El congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart y el líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), José Daniel Ferrer, conversaron el pasado martes vía Internet acerca de la grave crisis económica que atraviesa el país, el acoso del régimen a la oposición y la respuesta del gobierno ante la pandemia de coronavirus.
Justo el día en que se conmemoraba el aniversario de la muerte en combate de José Martí, Díaz-Balart quiso mostrar públicamente su apoyo al disidente cubano, quien el pasado 3 de abril fue excarcelado por el régimen, tras más de seis meses de injusta prisión en las cárceles de la isla.
El diálogo, que duró algo más de 30 minutos, fue transmitido en directo vía Facebook por el Instituto Republicano Internacional, una organización no gubernamental de Estados Unidos asociada a dicho partido.
Desde su casa en Santiago de Cuba, donde cumple una condena de cuatro años y medio en reclusión domiciliaria, José Daniel Ferrer se refirió a la incidencia del coronavirus en la isla, asegurando que el régimen sabe muy bien cómo generar un estado mental de que supuestamente “todo está bajo control, lo que está muy lejano a la realidad”.
“La población no lo cree, porque mientras hablan de que hay que evitar las aglomeraciones de personas, que hay que mantener el distanciamiento social, la población sabe que todos los días hay que levantarse y hacer largas filas…”, recalcó.
El activista denunció las dificultades que enfrenta la ciudadanía debido a la escasez generalizada y al alto precio de los alimentos y los productos de higiene, los cuales ahora son más necesarios que nunca para evitar el contagio del virus.
“La crisis se agrava de día en día y tememos que termine convirtiéndose en una tragedia de alcance nacional, que incluso pueda dar lugar a que cientos de miles de cubanos desesperados se echen al mar en cualquier tipo de embarcación con la intención de llegar a costas de los Estados Unidos”, precisó.
Ferrer describió la situación de los hospitales como de “bastante deficiente” y culpó de ello al gobierno cubano, por su desatención al sistema de salud nacional mientras envía misiones médicas a otros países, solo con el fin de aprovecharse económicamente de la pandemia.
“Está el problema de que el régimen se empeña en vender servicios médicos, trabajo esclavo de los profesionales de la salud a otras naciones y se aprovecha de la situación actual con la pandemia a nivel mundial para brindar, ofrecer ese producto que tan rentable le resulta a la tiranía, porque pagan unos kilos al médico y la tiranía se queda con la mayor parte de los ingresos que provienen de esos países”, denunció.
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