El periodista Jesús Álvarez López, de CMHW, publicó en su perfil de Facebook un alegato en defensa de la libreta de abastecimiento en el que, entre otras cosas, asegura “surgió del alma noble de Fidel, para que todos pudiéramos comer”.
En medio del contexto de crisis y escasez generalizadas en Cuba, agudizadas por la epidemia del coronavirus López aseguró que "la Covid 19 vino a vindicar definitivamente nuestra libreta de productos alimenticios que lleva el sello de Fidel, su creador, para repartir entre todos, lo que tuviéramos, como los tres mosqueteros, cuando apenas comenzaba el cerco".
Su defensa de la cartilla de racionamiento lo lleva a afirmar que "si hubiera desaparecido años atrás cuando algunos aires soplaban en esa dirección, en estos tiempos de Covid 19 en que nada alcanza, hubiéramos tenido que reconstruirla", en referencia a la medida implementada durante la epidemia de coronavirus en Cuba de emplear la libreta libreta de abastecimiento para normar los productos de venta en divisas como el pollo y el aceite
Que la libreta no regule solo los alimentos subvencionados, sino lo que se paga como productos de libre demanda para cualquier economista sería el indicio de una profunda crisis y de una pésima gestión económica de un país que se caracterizó durante toda su historia previa a la revolución por ser próspero y en extremo productivo.
“Son los mismos defensores de los precios llamados de “oferta y demanda” que no tienen ojos para ver como yo vi, tres carretilleros que pasaron este domingo cargados de infinidad de productos agrícolas por mi cuadra y absolutamente nadie le compró ni siquiera un aguacate. Espero que a nadie se le ocurra pensar que ocurrió porque está saturada la demanda” indicó Álvarez López.
En su loa, el periodista afirma que "también que en lo igualitario hay injusticia, porque no todos aportan, pero enorgullece vivir en un país que nos entrega subsidiada a todos cada mes una canasta básica, y que protege a los niños, ancianos, embarazadas y enfermos".
Además aclara que él quisiera que no hiciera falta la libreta, que todo estuviera por la libre a precios asequibles, pero que “no hay derecho a ser ingenuo” en un país de pocos recursos naturales.
Lo que quizás ha olvidado es que antes de la instauración de la libreta de abastecimiento los cubanos no eran ingenuos y disfrutaban de una diversidad de ofertas acordes a las distintas economías domésticas.
Un elemento histórico que quizás sea importante destacar es el origen de esta estrategia de regulación de alimentos que surgen en Europa a inicios del siglo XX. La experiencia más cercana nos llegó por las vivencias que de ella tenía el pueblo español.
En 1939 el gobierno de Francisco Franco estableció en España el uso de la Cartilla de Racionamiento para los productos básicos de alimentación y de primera necesidad. Se trataba de una experiencia en un país que atravesaba la posguerra y vivía en dictadura.
Coincidentemente Cuba, bajo el mandato de Fidel Castro, atravesó una situación similar en la década de 1960. En la defensa del socialismo el país se cerró al mundo y estableció un modelo improductivo que no supera aún, tras más de 60 años de crisis y carencias.
La libreta de abastecimiento está vigente en Cuba desde el 12 de julio de 1963. Regula la distribución de alimentos subsidiados a los núcleos familiares del país. Los víveres se venden a menor precio, pero cada vez incluye menos alimentos y productos de aseo.
La población cubana ha indicado en los medios y redes sociales que estos alimentos normados no son suficientes para alimentar a una familia. El pueblo está obligado a comprar los productos a altos precios y muchas veces ni teniendo el dinero lo consiguen.
Uno de los efectos más visibles de la actual crisis de alimentos en Cuba son las colas multitudinarias que se extienden por toda la isla. Este asunto con la crisis de la COVID-19 se convirtió en uno de los principales problemas para la ciudadanía.
En Cuba se ha especulado sobre la eliminación del documento. Sin embargo, dada la escasez de productos y el poco acceso que tienen muchos cubanos a los alimentos, la posibilidad ha sido pospuesta por tiempo indefinido.
En diciembre de 2019, la Asamblea Nacional preveía eliminarla pero finalmente solo aprobó retirar los víveres de la canasta básica a los ciudadanos cubanos que viajasen al exterior y se ausentaran del país por un tiempo prolongado.
La libreta de abastecimiento también ha generado muchas burlas entre cubanos, quienes han visto cómo se reducen cada vez más sus páginas. No es la solución a ninguna de las carencias que padece el pueblo cubano y tampoco es el modelo de subvención al que deberíamos aspirar en el futuro.
Cuba debe dar un salto en su modelo económico, político y social si quiere alguna vez superar los rezagos de una mentalidad de campaña militar y de país en posguerra que nos ha legado la Revolución.
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