Italia superó este viernes las 30.000 muertes por coronavirus, y se convirtió en el tercer país del mundo en reportar esa trágica cifra durante la pandemia.
En las últimas horas se reportaron 243 nuevos decesos que elevaron el total de fallecidos en el país transalpino a 30.201, informó la Agencia de Protección Civil.
De acuerdo con la fuente, los decesos habían disminuido ligeramente desde los 274 reportados el día anterior, sin embargo, ya rozaban la triste estadística.
Solamente Estados Unidos y Gran Bretaña tienen más fallecidos que Italia, que ha registrado dramáticos episodios durante la crisis sanitaria, como las noticias que circularon en marzo sobre algunos hospitales de Lombardía, que -a falta de respiradores mecánicos- debieron elegir a cuáles pacientes salvar.
Los nuevos contagios oscilan, actualmente, entre 1.400 y 1.300 por día.
Este viernes se confirmaron 1.327 nuevas infecciones, poco menos que las 1.401 del jueves.
Con esta cifra, el total de casos confirmados desde el inicio de la pandemia en ese país subió a 217.185, también considerada la tercera más alta en el mundo, por detrás de Estados Unidos (con 1.271.775 pacientes) y España (con 221.447).
Protección Civil afirmó, además, que al menos 100.000 pacientes se han recuperado del COVID-19. En el último día recibieron el alta médica otros 2.747; y hay 87.961 casos activos en la actualidad, 1.663 menos con respecto al jueves.
A pesar de las estadísticas, el lunes Italia comenzó a flexibilizar algunas medidas adoptadas durante la crisis para reanimar su lastimada economía.
Las autoridades pidieron cambios graduales mientras los casos de coronavirus pasaron los 3,5 millones a nivel mundial y las muertes se acercaron a un cuarto de millón.
Por ejemplo, la nación transalpina relajó las normas del encierro que duró casi dos meses y es considerado el más largo de Europa, y permitió que unos 4,5 millones de personas regresaran a trabajar.
El lunes se escuchaban en las calles de Roma ruidos de automóviles, buses y motocicletas, pero el tráfico era notablemente menor que antes de la crisis sanitaria.
Las personas parecían estar adaptadas al uso de guantes y nasobucos, y quienes estaban en las calles seguían las pautas de distanciamiento social.
Países como España, Nigeria, Azerbaiyán, Malasia, Israel, Túnez y Líbano también flexibilizaron algunas prohibiciones, y reabrieron fábricas, sitios de construcción, parques, peluquerías y bibliotecas.
Por su parte, Estados Unidos, el país más afectado por la epidemia de COVID-19 en el mundo, dio a los gobernadores la facultad de abrir los estados, por lo cual casi la mitad hicieron aperturas parciales de sus economías el fin de semana.
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