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Excombatiente del Ejército Rebelde murió sin ver su casa reconstruida

Legra estuvo preso con Fidel Castro en Santiago de Cuba tras los sucesos del Cuartel Moncada en 1953. Después del huracán Matthew su casa nunca fue reconstruida.

Lo que ha quedado de la casa de la familia Legra © CiberCuba (Cortesía de la familia)
Lo que ha quedado de la casa de la familia Legra Foto © CiberCuba (Cortesía de la familia)

Este artículo es de hace 3 años

Javier Legra, un excombatiente guantanamero del Ejército Rebelde, murió sin ver reconstruida su casa, una vivienda colonial de 100 años que cayó tras los embates del huracán Matthew en Baracoa, el 4 de octubre de 2016.

Legra estuvo preso con Fidel Castro en Santiago de Cuba, tras los sucesos del Cuartel Moncada en 1953. Más tarde combatió en el Ejército Rebelde, donde entre otras batallas participó en el ataque del Guamá poniendo minas, contó a CiberCuba su nieta Dailenis Frómeta Legra.

Al triunfo de la revolución, la antigua casona de cinco habitaciones sirvió de escuela a los niños de la zona gracias a que su abuela, Francisca Navarro, permitió que el nuevo gobierno usara la sala para que se impartieran las clases.

Javier Legra fue combatiente del Ejército Rebelde. Foto: Cortesía de la familia

Sin embargo, a cuatro años del huracán Matthew la familia no ha obtenido respuesta del gobierno de Baracoa para reparar la casa. Incluso, Navarro donó el terreno, donde se puede construir un edificio, a cambio de una pequeña vivienda, pero nadie los ha contactado.

"Mi abuelo murió con ganas de ver su casa construida y su sueño no pudo ser cumplido. Al parecer mi abuela también va a morir y no va a ver su casa realizada", lamentó Frómeta.

Dijo que Legra falleció el 24 de marzo de 2019 a la edad de 87 años. Navarro tiene 84 años y habita una casita temporal construida por sus hijos con la madera que pudieron rescatar de la antigua construcción, explicó.

Tras el huracán, el matrimonio de ancianos, que tuvo cuatro hijos y 8 nietos, solo recibió un colchón.

"A mi abuela solo le vendieron un colchón y nada más, ella está dispuesta a donar el terreno para que construyan una triplanta o lo que deseen, ella solo quiere su casita", explicó Frómeta, quien destacó el beneficio que podría tener para el gobierno provincial adquirir la propiedad.

"Está en la misma carretera principal de Baracoa. Todo el que visita Baracoa obligado pasa por allí", subrayó.

La casa era estilo colonial, de madera, y tenía más de 100 años. Ubicada en Cabacu #162, la vivienda perteneció al padre de Legra, quien era propietario de varios terrenos en la zona.

Al triunfo de la revolución sus propiedades fueron confiscadas, pero él logró pasar la casa a nombre de su hijo Javier, quien había bajado de la Sierra Maestra.

Como esta familia, decenas de guantanameros siguen a la espera de que el gobierno les ayude a levantar sus viviendas.

Según estimaciones oficiales, el 77 por ciento de los habitantes en los cuatro municipios guantanameros más afectados por el huracán (Baracoa, Maisí, Imías y San Antonio del Sur) quedaron con sus casas dañadas.

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