Aunque la telenovela cubana El rostro de los días quizás diste de ser la propuesta más popular de los últimos tiempos, tampoco ha pasado inadvertida la profesionalidad de una parte de su elenco, que cuenta con algunas primeras figuras junto a otros actores y actrices impuestos a fuerza de costumbre, y un tercer grupo carente por completo de talento o capacidad, pero que siguen apareciendo una y otra vez.
Sobresale entre las actrices, otra vez, Yia Caamaño, una intérprete fogueada en el teatro y que sentó sus reales en televisión, pero se niega a que el estereotipo y el facilismo, que con frecuencia dominan ese medio, vicien su trabajo. Y así sus personajes están interpretados con el mayor porciento de honestidad, verismo y organicidad que la actriz pueda suministrarles.
Graduada de la ENA en 2010, su debut fue en el papel de Maritza en la telenovela Con palabras propias. Luego fue Aimée, otra enfermera, pero en Tierras de fuego, y más tarde llegaron otras dos telenovelas de bastante éxito, En tiempos de amar y Más allá del límite.
Particularmente, la Elena de En tiempo de amar fue un acontecimiento, porque por primera vez en muchos años ese género volvía a demostrar, en Cuba, la eficacia de los personajes negativos cuando estos se interpretan desde la inteligencia, los matices, y el despliegue de recursos histriónicos que les permitan impactar la imaginación del espectador. Antes del éxito televisivo, y en paralelo con su recién conquistada popularidad, interviene en varias puestas del grupo Vital Teatro.
La enfermera Beatriz, que interpreta Yia en El rostro de los días, ha resultado ser todo un paradigma de heroína, y solo queda lamentar que sus participaciones sean bastante cortas. Ella, la enfermera, ha decidido vivir su vida a su manera, es solidaria, tierna, justiciera y enérgica, como se ha demostrado en varios “choques” entre su personaje y el que interpreta Daisy Granados, pues entre ambas, quiero decir entre sus personajes, existen varios motivos de conflicto respecto a maneras de pensar y actitudes ante la vida o ante las relaciones amorosas y sexuales.
Y lo destacable de su actuación en El rostro de los días es cómo la actriz dispone a sus personajes de un número de gestos, ademanes y maneras incluso de expresarse que contribuyen con la naturalidad y la verosimilitud. En este caso, Beatriz hasta camina de una manera particular, del mismo modo en que caminan varias enfermeras que conozco.
Recientemente Yia Caamaño intervino también en el filme cubano Habana Selfies, en un pequeño papel, como recepcionista de una paladar donde friegan plato algunos aspirantes a actores. En sus cortas escenas la actriz demostró su capacidad para la caricatura y la comedia, un filón de su talento que permanece casi inexplotado.
Con el director de Habana Selfies, Arturo Santana, Yia actuó hace poco tiempo en el video musical Celos eternos. Debe recordarse que la actriz fue laureada con un premio Lucas, en 2018, como la mejor actriz en esa modalidad audiovisual por Si tu amor no vale nada, de Yeandro Tamayo.
A pesar de que muchos colegas de Yia Caamaño menosprecian, desde el punto de vista histriónico, el video musical, la actriz ha intervenido exitosamente en varios, y por lo visto, piensa seguir haciéndolo. Tampoco es que sobren ofertas televisivas o cinematográficas como para despreciar algunas proposiciones que le permiten ganar un salario más o menos decente, entrenarse y adquirir oficio.
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