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Fernando Rodríguez Álvarez tiene dos apellidos comunes y una obra singular que descubrí hace varios años a través de una entrevista que le hizo a Víctor Mesa. Recuerdo haber pensado que aquellas cuartillas retrataban al ‘32’ mejor que todo lo que se había escrito antes sobre él, y recuerdo que puse ese nombre (el de los apellidos comunes) en mi lista de autores respetables en el ámbito del béisbol insular.
Con el tiempo, alguien puso en mis manos un ejemplar de su biografía de Cheíto Rodríguez, “Pase Usted Señor Jonrón”, y aplaudí el gesto reivindicativo de sus páginas con una de esas chispas emotivas que no se apagan nunca. Tanta era mi devoción por Cheo, y tanto mi rencor por la injusticia que lo había defenestrado...
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Desde entonces, este Licenciado en Derecho encontró espacio en el pequeño altar de historiadores de la pelota nacional. Había dado el batazo de su vida: el libro de marras significaba el punto de inflexión en una carrera que después apuntaló con volúmenes sobre Antonio Muñoz y Armando Capiró, además de una serie de valiosos estudios en torno a otras figuras esenciales en el pasatiempo del strike.
Dicho esto, Pase Usted, Hombre de Béisbol...
A tu juicio, ¿qué elementos golpean más duro a las Series Nacionales de estos tiempos, y qué se podría hacer para salvarlas?
-Esta es una pregunta harto complicada; para responderla puedo ser extremadamente extenso o muy parco. Preferiré lo segundo: todos los factores habidos y por haber en Cuba afectan a la Serie Nacional y al béisbol en general, pues el país hasta socialmente ha cambiado muchísimo y está sumido en una crisis sin retroceso de la que no escapa nuestro querido deporte nacional.
“Para mejorarla ya no basta con que hagan un torneo único de seis equipos. Tiene que haber un cambio radical y abrirse realmente al mundo profesional. Solo así podríamos recuperar lo perdido, aunque ello tomaría algunos años”.
Pero los jugadores de Series Nacionales cobran (mal, pero cobran) por jugar a la pelota, así que técnicamente ya están profesionalizados desde hace mucho tiempo...
-En Cuba cada vez son menos profesionales en todo lo relacionado con el béisbol. El término Profesional no solamente apunta a que cobren por jugar pelota aunque sean pésimamente pagados y hasta los tengan emplantillados en centros de trabajo bajo el subterfugio legal de la Licencia Deportiva. PROFESIONALIZAR va mucho más allá, y es algo que no creo vayan a hacer por el momento...
Compárame, cualitativamente hablando, los campeonatos cubanos de hoy con los que se jugaron entre 1980 y 2000.
-No hay comparación entre el béisbol jugado en Cuba desde los 70 hasta fines de los 90 -que es en mi opinión la etapa dorada de la pelota de Series Nacionales-, con lo observado desde la primera década del 2000 hasta ahora. Creo que se ha tocado fondo del 2013 a la actualidad. El béisbol cubano de hoy no goza de buena salud, más allá de figuras individuales que estén jugando en Grandes Ligas o los poquísimos de calidad que juegan en la Nacional.
“En aquellas tres décadas, además de un gran profesionalismo desde la base y como parte de toda aquella pirámide deportiva y recursos dedicados al deporte, se logró un alto nivel y te diría que había torneos y equipos con nivel Triple A y fácilmente más de un centenar de figuras con clase, condiciones o talento para jugar en Grandes Ligas.
“Los campeonatos cubanos y en especial las Selectivas de seis equipos tenían mucha categoría, y aunque los peloteros estaban encerrados jugando entre ellos (y luego iban a aquellos torneos internacionales) alcanzaron un óptimo nivel que creo solo era claramente superado por el béisbol de Grandes Ligas norteamericanas y japonesas. Pero eso fue, repito, en aquellos tiempos. Y ni hablar de los equipos Cuba que se confeccionaban; inclusive se llegaron a tener tres equipos nacionales con gran nivel.
“Todo eso murió, es parte del pasado. Ahora cualquiera juega 25-27 Series y hasta los 45 años de edad. Se bajó mucho el nivel, no hay rigor competitivo y todas esas estadísticas de 1997 a la fecha hay que mirarlas con lupa y haciendo el análisis correspondiente del momento histórico y factorial.
