El gobierno cubano reclamó este martes a Estados Unidos una investigación exhaustiva sobre los presuntos vínculos del atacante de la embajada de Cuba en Washington con una institución religiosa, líderes políticos y activistas del sur de la Florida que mantienen una postura de hostilidad contra el régimen de la isla.
"Emplazo al gobierno de Estados Unidos a explicar qué sabe sobre esos vínculos, qué conoce de los contactos y admiración mutua entre [el atacante] Alexander Alazo Baró e individuos que pertenecen a agrupaciones que apoyan al actual gobierno de Estados Unidos, pero que también incitan constantemente a la violencia y el odio contra Cuba", afirmó el canciller Bruno Rodríguez Parrilla durante una conferencia de prensa en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX).
El canciller cubano exhortó al Secretario de Estado, Mike Pompeo, a indagar sobre esos asuntos y aseveró que si hubo odio en la acción de Alazo Baró es "resultado directo de la política y del discurso agresivo del gobierno de Estados Unidos contra Cuba, y de la permanente instigación a la violencia de políticos estadounidenses y grupos extremistas anticubanos".
Alazo Baró permanece bajo custodia de las autoridades estadounidenses tras perpetrar un ataque armado con un fusil AK-47 contra la sede diplomática cubana en Washington el pasado 30 de abril. El detenido tiene prevista una audiencia preliminar de fianza ante un tribunal federal este jueves.
Sin embargo, no se presentaron pruebas documentales ni testimonios de las supuestas conexiones del asaltante con grupos violentos o personalidades cubanoamericanas, y todo se remitió a referencias a lazos indirectos a través de las redes sociales.
En su intervención ante la prensa nacional e internacional, Rodríguez Parrilla relacionó contactos del asaltante con la Iglesia Doral Jesus Worship Center, en el noroeste de Miami, y su pastor Frank López, así como con un residente de Miami llamado Leandro Pérez, quien es amigo del atacante y se ufana de promover acciones de magnicidio contra Raúl Castro Ruz y el gobernante Miguel Díaz-Canel.
Agregó que a esa iglesia de la ciudad de Doral, en Miami-Dade, "se aproximan y reúnen regularmente personas con conocidas conductas a favor de la agresión, la hostilidad , la violencia y el extremismo contra Cuba", y dijo que el pastor López y Alazo Baró mantenían constante seguimiento a través de Facebook.
Rodríguez Parrilla afirmó que López mantiene "estrechas relaciones" con el senador Marco Rubio y el congresista Mario Díaz-Balart, de quienes se mostraron fotos durante la presentación ante la prensa.
También mencionó y presentó imágenes del pastor con el ciudadano venezolano Carlos Vecchio, aunque sin mencionar que se trata del embajador venezolano en representación del presidente encargado Juan Guaidó ante Estados Unidos.
"Es obligación del gobierno de Estados Unidos aclarar qué influencia ejerció en la conducta de Alazo Baró el sentimiento y la acción agresiva contra Cuba que se promueve en el Doral Jesus Worship Center, de Miami, qué papel pueden haber desempeñado los individuos mencionados en la decisión de Alazo Baró de abrir fuego contra la embajada de Cuba", señaló el funcionario.
En una declaración enviada a la prensa, el pastor López dijo que la Iglesia Doral Jesus Worship Center es un lugar con las puertas abiertas para todo aquel que quiera adorar y buscar comunión con Dios, sin importar ideales políticos, y confirmó que Alazo Baró asistió a esa institución en 2018.
"Referente al señor Alexander Alazo, lo único que sabemos es que asistió por varios meses a nuestra iglesia en el 2018. Luego supimos que se había mudado de la ciudad. Lamentamos mucho la situación por la que está pasando Alexander y su familia ahora mismo, y los tenemos presentes en nuestras oraciones", manifestó el líder religioso.
La oficina del senador Rubio envió un mensaje a CiberCuba desestimando la implicaciones lanzadas por el régimen cubano.
"No es la primera vez, ni creo que la última, en la que la dictadura ataca o culpa al senador de algo. Lo importante es que vivimos en un país democrático, donde las autoridades competentes están investigando el hecho en cuestión", dijo Laura Ortiz, portavoz del senador cubanoamericano. Rubio había condenado el ataque horas después de producirse a través de su cuenta de Twitter.
