La esposa del preso político cubano Silverio Portal Contreras teme que un día no muy lejano le comuniquen que su marido murió en la cárcel, debido a los múltiples problemas de salud que presenta desde que entró en prisión
“No quiero que me entreguen a mi esposo muerto. Eso es lo único que pido a las autoridades cubanas. Silverio necesita apoyo, todos los presos políticos lo necesitan, pero para los que están enfermos como él, es urgente”, es el reclamo de Lucinda González, quien fue entrevistada por la agencia CubaNet.
Portal Contreras tiene 57 años y padece varias enfermedades que se han agravado debido a las condiciones de vida en la cárcel, la falta de atención médica adecuada y las golpizas que ha recibido, una de las cuales le provocó la pérdida de la visión de un ojo.
Desde que fue arrestado en junio de 2018, a su hipertensión arterial se le suma que ha sufrido trombosis, ataques isquémicos consecutivos y la pérdida progresiva de la visión.
“A Silverio lo están matando delante de todos. No me dejan verlo porque saben que puedo describir el lamentable estado en que se encuentra”, denunció Lucinda.
“Desde el 23 de abril no le permiten el teléfono, el 25 de marzo me tocaba la visita y me la denegaron debido a que no estamos casados, según ellos ponen, cuando el 87 por ciento de la población cubana vive en concubinato“, añadió.
El activista fue condenado a cuatro años de privación de libertad por los delitos de desacato y desorden público.
Fue detenido en la popular esquina de Prado y Neptuno, en La Habana Vieja, durante una protesta pública en la que participaron más de 120 personas para exigir al gobierno que solucionara el tema de las viviendas que se derrumban por su mal estado constructivo.
“Él buscó personas que vivían dentro de edificios en peligro de derrumbe, les propuso asistir a la protesta pacífica junto a otros participantes de la sociedad civil (…). Caminaron unos 20 metros hasta que apareció la Policía y la Seguridad del Estado para detenerlos (…). Lo golpearon cruelmente, hasta que se lo llevaron hacia la Estación de Policía de Zanja”, relató Lucinda.
“Su proyecto ‘No más muertes en Cuba por derrumbe’ alcanzó muchos seguidores. Él visitaba los edificios que estaban en peligro de derrumbe y orientaba a los afectados para exigir al gobierno”, precisó.
Estando en prisión, Portal Contreras conoció la tragedia ocurrida en el barrio de Jesús María, en La Habana Vieja, en enero de este año, cuando un balcón de una casa se derrumbó y mató a tres niñas que pasaban por el lugar.
“Me contó un preso político que Silverio se entristeció notablemente con esa noticia. Ese era su proyecto, exigirle al gobierno que no pasaran cosas como esa”, recalcó su esposa.
Lucinda ha presentado varias reclamaciones a las instituciones que supuestamente velan por el cumplimiento de la legalidad (la Fiscalía, el Tribunal Provincial de La Habana y el propio Departamento de Prisiones), pero jamás ha tenido respuestas.
“Todos los caminos legales los he agotado”, subrayó.
Otras modalidades como la licencia extrapenal o, incluso, el cambio a una cárcel de menor rigor, solicitados en 2019 tras confirmarse el deterioro de su salud de su esposo, también le han sido denegadas.
El pasado 5 de junio el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de Naciones Unidas presentó una resolución en la que exigió al régimen castrista la liberación inmediata y la “reparación con indemnización por los daños causados a dichas personas”, de siete presos políticos, entre los cuales figura Silverio Portal Contreras.
Los nombres de los prisioneros aparecen en una lista de la organización de Cuban Prisoners Defenders (CPD), que ha iniciado procedimientos ante la Unión Europea y Estados Unidos para que se interesen por la situación de estos defensores de los derechos humanos en la isla.
En relación con Portal Contreras, CPD alegó que “su caso es de la máxima gravedad humanitaria y hacemos una mención especial a todos los organismos e instituciones, así como al gobierno de Cuba, para que Silverio Portal Contreras no tenga que esperar la reacción en cadena de todos ellos y la espera que pueda acabar con lo poco que le queda de vida, para que sea liberado de inmediato”.
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