mental es un gran factor en esta lucha", añadió.
La pasada semana Trump anunció que el gobierno federal compensará los gastos de los hospitales y proveedores de atención médica que brinden tratamiento a pacientes con coronavirus sin seguro médico, utilizando el paquete de ayuda económica de 2.2 billones de dólares que el Congreso aprobó a finales de marzo. La atención a la salud mental podría calificar para cierta asistencia a personas durante la crisis.
Las preocupaciones del presidente sobre el tema emergieron en una jornada caracterizada por noticias nada alentadoras para los estadounidenses ante el avance del coronavirus.
El jueves el Departamento de Trabajo anunció que la cifra de desempleo escaló a 16 millones de personas, un récord histórico que solo tiene referencias en la Gran Depresión que azotó al país en 1929.
Las estadísticas de la enfermedad llegaron a 467.000 contagiados y más de 16.600 muertos en la nación americana. Nueva York, epicentro de la pandemia alcanzó los 799 fallecidos en un solo día en medio de una desenfrenada proliferación de cadáveres a la espera de un espacio para ser sepultados.
Ante un panorama tan desolador, con medidas adicionales de confinamiento, los casos de desestabilización emocional en las personas y en los hogares se han multiplicado. Poco antes de destaparse la pandemia, la tasa de suicidios en Estados Unidos ascendió a 14 por ciento por cada 100.000 habitantes.
"Este es un momento muy difícil para todos los estadounidenses y no olvidaremos a quienes necesitan apoyo en materia de salud mental", dijo Trump.
También aprovechó su presentación para exaltar el comportamiento del sistema sanitario, y agradeció a los médicos y a "todos los héroes de desde la primera trinchera luchan por salvar vidas estadounidenses".
"El sistema médico continúa funcionando más allá de nuestras más altas expectativas, recordándonos que Estados Unidos está bendecido con el cuidado de la salud más avanzado y con los trabajadores de la salud más capacitados en cualquier parte del planeta", dijo. "Otros países están observando lo que estamos haciendo".
Refiriéndose a las cifras de enfermos y fallecidos en el país, Trump mencionó que Estados Unidos está en "la cima de la curva de contagio", pero señaló que ya han comenzado a darse señales de que la mitigación está teniendo efecto.
"En algunos casos, ya hemos comenzado ese proceso", señaló Trump, que insistió en la necesidad de reabrir la economía en una fecha próxima, aunque declinó ofrecer un cronograma para el retorno a la normalidad.
Consideró que pudiera ser una reapertura gradual, por regiones o estados menos impactados por la epidemia, siempre a partir del análisis conjunto de su administración con los expertos de salud y los gobernadores de cada región
"Odias decirlo en voz alta porque de repente las cosas no suceden, pero creo que lo haremos más pronto que tarde", afirmó el presidente.
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