Habaneros se quejan del muro levantado en el Paseo Marítimo de Miramar

A varios usuarios de las redes sociales les inquieta que el nuevo muro sea el comienzo de la privatización de la popular Playita de 70.

Así se ve el muro junto al Paseo Marítimo © Milton Raggi/Facebook
Así se ve el muro junto al Paseo Marítimo Foto © Milton Raggi/Facebook

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Este artículo es de hace 4 años

Después de convertirse al año pasado en "Paseo Marítimo" y escenario de espectáculos de pago, la zona costera del habanero barrio de Miramar, comprendida entre los hoteles Panorama y Chateau Miramar, ha visto alzarse un muro perimetral de cemento que preocupa a los vecinos del lugar, sin voz ni voto en esta reforma urbanística de la capital.

Las autoridades ya habían anunciado el año pasado una propuesta de cercado a partir de las calles 1ra y 70 "que permitirá elevar el control y no afectar el tránsito de esta vía". Pero lo que no dijeron que se trataría de algo tan feo, que corta la línea del paisaje en la zona.


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En noviembre del 2019, la administración del Paseo Marítimo de la popular Playita de 70, empezó a cobrar la entrada al lugar los fines de semana con el pretexto de que allí se realizaban actividades culturales.

El Paseo alberga diversos negocios, entre ellos 11 restaurantes, dos cafeterías, un parque de diversiones para niños y adultos que aún se está reformando, una plaza para conciertos y 25 quioscos de artesanos que ofertan sus servicios desde las 10 am hasta la noche.

El precio de entrada era de 10.CUP y 1 CUC en el caso de los extranjeros.

"El Paseo Marítimo es un proyecto de desarrollo local que busca captar ingresos para mantenerse y sostenerse y además ampliarse a lo largo del litoral de Playa en varios espacios, para lo cual se requiere captar ingresos para su mantenimiento y desarrollo", informaron entonces las autoridades.

El nuevo "escenario urbano" de la zona supuso el desvío del tránsito por la avenida 3ra y el traslado del servicio de las gacelas (taxis ruteros) hacia la avenida 1ra y calle 60.

Fue entonces cuando empezaron las primeras quejas por la supuesta "privatización" de un espacio que antes era público y al que los habitantes de la zona acudían libremente desde hace décadas. "El neoliberalismo ha llegado a Cuba. Ahora tenemos calles privadas, en las cuales hay que pagar peaje para pasar", llegó a escribir una habanera en la red social Twitter.

Medio año después, el muro de Miramar es una realidad mientras que los vecinos del barrio no tienen más remedio que desahogarse en las redes sociales.

"Después de casi tres meses de cuarentena tengo frente a mi la horrible imagen de un muro delimitando el acceso a la costa de 1ra y 70. Por sabe Dios qué razón, alguien ha considerado oportuno construir semejante monstruosidad, que en mi opinión sólo refleja la más desagradable realidad de nuestro país, esa en la que la toma de decisiones responde a la avaricia", escribió el usuario Milton Raggi junto con varias fotos del cercado de cemento.

"La costa de 1ra y 70, como los locales le llamamos, ha sido ese lugar al que vamos todo el tiempo. Ese lugar en el que pensamos, desconectamos, jodemos o lloramos; un espacio abierto a todos los que buscamos consuelo en un mar que siempre nos recibe y escucha sin cobrarnos o pedirnos pasaporte o cualquier tipo de identificación", agregó Raggi.

"Con la construcción de un hotel y negocios privados a lo largo de todo el recién bautizado “Paseo Marítimo” nosotros los cubanos de a pie vamos a tener que morder el polvo y renunciar al placer simple de disfrutar del mar y el diente de perro. Con quién contaron para esto??? Quién pensó que sería una buena idea??? Quién coño cree que se ve bien??? Qué es lo próximo, arena para los turistas???, preguntó.

En los comentarios a su publicación, la polémica no se hizo esperar.

Un usuario de Facebook que firma como Mitchel Morales Alfonso escribió: "No me extrañaría que algún inteligente esté pensando en poner un puerta para controlar el acceso o hasta cobrar por él, quién sabe. Esa zona que antes era pública y libre ahora produce dinero por los negocios que se han instalado ahí. Me alegro por los negocios, y los nuevos servicios que generan, pero si les da por monopolizar el área ya no me cuadra la historia. Donde quiera que se mueve dinero empiezan a pasar cosas raras. Y los por qué se caen de la mata".

Otra comentarista, que firma Camila Cortina, opina que se trata de una falsa alarma: "No entiendo por qué se alarman. El acceso a la costa no está cerrado, se puede entrar y disfrutar del mar como siempre. El muro es para proteger los negocios del paseo marítimo. En mi opinión es mejor así, para que no haya peligro para los niños que juegan en el paseo y los carros que circulan a toda velocidad por la zona".

Una tercera opinión, la de Gisselle Sanchez Sabina, protestó por la desnaturalización urbanística del barrio: "Dios mío, ese es mi barrio y ya ni lo reconozco. De bajar toda mi infancia de trece a esa costa caminando y en bikini, y secarte al aire cuando subías a la casa a las 7 de la noche. Me parece una pérdida total de identidad. Hasta qué punto vendemos la identidad de las cosas por sacarle 3 pesos más a todo. No estoy en desacuerdo con las mejoras y que todo sea para bien, pero con qué criterio".

Para Isis Coll Sanabria, que también opinó al pie del post, "se habla del muro de México y estamos construyendo uno el cual limita nuestra costa a los cubanos, hasta cuándo vamos a tener limitantes, hasta cuándo vamos hacer nosotros los extranjeros y ellos los residentes, porque no podemos disfrutar bien de nuestro país sin muros que rompan nuestra estética y nuestro andar libremente a donde nos plazca".

Varios usuarios insistieron sobre el tema de la industria turística cubana como sinónimo de exclusión. Laura Esther Rodríguez, por ejemplo, comentó: "Nací en aquel lugar, aprendí a nadar y mi vida fue la costa, no tenía posibilidad de poder ir a Varadero en el verano y estuve conforme porque no conocía nada mejor que admirar el fondo del arrecife de coral y ahora ya eso pasa a ser para muchos lo mismo que fue en mi infancia y juventud el poder ir a Varadero será que también hay que pagar para poder bañarme en la costa?".

Una vez más, las redes sociales de los cubanos se convierten en el lugar para preguntas sin respuesta.

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Ernesto Hernández Busto

Periodista y ensayista cubano. Fundador del sitio Penúltimos Días.


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