HONG KONG, 6 mayo (Reuters) - Mientras Washington y Pekín discuten por la pandemia del coronavirus, una disputa de largo plazo entre las dos potencias del Pacífico llega a un punto de inflexión, en la medida en que Estados Unidos despliega nuevas armas y estrategias en un intento de cerrar la gran distancia que le separa de China en cuanto a misiles se refiere.
En las últimas décadas, Estados Unidos ha permanecido en gran medida pasivo mientras China ampliaba considerablemente su poder de fuego. Ahora, tras haberse librado de las limitaciones de un tratado de control de armas de la época de la Guerra Fría, el gobierno de Donald Trump está planeando desplegar misiles de crucero de largo alcance que se lanzan desde tierra en la región de Asia y el Pacífico.
El Pentágono tiene la intención de armar a sus infantes de marina con versiones del misil de crucero Tomahawk, que ahora llevan los barcos de guerra estadounidenses, de acuerdo con las solicitudes de presupuesto de la Casa Blanca para el año 2021 y el testimonio en el Congreso en marzo de altos mandos militares estadounidenses. Además, está acelerando las entregas de sus primeros proyectiles antibuques de largo alcance en décadas.
En declaraciones a Reuters sobre los últimos pasos de Estados Unidos, Pekín instó a Washington a "ser prudente en palabras y obra" y a "dejar de mover piezas de ajedrez en la región" y a "dejar de tensar sus músculos militares en torno a China".
Los movimientos de Estados Unidos están dirigidos a contrarrestar la abrumadora ventaja de China en misiles de crucero y balísticos en tierra. El Pentágono también pretende reducir la ventaja de China en lo que los estrategas llaman la "guerra de alcance".
El Ejército Popular de Liberación (EPL), el ejército chino, ha acumulado una enorme fuerza de misiles que en su mayoría superan a los de Estados Unidos y sus aliados regionales, según altos comandantes estadounidenses y asesores estratégicos del Pentágono, que han advertido de que China tiene una clara ventaja en estas armas.
En un cambio radical de táctica, los infantes de marina (Marines) unirán fuerzas con la Armada de Estados Unidos para atacar a los buques de guerra del enemigo. Unidades pequeñas y móviles de los marines, armadas con misiles se convertirán en asesinos de barcos.
En un conflicto, estas unidades se dispersarán en puntos clave del Pacífico Occidental y a lo largo de la llamada primera cadena de islas -que va desde el archipiélago japonés, a través de Taiwán, las Filipinas y hasta Borneo, rodeando los mares costeros de China-, dijeron los comandantes.
Altos mandos militares estadounidenses explicaron las nuevas tácticas al Congreso en marzo, en una serie de audiencias sobre el presupuesto.
El comandante de la Infantería de Marina de Estados Unidos, el general David Berger, dijo a la Comisión de Servicios Armados del Senado el 5 de marzo que pequeñas unidades de marines armadas con misiles de precisión podrían ayudar a la Armada de Estados Unidos a obtener el control de los mares, particularmente en el Pacífico Occidental.
"El misil Tomahawk es una de las herramientas que nos va a permitir hacerlo", dijo.
El Tomahawk -que adquirió fama por primera vez durante la Guerra del Golfo de 1991- ha sido llevado en buques de guerra estadounidenses y utilizado para atacar objetivos terrestres en las últimas décadas. Los infantes de marina podrían probar el misil de crucero hasta 2022, con el objetivo de ponerlo en funcionamiento al año siguiente, dijeron altos comandantes del Pentágono.
Al principio, un número relativamente pequeño de misiles de crucero terrestres no cambiará el equilibrio de poder. Pero el cambio enviaría una fuerte señal política de que Washington se prepara para competir con el enorme arsenal de China, según altos estrategas de Estados Unidos y otros países occidentales.
A largo plazo, un mayor número de estas armas combinadas con misiles similares japoneses y taiwaneses supondrían una seria amenaza para las fuerzas chinas, dicen. La mayor amenaza inmediata para el Ejército de Liberación Popular viene de los nuevos misiles antinaves de largo alcance que ahora están en operación en los aviones de ataque de la Armada y la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
"Los estadounidenses están recuperándose con firmeza", dijo Ross Babbage, ex alto funcionario de defensa del gobierno australiano y ahora académico no residente del Centro de Evaluaciones Estratégicas y Presupuestarias, un grupo de investigación de seguridad de Washington.
"Para 2024 o 2025 existe un serio riesgo para el Ejército de Liberación Popular de que sus desarrollos militares queden obsoletos", añadió.
Un portavoz militar chino, el coronel mayor Wu Qian, advirtió en octubre pasado de que Pekín "no se quedaría de brazos cruzados" si Washington desplegaba misiles terrestres de largo alcance en la región de Asia y el Pacífico.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China acusó a Estados Unidos de apegarse "a su mentalidad de Guerra Fría" y de "incrementar constantemente el despliegue militar" en la región.
"Recientemente, Estados Unidos ha empeorado, intensificando su búsqueda de la llamada 'estrategia indopacífica' que busca desplegar nuevas armas, incluyendo misiles de alcance intermedio lanzados desde tierra, en la región de Asia-Pacífico", dijo el ministerio en una declaración a Reuters. "China se opone firmemente a eso".
El portavoz del Pentágono, el teniente coronel Dave Eastburn, dijo que no comentaría las declaraciones del gobierno chino o del EPL.
(Reporte adicional de redacción de Pekín Editado en español por Javier López de Lérida)
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