El presidente norteamericano Donald Trump fue llevado brevemente al búnker subterráneo de la Casa Blanca durante las protestas del pasado viernes, informaron funcionarios policiales a medios estadounidenses.
El viernes por la noche, mientras una multitud de manifestantes se congregaba frente a la sede presidencial en Washington, D.C., Trump permaneció en el búnker secreto al menos una hora, informó el diario The New York Times. Otras fuentes familiarizadas con el asunto aseguraron a la cadena CNN que la primera dama Melania Trump y su hijo, Barron, también fueron llevados al refugio de emergencia.
Diversas fuentes policiales familiarizadas con el protocolo de seguridad confirmaron que la situación de la Casa Blanca se elevó a Alerta Roja, nivel que prevé que el presidente y su familia sean trasladados al Centro de Operaciones de Emergencia, como ha sucedido en casos previos de amenaza terrorista.
Además de las protestas multitudinarias, un incendio tuvo lugar en H Street NW, a una cuadra de la Casa Blanca, y se propagó al sótano de la Iglesia Episcopal de San Juan, la icónica "iglesia de presidentes" donde acabó sofocado por los bomberos. La alcaldesa Muriel E. Bowser ordenó el toque de queda en la capital después de la 11 pm y la sede presidencial apagó momentáneamente varias de sus luces exteriores, ofreciendo una imagen de desolación y abandono que ha sorprendido a los reporteros y manifestantes.
Trump permaneció enclaustrado en la Casa Blanca, enviando algunos mensajes en Twitter como "LEY Y ORDEN!" donde criticaba a los demócratas por no ser lo bastante duros y atribuyendo la protesta a los izquierdistas radicales.
El domingo por la noche, la Casa Blanca advirtió a los empleados que debían ir a trabajar hoy lunes para que ocultaran sus pases de seguridad hasta llegar al punto de control de entrada monitoreado por el Servicio Secreto. También se recomendaba ocultarlos luego de la salida, según un correo electrónico citado por CNN.
El sábado, Trump elogió al Servicio Secreto por su manejo de las protestas, dijo haberse sentido seguro y sugirió que perros y armas esperaban tras las puertas. Sin embargo, tuvo palabras duras contra el alcalde demócrata de la ciudad y planteó la posibilidad de que sus partidarios se reunieran esa noche en lo que equivaldría a una contraprotesta.
La multitud que se agolpó el viernes frente a la sede presidencial consiguió mover las barreras de metal y trató de empujar a los agentes equipados con escudos antidisturbios. El Servicio Secreto reemplazó continuamente las barreras durante la noche a medida que los manifestantes se las llevaban.
Algunos policías tuvieron que alejarse con lo que parecían ser heridas leves. En un momento, los agentes respondieron a los agresivos empujones y gritos usando gas pimienta contra los manifestantes.
La protesta, que comenzó el viernes alrededor de las 10 p.m. ET, fuera de la Casa Blanca, se calmó durante la madrugada del sábado. Cuando la multitud disminuyó, los agentes del Servicio Secreto pudieron expandir el perímetro y las barreras alrededor del Parque Lafayette frente a la sede presidencial.
Se realizaron seis arrestos durante las protestas, confirmó el Servicio Secreto en un comunicado el sábado por la tarde.
Miles de norteamericanos han salido esta semana a las calles en más de 20 ciudades de EE.UU. para protestar por la muerte a manos de la policía de Minneapolis de George Floyd, un afroestadounidense de 46 años.
Las protestas se desataron luego de que se difundiera un video donde se ve a Floyd con dificultades para respirar en el piso, mientras un policía blanco le presiona el cuello con la rodilla.
Muchas de las protestas han terminado en saqueos y actos violentos, a pesar de que las autoridades han establecido toques de queda para intentar controlar la situación.
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