Estados Unidos reiteró este jueves sus acusaciones al gobierno de Cuba por someter a trabajo forzoso a los médicos de sus misiones en el extranjero y mantuvo a la isla en la relación de países de peor comportamiento en el tráfico de personas en el mundo.
El Informe anual del Departamento de Estado sobre la Trata de Personas mantuvo por segundo año consecutivo a Cuba en el nivel 3, un grado máximo de incumplmiento de los estándares mínimos para eliminar la trata.
Cuba había sido excluida de los países con violación de los parámetros del tráfico de personas desde 2015 por la administración de Barack Obama.
"Durante el período del informe hubo una política o patrón gubernamental para beneficiarse de los programas de exportación de mano de obra con fuertes indicios de trabajo forzoso, particularmente su programa de misiones médicas extranjeras", denuncia el texto, presentado este jueves por el secretario de Estado Mike Pompeo y la asesora presidencial Ivanka Trump.
Asimismo, refiere que el gobierno cubano se negó a mejorar la transparencia del programa o a abordar las preocupaciones laborales y de tráfico a pesar de las persistentes denuncias de observadores, los propios galenos y gobiernos extranjeros sobre la participación de funcionarios cubanos en abusos.
El informe, que cumple 20 años de su primera edición, detalla que al menos 50 000 médicos de la isla han sido forzados por el régimen imperante en Cuba a situaciones de trata de personas en más de 60 países.
De acuerdo con Pompeo estos programas caracterizados por la falta de transparencia "son la principal fuente de ingresos del régimen".
El gobierno cubano emplea a cerca de 34 000 trabajadores de la salud en más de 60 países, los cuales facilitaron al país ingresos por servicios médicos superiores a los $6 000 millones de dólares en 2018, afirmó el funcionario.
Un ejemplo fue la reciente pandemia del coronavirus, durante la cual la isla arreció su propaganda y la búsqueda de contratación inmediata de sus misiones.
Gracias a esta gestión cerca de 2 000 trabajadores de la salud fueron enviados a más de 20 naciones con contratos cuyos términos sus propios participantes desconocían gracias a "arreglos financieros dudosos" del gobierno, explica el informe.
Este es uno de los puntos más criticados a los programas de salud impulsados por Cuba. Uno de los principales señalamientos a las misiones médicas es que el gobierno no informa a los participantes de las brigadas sobre los términos de sus contratos, los cuales varían de un país a otro.
También denuncia que al llegar al país de la misión las autoridades cubanas confiscan a los especialistas sus documentos y salarios, y amenazan a los participantes y a sus familiares para evitar que estos abandonen el programa.
Estas violaciones fueron enumeradas luego de revisar más de 200 denuncias de médicos cubanos que han participado de esos programas.
El reporte de Departamento de Estado señala dos grandes categorías de trata de personas en Cuba: tráfico sexual y trabajo forzado, y programas de exportación de mano de obra patrocinados por el gobierno, donde se incluyen las llamadas "misiones internacionalistas".
Y concluye su análisis con que "el régimen cubano no está haciendo esfuerzos significativos" para abordar la trata.
No obstante, el reporte sí reconoce que el gobierno tomó algunas medidas incluidos algunos ejemplos de investigación, enjuiciamiento y condena de traficantes sexuales y turistas sexuales que abusaban de menores dentro del país, e identificó y proporcionó asistencia a las víctimas.
Entre las recomendaciones que hace el informe a la isla están "garantizar que los programas estatales de exportación de mano de obra, como las misiones médicas extranjeras, cumplan con las normas internacionales del trabajo o finalizarlas".
Asimismo, llama a garantizar que los participantes reciban salarios justos totalmente pagados en cuentas bancarias a las que puedan acceder y controlar personalmente.
También que respete el derecho de los galenos a tener el control de sus pasaportes, contratos y credenciales académicas; y asegurar un ambiente de trabajo a salvo de la violencia, el acoso y la vigilancia intrusiva (por parte de los funcionarios).
Otra recomendación es que el gobierno cubano garantice que los participantes en las brigadas tengan libertad de movimiento, o de abandonar el programa si así lo desean, e incluso que puedan rechazar una asignación sin ser amenazados, encarcelados, perjudicados o impedidos de regresar a Cuba.
