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Un total de 6. 255 792 dólares es el monto pagado por el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) y el Gobierno de la Ciudad de México por el trabajo de 585 médicos y enfermeros cubanos contratados para enfrentar la epidemia de coronavirus en esa ciudad.
Los detalles del contrato, firmado por el Gobierno cubano, el INSABI y las autoridades de la capital mexicana, para que la misión de profesionales de la salud cubanos atienda la emergencia provocada por la pandemia en varios hospitales de Ciudad de México, fueron revelados este lunes por Diario de Cuba.
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Entre los profesionales cubanos, que empezaron a llegar a la capital mexicaba en abril, hay especialistas en Medicina General Integral (médicos de la familia), biomédicos, expecialistas en medicina crítica y medicina interna, además de epidemiólogos y enfermeros.
Según la fuente consultada, el contrato con La Habana —cuya duración no se ha revelado— dice que el personal médico cubano realiza en Ciudad de México actividades como atención directa a pacientes de Covid-19, apoyo en territorio y monitoreo epidemiológico.
El gobierno cubano no ha aclarado qué porciento de esos 10 693 dólares mensuales previstos como salario recibirá realmente cada uno.
En entrevista con el medio mexicano Animal Político, la secretaria de Salud de la Ciudad de México, Oliva López Arellano, reconoció que el convenio con Cuba es por 135 millones de pesos mexicanos (6.2 millones de dólares –mdd- con un tipo de cambio de 21.58 pesos por dólar) pero que esa cifra no solo incluye el sueldo de los médicos y enfermeras cubanos que desde el pasado 27 de abril llegaron a la CDMX, sino también diversas actividades que tiene que ver con capacitación, especialización, atención directa, asesoría e investigación conjunta.
Aunque el reportero de Animal Político solicitó en su entrevista del pasado 3 de junio una copia del contrato de colaboración que se supone sea público, hasta el momento no la ha recibido.
Por su parte, otros medios de prensa mexicanos han reportado las molestias del personal médico local, que está enfrentando al virus en las condiciones más adversas posibles y se quejan por lo que consideran privilegios de los cubanos.
El pasado fin de semana, el diario mexicano El Universalpublicó que en los hospitales Balbuena y Xoco hay denuncias sobre la presencia de los médicos de Cuba. En La Vanguardia, el columnista Carlos Loret de Mola añadió otras quejas del personal de los hospitales Tláhuac y Belisario Domínguez.
En resumen, los médicos mexicanos se quejan de que les pagan más que a los mexicanos, trabajan poco, no tienen la capacitación adecuada y gozan de privilegios de alimentación muy superiores a los de los locales. Una de las quejas es que a los cubanos se les ofrecen comidas extras que nadie más recibe y además tienen libre acceso a colaciones, dejando en muchas ocasiones al personal mexicano sin comida para la noche, cuando ellos cenan hasta dos veces por persona.
La exportación de servicios médicos es una de las principales fuentes de ingreso del Gobierno cubano, que retiene al menos el 75% de lo que pagan los países de destino en concepto de salarios.
En las últimas semanas, Cuba ha enviado cientos de médicos a más de una decena de países para ayudar en la lucha contra el coronavirus, una enfermedad que ha colapsado los sistemas sanitarios de países desarrollados. Pero aunque la propaganda de la isla lo presente como una gigantesca operación de solidaridad, la realidad es que la exportación de servicios médicos no es más que un lucrativo negocio que generó más de 6.400 millones de dólares en 2018.
El gobierno norteamericano y varias ONGs internacionales han denunciado que Cuba utiliza a este personal médico como una masa de trabajo en condiciones de semiesclavitud, y les paga una ínfima parte del salario legalmente previsto por los diferentes gobiernos extranjeros.
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