“Hace mucho tiempo hay un solo torneo largo de 16 equipos, cuando sobran más de la mitad de los mismos. Si a eso le sumamos los retiros masivos, la eliminación de las Selectivas, el mal trabajo en la base, las injusticias a niveles provinciales y nacionales que acabaron con la carrera de grandes figuras, y la lógica y justificada fuga de peloteros para tratar de llegar al béisbol profesional desde que lo hiciera René Arocha en 1991..., entenderemos cómo se llegó al estado actual”.
¿Consideras humillantes los últimos resultados del equipo Cuba, o piensas que son solo las predecibles consecuencias del cierre de un ciclo?
-Los fracasos del equipo Cuba desde el 2010 (aunque ya se veía venir desde el 2006-2007), sin dejar de ser humillantes para el orgullo del fanático que todavía siente eso profundamente, no son más que el resultado lógico del total desastre y destrucción al que han llevado al béisbol cubano. En el béisbol de Cuba no se cumple aquello de “que todo tiempo futuro tiene que ser mejor”. Muy por el contrario.
¿Crees que hay crisis en el béisbol cubano actual?
-Por todo lo dicho anteriormente y por mucho más que no cabría en una entrevista, opino que hay CRISIS TOTAL del béisbol en Cuba. Y es muy triste porque la pelota es parte indisoluble de la cubanía. No soy pesimista, sino realista. El mal va siendo hasta antropológico, pues ya ni los jóvenes (en un gran porcentaje) gustan del béisbol.
Hay quienes piensan que eres un fanático ciego de los equipos y peloteros del centro del país. ¿Es cierto eso?
-Para nada. El que afirme eso es muy fanático o es poco serio. Los equipos de mis mayores afectos beisboleros son precisamente de la antigua provincia Las Villas, pero disto mucho de ser un fanático ciego. Hay muchísimos colegas que viven del giro y narran o vierten estados de opinión en diferentes medios de prensa dentro y fuera de Cuba que son abiertamente industrialistas; en pocos casos se comportan con ética profesional en ese sentido. También los hay totalmente parcializados con Pinar del Rio y Santiago de Cuba. Pero como no vivo de la narración o prensa deportiva tengo derecho de decir públicamente cuál es la región de mi preferencia.
“Cuando he hecho alguna afirmación categórica sobre un pelotero villareño siempre ha sido desde un punto de vista totalmente deportivo, profesional y tomando en cuenta la real calidad del o los peloteros en cuestión. Para darte una selección de equipos ideales, por ejemplo, me baso en ese análisis objetivo; ahora bien, también como aficionado tengo preferencias, por eso muchas veces he dado dos equipos: el objetivo y el de mi preferencia personal.
“Mi afición por los equipos villareños es un fenómeno de fácil explicación, pues cuando empecé a ver pelota la mayoría de los mejores bateadores y peloteros de posición de Cuba eran precisamente de Las Villas. A eso hay que añadirle que soy hijo, nieto, sobrino y primo de villareños de las tres provincias y por ambos troncos familiares (paterno y materno). Siempre hago el medio chiste que traté de ser de Industriales y de Ciudad Habana en Selectivas pero no pude, eso está en uno intrínseco, no se puede imponer, y los equipos capitalinos o de otras regiones no me llenaban del todo. Soy nacido y criado en La Habana y habanero a mucha honra, aunque sea un habanero-villareño. Nunca fui Anti-Industrialista, por ejemplo, que es otra cosa muy distinta.
“Y te digo, desde muchacho aparte de seguir equipos, seguí a figuras. Por eso te puedo mencionar a muchas de esas figuras que no son peloteros villareños y forman parte de mi panteón de peloteros preferidos, como Luis Giraldo Casanova, Pedro Medina, Rogelio García o Jorge Luis Valdés”.
Ya que hablaste de selecciones ideales, ¿cuál es la tuya en la historia de las Series Nacionales?
-Nunca me han gustado los absolutismos y por tanto tampoco esos Todos Estrellas. Pienso que algo así debe hacerse por decenios o incluso quinquenios, y con dos hombres por posición. No obstante, como no soy de temores, te doy el equipo por el que me inclino dese el punto de vista integral: catcher; Pedro Medina; primera base, Antonio Muñoz; segunda base, Antonio Pacheco; torpedero, Eduardo Paret; tercera base, Omar Linares; jardinero izquierdo, Armando Capiró; center field, Víctor Mesa; right field, Luis Giraldo Casanova; bateador designado, Orestes Kindelán; lanzador derecho, Rogelio García; lanzador zurdo, Jorge Luis Valdés; pitcher relevista, Euclides Rojas; y manager: Pedro Jova.
