Carta abierta de Erich Concepción a Donald Trump

Erich Concepción se compromete a apoyar a Trump en la reelección si ayuda a los cubanos que están varados en México.

Donald Trump y Erich Concepción. © Collage con Flickr / The White House y Facebook
Donald Trump y Erich Concepción. Foto © Collage con Flickr / The White House y Facebook

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Este artículo es de hace 4 años

El humorista cubano y activista Erich Concepción escribió una carta abierta al presidente de Estados Unidos Donald Trump. En ella le pide que rescate a los cubanos varados en la frontera con México a la espera para poder llegar a reunirse con sus familiares y amigos en Miami y otras ciudades estadounidenses.

"Señor Presidente, los cubanos que están en la frontera y su destino, serán claves para su reelección. Si usted hace lo que yo y todos los que apoyamos esta carta le pedimos, tenga por seguro, que como deuda, haré campaña en favor de su reelección y los familiares y amigos que sufren por sus seres queridos en la frontera, igualmente le darán el voto", afirmó Concepción.


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Hace unos días Concepción también dirigió una carta abierta a los dirigentes de Cuba: el gobernante designado Miguel Díaz-Canel, y al ex mandatario Raúl Castro.

CiberCuba reproduce a continuación el texto íntegro.

"Señor Presidente, quiero agradecer su felicitación a los cubanos por el día de su Independencia el 20 de Mayo. Quien le escribe, es parte de la comunidad de cubanos en Miami. Una comunidad sufrida e ilusionada desde hace 60 años, con las continuas promesas de todos los presidentes que han pasado por la Casa Blanca, de ayudar a los cubanos a conseguir su libertad, pero solo buscando los votos en torno a las elecciones, como en este caso. Nunca le había visto a usted recordar el día de nuestra independencia y me sorprende que lo haga ahora, solo que tengo alguna salvedad que hacer.

Señor Presidente, los cubanos no apoyan a nadie que busca restricciones que desde antaño, solo afectan al pueblo de Cuba. Los cubanos no apoyamos a nadie que intente separar a nuestras familias, más de lo que lo ha hecho el régimen de la isla. Los cubanos estuvimos ilusionados con la llegada de Internet, el surgimiento de los negocios privados y el reencuentro de la familia cubana. Tanto estuvimos ilusionados, que la dictadura tembló y se agudizó la represión por miedo a que se les fuera de las manos.

Pero sucede Señor Presidente, que alguien cercano a usted, se encargó de dinamitar la única luz de cambio posible, volviendo a las políticas ya fracasadas una y otra vez.

Hace 30 años que "nuestro día, ya viene llegando". Ahora, la canción es más corta y aún no tiene música, ahora, la canción es "El Cambio es Ya". Pero yo, que ya no suelo vivir de ilusiones, me remito solo a la práctica y a los hechos. El cambio, ese que usted dice querer para nosotros, no puede ser posible, cuando usted, paga una inmensa suma de dinero a la dictadura por cada hermano nuestro deportado a Cuba, sin importar su destino, persecución o vida finada. Nunca se imaginó, que el país de la libertad, clavara un puñal en el corazón de quienes reclamamos libertad y derechos y huimos del mismo lugar de donde huyeron nuestros mayores, por la imposibilidad de ejercer nuestros derechos patrios.

¿Cómo puede usted felicitar a 25 mil cubanos que lloran en la frontera, presas del del desespero, la inseguridad, la extorsión y la muerte, para a su vez, esperar que caigan en sus manos y deportarlos, pagando altas cifras al bolsillo directo de Raúl Castro? ¿Quién da oxígeno a la dictadura con esta actitud, Señor Presidente?

Restringir envíos de dinero a nuestra familia, a nuestros ancianos y a nuestros niños, a nuestros padres, no es dar oxígeno a la dictadura, es no permitir que los nuestros mueran, mientras es usted quien mantiene a la dictadura, negociando el dolor de quienes huyen de ella.

Creo que usted no entiende algo que le ocultan. En Miami, el voto a usted nunca le ha favorecido, en Miami ganaron y ganarán los demócratas, porque usted no ha hecho nada en favor de los cubanos. Usted ha restringido nuestro encuentro con la familia y se ha negado a recibir a nuestra familia en la frontera, que huyen del flagelo del comunismo.

Pero puede usted cambiar las cosas. Dígale a Marco Rubio que le haga bien el cuento. Dígale, que algunos hagan bulla en Miami, con coritos de odios, la inmensa mayoría de cubanos observamos callados y sufriendo esta realidad y no vamos a votar por quien nos da la espalda. Las felicitaciones se agradecen, pero se necesitan hechos.

Firme usted una orden ejecutiva, que permita a los cubanos poder entrar ordenadamente y con el rigor y los filtros necesarios, para que puedan abandonar la frontera de México en los próximos tres meses y para que no haya efecto llamada, póngase en una cláusula, que solo será posible el paso a los cubanos que ya están registrados en frontera, o que puedan demostrar que están en México antes de la orden ejecutiva que usted pronuncie. No dé más las espaldas a una situación de humanidad extrema.

Señor Presidente, los cubanos que están en la frontera y su destino, serán claves para su reelección.

Si usted hace lo que yo y todos los que apoyamos esta carta le pedimos, tenga por seguro, que como deuda, haré campaña en favor de su reelección y los familiares y amigos que sufren por sus seres queridos en la frontera, igualmente le darán el voto.

América, será grande otra vez, cuando rescate su amor por quienes buscan su libertad y mantendremos a América Grande cuando hayamos rescatado la altura de los valores que se esfuman impunemente. No Señor Presidente, en el muro que usted quiere levantar, no puedan quedar excluidos los cubanos, que tanto amor han dado a este país y que han sido capaces de construir con mucho sudor y esfuerzo, una de las ciudades más importantes del mundo: Miami.

Yo, confío en que alguien le hará saber de esta carta y con ella, mi compromiso de contribuir a su reelección, si cumple usted con la entereza de no dejar abandonados a los nuestros. Ellos, no serán carga pública, ellos todos tienen familia y amigos en Estados Unidos y tenemos una ley, que en un año, les dará un estatus legal, para contribuir trabajando y haciendo mucho más fuerte este país.

Con mi palabra empeñada, espero reaccione usted a mi petición, mientras pido a Dios que ilumine su dura misión al frente del país.

A la espera, me despido, pidiendo a Dios le bendiga y bendiga a los Estados Unidos de América.

Viva Cuba Libre, Independiente y Democrática.

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