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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este viernes un proyecto de ley que flexibiliza el uso de los préstamos a pequeñas empresas inscritos en el Programa de Protección de Cheques de Pago (PPP).
La propuesta fue respaldada por los partidos republicano y demócrata y brinda a los propietarios de pequeñas empresas que obtuvieron la ayuda federal para pagar la nómina durante la pandemia del coronavirus más flexibilidad en la forma en que gastan los préstamos, expresó el mandatario durante una conferencia en la Casa Blanca y a través de su cuenta en Twitter.
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A través del PPP se repartieron $2.2 billones de dólares en préstamos perdonables de hasta $10 millones de dólares a empresas con menos de 500 trabajadores.
En un principio se obligaba a usar el 75% del préstamo en el pago de la nómina de los trabajadores afectados por la pandemia, para que este fuera perdonado, pero ahora esa restricción será flexibilizada.
Los dueños de empresas solo deberán gastar en la nómina (incluido el salario, el seguro médico, la licencia y la indemnización por despido) hasta el 60% del dinero y el resto podrá ser utilizado en otras necesidades como costos operativos, alquiler y servicios públicos.
También se amplía el plazo de 10 a 24 semanas para gastar el dinero y permite a las pequeñas empresas que accedieron al fondo diferir los impuestos sobre la nómina.
La segunda ronda de financiación de APP comenzó el 27 de abril después de que el tramo inicial de $349 mil millones se consumiera en 13 días.
Esa semana el Senado estadounidense aprobó en histórica votación un presupuesto de $310 mil millones en préstamos adicionales para que las pequeñas empresas continuaran pagando los sueldos a sus empleados en medio de la crisis sanitaria.
El monto formaba parte de un plan mayor de $484 mil millones que serían distribuidos en el sector salud y otros rubros afectados por el cierre económico ocasionado por la pandemia.
Sin embargo, actualmente los propietarios de pequeñas empresas se han quejado de que los préstamos PPP simplemente no satisfacen sus necesidades y de que otro programa de ayuda, el de Beneficios del desempleo, obstaculiza el reclutamiento de nuevos trabajadores.
En algunos casos, los $600 adicionales por semana en beneficios de desempleo establecidos por la Ley CARES han afectado los esfuerzos de las empresas para traer de vuelta a los trabajadores.
Muchos empleados se niegan a perder un sueldo mayor que el que ganaban cuando estaban trabajando, pues los beneficios ofrecen entre 600 y 800 dólares semanales a cada desempleado inscrito en el programa.
Una investigación del Instituto Becker Friedman de la Universidad de Chicago afirma que dos tercios de los trabajadores en desempleo están ganando más con la ayuda del gobierno que lo que percibían en su antiguo trabajo.
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