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Familia habanera con dos hijas pequeñas vive en casa semiderrumbada

Elizabeth, sus hijas y esposo han escrito a Díaz-Canel, pero siguen viviendo peligrosamente juntos.

Familia habanera en peligro por edificio en ruinas © Cortesía Elizabeth Valdés Luis
Familia habanera en peligro por edificio en ruinas Foto © Cortesía Elizabeth Valdés Luis

Este artículo es de hace 3 años

Elizabeth Valdés Luis (42), Samira Pérez Valdés (16), Mariam Pérez Valdés (10) y Jorge Luis Estrada Bueno (46) viven en un edificio en ruinas de La Habana Vieja, que ha sufrido tres derrumbes parciales y, aunque han escrito al presidente Díaz-Canel y a varios burócratas comunistas, sus vidas siguen peligrosamente juntas.

El inmueble semiderruido está ubicado en Damas Nro. 905 Aptos 1 y 2 entre Paula y San Isidro, Habana Vieja y está declarado como inhabitable desde 1974, pero allí vive también un señor de 80 años, y Elizabeth Valdés Luis llegó a vivir allí en 2002, luego nacieron sus hijas, y sufrieron tres derrumbes en 2018: Mayo, agosto y octubre.

Damas Nro. 905. La Habana Vieja / Foto: Cortesía

Estrada Bueno, que es podador de árboles y mecánico de refrigeración, ha comunicado la precariedad de su vivienda al Poder Popular de Habana Vieja y el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, que no le ha respondido, hasta el momento de redactar esta nota.

Pese a que han seguido enviando copia del dictamen técnico, fotos y hasta vídeos de los avances del deterioro del edificio y del peligro que representan para dos familias, incluido el anciano de 80 años, que vive en los bajos de Valdés Luis.

La documentación ha sido completada con las sucesivas respuestas obtenidas de diferentes instancias municipales y provinciales, que se "escudan en que ya han resuelto nuestra precariedad porque construyeron una escalera de madera", pero "no han comprobado los daños interiores a la vivienda, el deterioro de la escalera improvisada y siguen sin atender el diagnóstico de estática milagrosa", con que los arquitectos clasifican los edificios deteriorados, como el nuestro, explica la afectada.

Fotocopia carta a Díaz-Canel / Foto: Cortesía

"Los derrumbes no avisan", dijo uno de los arquitectos a Valdés Luis, tras recorrer el inmueble y realizar un dictamen técnico sobre el deterioro de la edificación.

En el Poder Popular de La Habana Vieja, un funcionario les ha dicho que ellos deben arreglar su vivienda con "recursos propios", gasto que no pueden asumir por la envergadura de la obra a realizar en el edificio, aunque han acometido algunas reparaciones que -paradójicamente- le ha costado perder su empleo a Estrada Bueno.

El hombre pidió una Licencia sin sueldo en su trabajo para hacer de ayudante de un albañil contratado, pero se la negaron y le dijeron que debía optar por seguir trabajando o darse de baja y tuvo que acogerse a la baja para poder asumir el trabajo de ayuda en la reconstrucción de su precaria vivienda.

Valdés Luis se ganaba la vida como profesora privada de Inglés, en su casa, pero tuvo que prescindir de sus alumnos y perder su medio de vida porque "aquí nadie sube, por el peligro de derrumbe".

Ante la situación de desempleo de la pareja, decidieron convertirse en elaboradores de alimentos por cuenta propia, solicitaron la correspondiente licencia, que nunca les han otorgado, y se pudieron a cocinar "rollos de harina rellenos de jamón, queso y de dulce de guayaba, en barra", pero en marzo tuvieron que parar su pequeño negocio debido al coronavirus.

Escalera improvisada por las autoridades, tras el último de los tres derrumbes / Foto: Cortesía

Otro problema que golpea a esta familia habanera es la "corrupción que hay en el tema de las viviendas, donde de 45 casas que se entregan a familias supuestamente necesitadas, solo entregan cinco y venden, bajo cuerda, cuarenta", asegura Valdés Luis, que responsabiliza a los gobiernos cubanos, de La Habana y del municipio Habana Vieja de lo que pueda ocurrir a su familia.

Los funcionarios municipales arguyen que no les entregan el número suficiente de viviendas para cubrir la demanda de los habaneros necesitados, pero "los cubanos sabemos que aquí hay tremendo negocio con el tema de la vivienda", concluyó Elizabeth Valdés Luis.

Una de las paredes de la vivienda / Foto: Cortesía

En enero, murieron tres niñas a consecuencias del desescombro de una vivienda en mal estado, en el empobrecido barrio habanero de Jesús María.

El segundo Informe sobre Derechos Sociales del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) constató que un 47% de las viviendas en Cuba necesita reparación y que un 5% está en peligro de derrumbe.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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