“Todo esto tiene su correspondiente argumento (estadísticas aparte). Y si me fuerzas a hacerte un cambio ideal en esa constelación, yo pasaría a Omar Linares al campo corto y agregaría a Pedro José Rodríguez en la antesala”.
¿Quiénes son para ti los tres mejores peloteros cubanos de todas las épocas?
-Si es de todas las épocas los mejores a mi juicio son Rafael Palmeiro, José Canseco y Tany Pérez. Si te refieres a Series Nacionales, considero los más completos o integrales a Omar Linares, Luis Giraldo Casanova y Víctor Mesa.
¿Cuál de tus libros prefieres? ¿Te sientes satisfecho con la aceptación de que han gozado?
-Hasta ahora he publicado cinco libros de mi total autoría. Y con los libros pasa como con los hijos, que desgraciadamente hay uno preferido. Es el caso del que le dediqué a Pedro José Cheíto Rodríguez. Cheo era mi mayor ídolo jonronero cuando lo sancionaron por tiempo indefinido mientras me encontraba en las vacaciones antes de comenzar el sexto grado. Es el libro que más trabajo me dio para poder publicar y es el que mayor éxito y reconocimientos me ha reportado desde todo punto de vista, lo cual me enorgullece porque además así ayudé a rescatar del olvido a uno de los más grandes peloteros de todos los tiempos en Cuba.
“Pero todos mis libros me gustan porque todos han sido fruto de un sacrificio de años. Te pudiera hablar también del de Armando Capiró, el cual tiene ciertas similitudes con el de Cheo. Creo que ‘Pase Usted Señor Jonrón’ fue el que más escribí desde el corazón, mientras que literariamente los mejores han sido los dedicados a Antonio Muñoz y ‘20 Estrellas del béisbol en Cuba. Década del 70’. Estos dos últimos son los que menos han triunfado aunque hayan sido los de más reciente publicación; creo que no he recibido todo el apoyo promocional que debía tener, salvo honrosas excepciones de amigos y colegas.
“Estoy satisfecho con esto que es mi pasión y mi hobby, puesto que no representa mi mayor fuente de sustento económico. Ni en Cuba ni en Estados Unidos he sido un asalariado de la prensa deportiva, siempre he ejercido otras profesiones en ambos países. Lamentablemente, el mayor mercado de mis libros no está en la emigración cubana y la afición latinoamericana, sino dentro de Cuba, donde estoy convencido que serían best sellers por los temas y figuras que abordan. Pero nunca he podido ser profeta en mi tierra, ni cuando vivía allí ni luego de salir del país. En Cuba sufrí mucha censura, y lo más tragicómico es que la persona que más censuró mi primer libro ahora vive aquí en los Estados Unidos y también ha publicado un libro sobre béisbol cubano”.
¿Hasta qué punto crees que se respeta y cultiva en Cuba la historia del béisbol?
-En sentido general, en Cuba no se ha respetado la memoria histórica del béisbol desde 1962, salvo raras excepciones representadas por gente como Félix Julio Alfonso, el difunto Ismael Sené, Juan Antonio Martínez de Osaba, Osvaldo Rojas Garay, entre otros pocos nombres. La situación ha mejorado un poquito en el último decenio, pero dista muchísimo de ser óptima. El país tiene una alarmante carencia de bibliografía beisbolera. Allí no solo sufrí censura por los contenidos de mis libros, sino también me golpearon los problemas con el papel para publicar títulos y tirar suficientes ejemplares de ellos. Sin embargo, se publican demasiados libros de corte político social que no le importan mucho a la mayoría de la población.
¿Qué proyectos desarrollas actualmente?
-Estoy inmerso en desarrollar más mi Canal de Youtube con videos y temáticas de béisbol y otros deportes. También en la edición de un libro en proceso editorial: ‘20 Estrellas del Béisbol en Cuba. Década del 80’, y tengo en preparación (aunque son muy incipientes todavía) otros dos libros sobre béisbol cubano.
¿Hasta qué punto residir en Miami viabiliza tu trabajo profesional?
-En Miami he podido publicar bajo el sello editorial Alexandria Library cuatro títulos y está en camino el que ya te comenté. Y lo he hecho con total libertad desde todo punto de vista: sin censuras de contenidos ni restricciones por poco papel, fotografías o tablas estadísticas. Estoy muy contento y realizado aquí, y de lo único que me quejo es de que mi mayor público (el que está dentro de Cuba) no lo puede comprar ni leer. Espero que eso sea posible antes de que yo deje el reino de los vivos.
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