La Unión Europea podrían prohibir la entrada de estadounidenses a los países miembros cuando reabran sus fronteras, después de conseguir atenuar la propagación de la pandemia del nuevo coronavirus.
Funcionarios de la UE están llegando a un acuerdo sobre quién puede o no visitar el bloque a partir del 1 de julio, basándose fundamentalmente en cómo los países de origen están lidiando con los nuevos casos de coronavirus.
Por el momento, los estadounidenses están excluidos, de acuerdo con los borradores de listas de viajeros aceptables vistos por The New York Times. Tampoco aparecen los rusos ni los brasileños en la relación.
En cambio, las naciones europeas sí podrían aceptar a viajeros provenientes de Cuba y de otros territorios como China, donde se originó el brote de la pandemia, además de Vietnam y Uganda, si bien las estadísticas del gobierno chino han sido puestas en duda internacionalmente.
Al comienzo de la crisis sanitaria en Europa, Estados Unidos había dispuesto que en marzo no ingresaran a sus fronteras quienes procedieran del viejo continente. Ahora, esta posible decisión del bloque sustentaría las críticas a la administración de Donald Trump por el manejo de la epidemia, un aspecto negativo que también señalaría a los gobiernos de Vladimir Putin y Jair Bolsonaro.
Para la selección de admisibilidad, la UE se basó en una combinación de criterios epidemiológicos, como el número promedio de nuevas infecciones en los últimos 14 días, por cada 100 000 personas. El número para Estados Unidos es 107, el de Brasil es 190 y el de Rusia, 80.
Una de las listas contiene 47 países con una tasa de infección por debajo de la registrada por la UE, que actualmente es de 16. La otra lista más larga tiene 54 países y también incluye aquellas naciones con tasas de casos ligeramente peores que la UE., con hasta 20 casos nuevos por cada 100 000 personas.
La cantidad de muertes por coronavirus en Estados Unidos superó las 120 000 a comienzos de esta semana, mientras que el número de contagios superó hace varios días los 2 millones, a la vez que las naciones europeas muestran una estabilidad en las cifras. En territorios como Florida, los contagios han crecido considerablemente en las más recientes jornadas, coincidiendo con la reapertura de la economía local y las manifestaciones multitudinarias por la muerte del afroamericano George Floyd en Minneapolis, a manos de la policía.
Desde hace varias fechas, EE.UU. se muestra como el epicentro de la pandemia a escala global. La decisión final sobre la reapertura de las fronteras europeas debe fijarse a principios de la próxima semana, antes de que el bloque se vuelva a abrir el 1 de julio.
En marzo, Trump prohibió la entrada de los europeos a Estados Unidos, justificando las restricciones como necesarias para proteger al país, que por esas fechas contaba aproximadamente 1 100 casos confirmados y 38 muertes.
La decisión traería, desde luego, importantes repercusiones. Según el Times, millones de turistas estadounidenses visitan Europa cada verano, siendo el motivo de negocios uno de los más comunes, en correspondencia con los enormes lazos económicos entre los Estados Unidos y la UE.
El bloque, sin embargo, no puede obligar a los miembros a adoptar las disposiciones, pero los funcionarios europeos advierten que el incumplimiento de cualquiera de los 27 miembros podría tener efectos en la región.
Si las fronteras internas están abiertas, pero los estados miembros no cumplen con las mismas reglas, los visitantes de naciones no aprobadas podrían trasladarse de un país a otro de la UE sin ser detectados. Varios países de la UE se comprometieron en levantar las restricciones en sus fronteras internas desde el pasado 15 de junio.
Las autoridades europeas dijeron que los listados se revisarían cada dos semanas, atendiendo al manejo del flujo del virus. “Las discusiones están ocurriendo muy intensamente”, para llegar a consenso para el 1 de julio, dijo Adalbert Jahnz, portavoz de la Comisión Europea, la rama ejecutiva del bloque.
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