El Ministerio del Interior frustró una iniciativa promovida por cubanos en Estados Unidos y otras partes del mundo para donar dinero a la población del municipio Majagua, en la provincia de Ciego de Ávila, con el propósito de contribuir a paliar la crisis por la pandemia de coronavirus.
La propuesta surgió hace aproximadamente un mes, cuando salieron a la luz imágenes de las continuas colas a la entrada de los mercados cubanos, para adquirir alimentos o cualquier otra mercancía que habitualmente escasean y provocan esas penosas aglomeraciones.
Un grupo de cubanos en el exilio decidió entonces recaudar dinero y hacerlo llegar en particular a la comunidad avileña de donde proceden, contó a CiberCuba el cubano residente en EE.UU. Arisney García.
“En un primer momento, la idea era reunir esos fondos y entregárselos a la iglesia bautista de Majagua, para que desde esa institución pudieran ayudar a las personas necesitadas y así se trató de realizar. Yo llegué a comunicarme con el pastor de la iglesia y con la tesorera de la misma, de modo que funcionara bien todo”, dijo.
Los representantes de la congregación religiosa accedieron a respaldar la iniciativa sin poner trabas, pero unas horas después la tesorera llamó a la madre de García para comunicarle, en nombre de la iglesia, que no podrían recibir el dinero por temor a verse implicados en desavenencias políticas con las autoridades.
“Como yo, que estaba a cargo de la recaudación, vivo en EE.UU. y tengo una postura crítica contra las injusticias del régimen, creyeron que eso podría tener repercusiones y se negaron a cumplir con una tarea humanitaria”, explicó García.
Ante la negativa de la iglesia, los cubanos a cargo de la donación prefirieron hacerla llegar directamente a las personas, sin involucrar a ninguna institución, pasando el dinero a los familiares en la isla para que ellos se encargaran de distribuirlo.
En tal sentido tendrían en cuenta las necesidades de cada familia y personas en la comunidad, de forma que los fondos se repartieran entre los más vulnerables por su estado de salud y aquellos con mayores dificultades económicas.
“Recogimos a finales de mes algo más de 1 200 dólares, que convertidos en pesos cubanos era una suma de 30.000. A 500 pesos cubanos por familia, hubiéramos podido ayudar a más de 50. Estamos hablando de un pueblo pequeño, no de una gran ciudad”, expuso.
“De todos modos era como una prueba a ver qué se conseguía, si funcionaba, para después continuar apoyando a las personas que atraviesan este mal momento”, enfatizó.
García supo que varios de los que se habían animado a participar desde Cuba fueron visitados por la Seguridad del Estado. Al cabo, confió la tarea a su madre, de 65 años. Ella se ocuparía de distribuir el dinero recaudado.
La idea era pasarlo de manera directa y no por la vía de Western Union que cobraría un impuesto sobre el envío y finalmente se perdería una suma de dinero que no llegaría a sus destinatarios. Por lo tanto, García pensó que la mejor solución era que la madre tomara del dinero que él tenía ahorrado en la casa de Majagua, una cantidad igual a la recaudación que ya estaba a su alcance en EE.UU.
Dos semanas atrás, la madre de García y otros conocidos suyos comenzaron a repartir el dinero a los casos que conocían en el municipio, después de que la propia mujer visitara a trabajadores sociales y organismos para saber cuáles eran los habitantes más vulnerables en la comunidad, información que le fue negada en cada ocasión.
“Las personas luego querían agradecer a quienes habían hecho la donación, pero en ningún momento se les pidió que dijeran abajo Fidel, Raúl o Díaz-Canel. Solamente queríamos entregarle el dinero como ayuda humanitaria”, dijo García.
La recaudación vino de cubanos residentes en países como Ecuador, España, Italia e incluso naciones en África, que se solidarizaron con la causa. “Donaban 3, 5 u 8 dólares, lo que podían, porque además todos estamos afrontando la crisis de la pandemia”, indicó.
El régimen supo de las muestras de agradecimiento y los audios donde se escuchaban a las personas emocionadas por la ayuda de buena voluntad. En consecuencia, las autoridades citaron a un interrogatorio a la madre de García, quien además de tener una edad avanzada, presenta varios problemas de salud como hipertensión y múltiples afecciones en los huesos.
En la tarde del lunes fue interrogada durante una hora por dos oficiales, los cuales estaban interesados en conocer la procedencia de los fondos y aseguraron que en el país existían fundaciones encargadas de hacer donaciones. La madre de García dijo que la iniciativa consistía, justamente, en que ninguna representación del Estado interviniera, y le negaron de modo categórico que volviera a distribuir el dinero.
De acuerdo con García, las autoridades ahora acosan a su madre con el fin de que desista de repartir las donaciones y, por otro lado, amenazan con tomar represalias en contra de su hermana, la cual trabaja en un mercado de la cadena CIMEX, que pertenece al conglomerado empresarial del ejército, GAESA, dirigido por el exyerno de Raúl Castro.
“En Cuba todo pertenece al gobierno”, subrayó.
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