El cadete saudí que mató a tres marineros estadounidenses e hirió a otros en un ataque terrorista en 2019 en una base militar en Pensacola, Florida, estaba asociado con la organización terrorista Al Qaeda,según anunciaron este el lunes el Departamento de Justicia norteamericano y el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés).
Mohammed Alshamrani, miembro de la Real Fuerza Aérea Saudí que había estado entrenando en la Estación Aérea Naval de Pensacola se habría comunicado con agentes de Al Qaeda la noche anterior al tiroteo, precisaron los investigadores, que descubrieron la conexión con Al Qaeda después de que el FBI consiguiera romper la encriptación que protegía los iPhones del atacante saudí.
La información que pudo sacarse de los dispositivos fue usada para llevar a cabo una reciente operación antiterrorista en Yemen, aseguraron el fiscal general William Barr y el director del FBI Christopher Wray en una conferencia de prensa.
Alshamrani, miembro de la Real Fuerza Aérea Saudí que había estado entrenando en la Estación Aérea Naval de Pensacola, fue abatido por la policía durante el ataque.
Los funcionarios aseguran que sus vínculos con el AQAP eran significativos y comenzaron en 2015.
El ataque del año pasado marcó un hito importante en la lucha contra el terrorismo de los Estados Unidos: desde el 11 de septiembre, ninguna organización terrorista extranjera había realizado con éxito un ataque mortal en los Estados Unidos.
Los funcionarios norteamericanos también aprovecharon la rueda de prensa para criticar a Apple por negarse a ayudar a los investigadores a entrar en los teléfonos del terrorista. Wray dijo que el FBI no había recibido "ningún tipo de ayuda" de Apple y que la solución desarrollada para los teléfonos de Alshamrani "no es una solución para nuestro problema más amplio con Apple", dijo Wray, calificándola de "aplicación bastante limitada".
Por su parte, Barr calificó de "gran decepción" la negativa de Apple de ayudar a los investigadores.
"Apple ha tomado una decisión comercial y de marketing: diseñar sus teléfonos de manera que solo el usuario pueda desbloquear el contenido sin importar las circunstancias. En casos como este, donde el usuario es un terrorista, o en otros casos donde el usuario es un criminal violento, un traficante de personas, o un pedófilo, la decisión de Apple tiene consecuencias peligrosas para la seguridad pública y la seguridad nacional y, a mi juicio, es inaceptable ", dijo Barr.
En respuesta, Apple emitió un comunicado el lunes donde dicen que la compañía no cree en crear un acceso especial a sus dispositivos para el gobierno debido a preocupaciones de seguridad. "No creemos en la creación de una puerta trasera, una que haga que cada dispositivo sea vulnerable a los malos actores que amenazan nuestra seguridad nacional y la seguridad de los datos de nuestros clientes", aseguró la empresa.
Alshamrani fue "meticuloso" en su planificación, dijo Wray, y había estado coordinando "planificación y tácticas" con los operativos de la organización terrorista antes del ataque.
El terrorista también habría escrito un "testamento final para explicarse" que estaba guardado en su teléfono. El testamento fue luego publicado cuando AQAP se atribuyó el ataque, dijo Wray.
El Departamento de Justicia calificó previamente el ataque como un acto de terrorismo motivado por la "ideología yihadista". Alshamrani había colgado publicaciones antiamericanas, antiisraelíes y yihadistas en las redes sociales, incluida una en el aniversario del 11 de septiembre, que decía "la cuenta atrás ha comenzado" y otra dos horas antes del ataque que hacía referencia a las palabras de un clérigo de Al Qaeda.
Durante un tiroteo de 15 minutos, Alshamrani disparó a una foto del presidente Donald Trump y de un ex presidente e hizo declaraciones que criticaron a los militares estadounidenses en el extranjero, dijo el FBI.
En febrero, la Casa Blanca anunció que Qassim al-Rimi, el líder del AQAP, había muerto en un ataque aéreo en Yemen. Barr no dijo si la segunda operación antiterrorista contra uno de los asociados de AQAP tenía relación con el cadete saudí, aunque aseguró que estaba "muy satisfecho" con los resultados de la operación.
Ningún otro cómplice ha sido acusado en el tiroteo, y Barr dijo a principios de este año que los investigadores no habían encontrado evidencia de que ninguno de los amigos del tirador o otros cadetes de Arabia Saudí tuvieran conocimiento previo de que Alshamrani iba a atacar la base.
Según el secretario de Defensa, Mark Esper, como medida posterior al ataque, el Pentágono “ordenó que se detuviera toda la capacitación operativa de los Estudiantes Militares Internacionales en las instalaciones de EE.UU.” y aseguró que se estaban revisando “todos los procedimientos de verificación y seguridad” para los programas.
Nuevas restricciones siguieron al ataque después de una visita de Esper en enero pasado a Pensacola, tales como limitar el uso de armas en las bases militares del país, la entrada a estas instalaciones, “nuevos estándares de capacitación y educación sobre detección y denuncia de amenazas internas”, entre otras.
Aun así, dijo el Pentágono, EE.UU. mantiene la voluntad de continuar con la cooperación con sus socios en el mundo: “para contrarrestar las amenazas del terrorismo internacional y proteger nuestra libertad”.
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