En la Villa Panamericana de La Habana denuncian los usuarios colas kilométricas para comprar alimentos, detergente, productos de higiene o lo que sea. Estas colas se han vuelto habituales y aunque intentan mantener la distancia social, la mayoría de las veces no lo consiguen.
Las colas son el espacio de socialización por excelencia en Cuba y no paran ni siquiera en tiempo de coronavirus, cuando se supone que las aglomeraciones y la interacción social deberían evitarse.
Los cubanos no tienen otra opción que hacer colas a lo largo y ancho de toda la isla, porque la mala distribución de los productos, unida a la escasez de estos, hace que cualquier cosa tenga una alta demanda allí donde aparezca.
El trovador Pedrito Beritan, usuario de la red social Facebook, también denunció las largas colas que se hacen en su barrio invitando a quién dude del hecho, a realizar allí un censo de población.
“El que quiera hacer un censo de los pobladores de la villa panamericana que venga a la cola del detergente de la tienda panamericana La Maya. Esto es bueno porque así conoces a la gente del barrio. 3 cuadras de cola”, expresó.
Se reportan colas similares a estas de la Villa Panamericana, en todas las provincias del país. Cualquier cosa puede generarlas, pero se hacen especialmente para adquirir productos de aseo, ya sea jabón, papel sanitario, pasta de dientes y también para adquirir alimentos.
El primer lugar en el motivo de las colas de toda Cuba, lo tiene el pollo. Aunque se vende en divisas, es una de las carnes más buscadas, particularmente ahora pues forma parte de uno de los platos de la gastronomía cubana esenciales ante un catarro, la sopa de pollo.
El pollo se ha convertido en la única carne a la que la gente en Cuba puede acceder. Para conseguirlo se hacen colas durante horas y se paga la libra a un precio considerablemente alto si se compara con el salario medio que gana la población cubana.
La carne de cerdo está desaparecida según explican muchos cubanos y cuando la encuentras en el mercado negro está "muy cara la libra".
Uno de los aspectos más interesante que se reflejan en estas colas es la cantidad de personas mayores de 65 años que se observan en ellas. Esta es la población más vulnerable frente al coronavirus, pero parecen no entender la gravedad de esta enfermedad.
La mayoría de los casos diagnosticados de coronavirus en Cuba son asintomáticos, por lo que cualquiera podría ser portador del virus y contagiarlo. Esta situación se vuelve especialmente sensible en una cola donde todos parecen estar sanos, pero quizás alguno no lo esté.
Otra de las cosas que se ha visto en las colas recientes en La Habana es que todos los ciudadanos llevan nasobuco, pues en el país se ha dictado la obligatoriedad de su uso. Esta medida, aunque frena el contagio no es suficiente para evitar una infección con coronavirus, sobre todo si se emplea mal dicho accesorio.
Algunas provincias ha comenzado incluso a normar la venta de productos en divisa para evitar acaparamiento. Sin embargo, muchos ciudadanos aseguran que las colas en Cuba continuarán en tanto el gobierno cubano sea incapaz de gestionar esta crisis con los alimentos de otras maneras.
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