Pero el recuento de personalidades políticas presuntamente asociadas al centro religioso de Doral incluyó también al vicepresidente estadounidense Mike Pence, quien visitó el lugar en febrero de 2019 y, antes, había pronunciado allí un discurso que el canciller calificó de "franca hostilidad contra Cuba" y de "desprecio hacia América Latina".
En relación con el ciudadano cubano Leandro Pérez, quien dice conocer y apreciar al atacante, Rodríguez Parrilla aseguró que a sus incitaciones al magnicidio de dirigentes cubanos se suma la instigación por las redes sociales a atacar con drones a La Habana.
Pérez se burló con un video simulando que estaba atemorizado por las acusaciones del gobierno cubano y respondió en Facebook que Alazo y su familia son amigos de él, "pero eso no nos hace cómplices de nada". Y agregó: "Yo más feliz y seguro en mi Fe, mi familia y en el país donde Dios me puso".
La denuncia añadió que Pérez ha usado también las redes sociales para respaldar al activista Ramón Saúl Sánchez, a quien el canciller calificó de terrorista. Sánchez, líder del Movimiento Democracia, está bajo amenaza de deportación por las autoridades estadounidenses.
"Es absurdo, porque yo no sé quién es Leandro Pérez", dijo Sánchez a CiberCuba. "Él es una de las 17 mil 500 personas que firmaron online la petición para que no me deporten, pero nunca he tenido el más mínimo contacto con él... Esta denuncia resulta un insulto a la inteligencia".
Rodríguez Parrilla dijo que Alazo Baró utilizaba un perfil en Facebook bajo el nombre de Hamilton Alexander, un personaje histórico, en el cual compartía mensajes de contenido marginal con incitaciones abiertas a la violencia contra funcionarios diplomáticos en Estados Unidos.
La alusión tocó al rapero cubano Michael Marichal, residente en Miami, quien es un crítico radical del régimen castrista y se ha pronunciado en contra de los músicos que evitan la política para no perder privilegios en Cuba.
Rodríguez Parrilla mencionó además que en el perfil del artista se observan vínculos con los autores de los actos de profanación de bustos de José Martí, ocurridos dentro de Cuba en fecha reciente. La acción fue asumida por una organización autodenominada Clandestinos.
"Es obligación del gobierno de Estados Unidos investigar a fondo, con precisión, cuáles son los vínculos, las conexiones de Alazo Baró con grupos e individuos dentro de Estados Unidos con una trayectoria conocida de manifestaciones de odio y de instigación a la violencia, e incluso al terrorismo contra Cuba", reafirmó el canciller.
Además, pidió aclaración a Washington por imágenes de personas que apenas horas después del ataque se acercan y fotografían la embajada de Cuba, entre ellos Yoaxis Marcheco Suárez y Mario Félix Leonard Barrós, a quienes calificó de "asiduos participantes en actos de hostigamiento contra los diplomáticos cubanos".
Las críticas del régimen cubano repitieron que el gobierno de Estados Unidos y su Departamento de Estado han optado por silenciar la acción armada de Alazo Baró.
"No se ha producido ninguna declaración pública de condena a este hecho ni de rechazo a un acto terrorista. Ante una situación de esta gravedad, es necesario denunciar el silencio cómplice del gobierno de Estados Unidos", señaló Rodríguez Parrilla.
Alazo Baró, de 42 años, emigró hacia México con una visa religiosa en 2003 y cuatro años después se refugió en Estados Unidos tras cruzar la frontera por la zona de Texas. En la presentación a la prensa se informó que había viajado en ocho ocasiones a Cuba hasta 2015 y que recibió asistencia consular sin ninguna dificultad en su relación con las autoridades cubanas.
Los reportes de la investigación policial indican que había recibido evaluación médica y tratamiento siquiátrico en semanas recientes, y tenía un comportamiento sicótico, asegurando que era perseguido por la Seguridad del Estado y organizaciones criminales del gobierno cubano.
La fiscalía federal lo acusa por atacar con violencia a funcionarios e instalaciones extranjeras, dañar intencionalmente la propiedad de un gobierno extranjero y usar indebidamente un arma no registrada. De ser hallado culpable pudiera enfrentar una condena de hasta 15 años de cárcel.
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