Además, pide investigar y enjuiciar tanto el tráfico sexual como los delitos de trabajo forzoso e implementar políticas y procedimientos formales sobre la identificación de todas las víctimas de trata, especialmente entre las poblaciones vulnerables.
El informe también llama al régimen de la isla a adoptar políticas y programas que brinden asistencia especializada específica para la trata de hombres, mujeres y víctimas de la comunidad LGBTI.
Entre otras propuestas, pide examinar a las personas acusadas o detenidas por delitos relacionados con la prostitución por tráfico sexual y remitir a las víctimas a proveedores de atención.
En su perfil de Twitter Pompeo destacó que el informe presentado este jueves "es el estándar de oro para innumerables partes interesadas en todo el mundo para combatir la trata de personas".
"Continuaremos llevando a los gobiernos a la mesa y les pediremos que luchen por el fin de este mal como una prioridad", afirmó.
La inclusión de Cuba en el nivel 3 de este informe responde a una intensa campaña del gobierno estadounidense, activistas y organizaciones internacionales que han recibido centenares de denuncias de médicos cubanos sobre supuestos abusos en las brigadas médicas del país caribeño.
Otras menciones a la conducta de Cuba
El reporte anual no solo se refiere a las irregularidades de la nación caribeña en la sección dedicada a la misma (páginas 174-177), sino que la menciona en otras partes del documento por supuestos que implican al gobierno y a residentes de la isla en actos ilegales.
En la página 75 se señala que "los norcoreanos y los cubanos que trabajan en Angola pueden haber sido forzados a trabajar por los gobiernos de Corea del Norte y Cuba, respectivamente".
Al referirse a la situación en Bahamas (página 90), explica que los traficantes reclutan trabajadores migrantes de países como Cuba a través de ofertas falsas de empleo, y luego los someten a trata sexual y trabajo forzado, incluso en el servicio doméstico y en sectores con mano de obra poco calificada.
En la página 114 denuncia que en 2019, los traficantes en Bosnia y Herzegovina explotaron sexualmente a víctimas extranjeras de varios países incluidos Cuba; y en la página 168, donde habla de Costa Rica, se identifican 35 víctimas de trata sexual entre los que se encontraba un cubano.
Al analizar a Brasil (página 119), el informe recuerda que en 2018, el gobierno cubano finalizó sus misiones médicas allí luego de que las autoridades brasileñas plantearon preocupaciones significativas sobre la explotación y el trabajo forzoso asociados con estas misiones. "Los profesionales médicos cubanos que participaron en misiones médicas en Brasil pueden haber sido explotados y obligados a trabajar por el gobierno cubano", indica el documento.
Asimismo, sugiere en su página 413 que en Portugal surgieron preocupaciones significativas sobre el trabajo forzoso en el programa de misiones médicas cubanas, por lo cual ese país decidió concluir el uso de profesionales médicos cubanos en diciembre de 2019.
Al abordar Santa Lucía (página 427) el informe indica otra modalidad de tráfico que involucra a dueños de negocios de varios países como Cuba, los cuales según algunas denuncias formuladas por ONG fomentan el tráficos sexual en personas jóvenes desfavorecidas.
En la página 445 del informe se explica que en St. Marteen elementos criminales, incluidos los contrabandistas, someten a algunos migrantes, específicamente a ciudadanos cubanos y brasileños que transitan ese territorio en ruta a los Estados Unidos y Canadá, a trabajos forzados o tráfico sexual.
Sudáfrica, uno de los países con más presencia de médicos cubanos, fue llamada en la página 453 a investigar, procesar y condenar a los funcionarios cómplices en delitos de trata y a aumentar los recursos y la capacitación para identificar a las víctimas de la trata, incluidos los profesionales de la isla.
Al referirse a Surinam en la página 466, el informe denuncia el creciente tráfico de migrantes cubanos que son vulnerables a la explotación.
Uruguay, por su parte, que fue analizado en la página 524, fue acusado de someter a migrantes cubanos y de otras naciones en trabajos forzados en la construcción, servicio doméstico, servicios de limpieza, cuidado de ancianos, tiendas mayoristas, industrias textiles, agricultura, pesca y procesamiento de madera.
La presentación del Departamento de Estado norteamericano este jueves recalca que los traficantes de sexo explotaron a inmigrantes de Cuba en ciudades fronterizas de ese país sudamericano.
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