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El primer ministro británico Boris Johnson abandonó este domingo el Hospital St Thomas, en Londres, donde estuvo ingresado una semana tras ser diagnosticado de coronavirus.
Johnson, de 55 años, dio positivo al coronavirus el pasado 29 de marzo y su estado fue involucionando hasta que debió ser internado el 5 de abril. Al día siguiente fue trasladado a cuidados intensivos y allí permaneció hasta el jueves 9 de abril.
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“Siguiendo el consejo de su equipo médico, el primer ministro no regresará de inmediato al trabajo. Desea agradecer a todos en St Thomas por la brillante atención que ha recibido”, dijo un portavoz del funcionario.
El líder conservador, que no podrá reincorporarse aún a su puesto en Downing Street, partió hacia Chequers, la residencia de verano del primer ministro, donde debe continuar su recuperación.
Desde allí, publicó un video en su cuenta de Twitter en el que dio las gracias al personal sanitario por salvarle la vida y admitió que la enfermedad pudo haber evolucionado “para un lado o para otro”.
“Es difícil encontrar las palabras para expresar mi deuda con el Servicio Nacional de Salud por salvarme la vida. Los esfuerzos de millones de personas en todo el país para quedarse en casa valen la pena. Juntos superaremos este desafío, como lo hemos hecho en el pasado”, precisó.
En su alocución, Johnson extendió además su reconocimiento a limpiadores, cocineros y al resto de trabajadores de la institución.
También su prometida Carrie Symonds, embarazada de seis meses, agradeció en la red social al Hospital St Thomas, al que calificó de increíble.
“Nunca, nunca podré pagarle y nunca dejaré de agradecerle”.
“Hubo momentos la semana pasada que fueron muy oscuros. Mi corazón está con todos aquellos en situaciones similares, preocupados por sus seres queridos”, añadió en un segundo tuit.
El primer ministro ha sido muy criticado por demorar la adopción de medidas de aislamiento social como vía para frenar el coronavirus, mientras la mayoría de los países de Europa ya habían establecido una cuarentena y decretado el cierre de la mayoría de las actividades no esenciales.
El 12 de marzo pasado advirtió que muchas más familias verían a sus seres queridos morir por el coronavirus. Su principal asesor científico anunció que Gran Bretaña probablemente llegue a tener unas 10 000 personas infectadas.
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