Yadira León Bermúdez, una licenciada en Farmacia que abandonó la misión médica en Venezuela, denunció el tratamiento que da el gobierno cubano a los profesionales, a quienes llama "desertores", y contó que tras ser repatriada a Cuba estuvo 2 años y 3 meses indocumentada dentro de su propio país.
En una directa a través de Facebook de la página "No somos desertores, somos cubanos libres", la joven relató su amarga experiencia tras dar la espalda al convenio de colaboración.
Afirmó que la ley de repatriación y reincorporación laboral de médicos que han 'desertado' de las misiones, de la que presume Cuba, no se cumple.
La profesional llegó a Venezuela en 2015 como parte de una brigada médica, y a los dos meses decidió abandonar la misión. Relata que a la semana de esos hechos funcionarios de Colaboración del Ministerio de Salud acudieron a su vivienda en Cuba y le dijeron a su mamá que ella podría regresar y conservar su puesto de trabajo cuando quisiera.
León Bermúdez decide irse a Colombia, pero allí le niegan la visa, por lo que permanece ilegal 3 meses, hasta que emprende un viaje más largo, por tierra, hacia Estados Unidos.
Sin embargo, fue detenida en la frontera con Panamá, devuelta a Bogotá y de ahí deportada hacia La Habana, en un vuelo donde casualmente también viajaba su mamá, que se encontraba de visita en Colombia.
Cuenta la especialista en Farmacia que al llegar al Aeropuerto de La Habana las trataron muy mal. "Mi mamá y yo estuvimos 10 horas detenidas en un cuarto donde nos gritaron, me cuestionaron por haber abandonado la misión y me quitaron el pasaporte y el carné de identidad", explicó.
De inmediato, comenzó su proceso de repatriación, pero estuvo 2 años y 3 meses sin sus documentos, y sin poder reincorporarse a trabajar, porque el Ministerio de Salud no emitía la carta autorizándola a reanudar sus funciones en el policlínico donde laboraba.
En el programa transmitido por Facebook y conducido por la periodista Annarella Grimal, se conocieron otros testimonios, como el de la doctora Nora Paloma, que se encontraba cumpliendo misión en Venezuela cuando abandonó su contrato.
Esta especialista rechaza rotundamente la prohibición del gobierno cubano contra los médicos que abandonan las misiones, la cual les impide regresar al país en un plazo de 8 años.
Paloma relata que pudo ir a Cuba a los 5 años gracias a una visa humanitaria para ver a su abuela que se encontraba en estado crítico de salud.
Milagrosamente la anciana se recuperó de una complicada neumonía, pero para sorpresa de Paloma, su abuela había debutado con una demencia senil y no la reconoció.
"Nos robaron 5 años de abrazos, de besos, porque mi abuela es todo para mí", dijo visiblemente afectada.
"La tumba de mi madre estuvo 5 años sin flores, exhumé sus restos y los deposité en el mar", expresó e hizo mención de otros colegas que tienen en la isla a hijos o familiares ancianos que posiblemente ya no vuelvan a ver.
"Muchos médicos tienen muchas tumbas por visitar y no pueden hacerlo", recalcó.
Desde España, donde vive actualmente, Paloma hace campaña por la derogación de la imposición que prohíbe a los médicos que han dejado sus misiones en el exterior visitar el país durante 8 años.
Otra doctora, Elizabeth de la Vega, se pregunta sobre esa regulación: ¿por qué no puede regresar si no debe nada al gobierno cubano?.
"Qué debo, si estuve 5 años en Venezuela, 2 años en Brasil, y me pagaron una miseria y el resto iba a las arcas del estado cubano. Creo que pagué con creces", aseguró.
Asimismo, Surizaday Fernández, que participaba en el programa "Mais Médicos" en Brasil cuando Cuba decidió romper el convenio "por miedo a que los profesionales de la isla pudieran revalidar sus títulos y quedarse con el 100% del salario que pagaba el gigante sudamericano", narró que ella decidió quedarse en ese país en un limbo migratorio y sin trabajo.
La doctora, que ahora vive en Estados Unidos, afirmó que el régimen cubano se quedaba con el 75% del salario que pagaba el gobierno brasileño por cada médico.
Por su parte, Ramón Martínez, un médico que ha cumplido misión desde 1989, dijo que tanto las misiones internacionalistas como los convenios de cooperación médica pagada siempre han sido un proceso turbio en el que los profesionales se involucran a ciegas.
Desde octubre de 1989 hasta 1992 el galeno cumplió misión en Guinea Bissau sin contrato.
Históricamente Cuba ha mantenido en silencio los pagos que recibe por concepto de prestación de servicios médicos en el extranjero. Muchas veces las cifras se obtienen gracias a la información proporcionada por las naciones que contratan a los galenos.
Recientemente, la prensa sudafricana reveló que Cuba cobrará a ese país el equivalente a 23 millones de dólares norteamericanos por atención a pacientes y asesoramiento epidemiológico durante el coronavirus.
Los médicos que participan en estas misiones deben regresar obligatoriamente a la isla para recibir la mayor parte de sus salarios, cuyas cifras no coinciden, son hasta 75% inferiores a lo que pagan las naciones por cada profesional.
Aquellos que se arriesgan y abandonan los convenios son sancionados por el gobierno cubano, que les prohíbe regresar a la isla durante los siguientes 8 años.
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