El economista cubano Pedro Monreal planteó, con varias gráficas de apoyo, que la escasez de arroz en la isla no es un problema que se originó con la crisis internacional del coronavirus, sino que las deficiencias ya se registraban desde antes.
“Al comenzar el mes de julio de 2020 el arroz escasea y los precios se han disparado, confirmando –como en otros alimentos- que los topes de precios han sido un artefacto administrativo que ha fracasado”, dice en la primera de sus publicaciones.
“Las causas de la escasez de arroz no se originaron con la crisis del COVID19. El año 2019 fue un año terrible para la cosecha arrocera, reduciéndose en 18% la producción de “arroz húmedo y con cáscara””, señaló.
“La producción de arroz fue decepcionante entre 2013 y 2018. Fue el alimento con mayores decrecimientos de producción y de área cosechada entre los principales 12 cultivos agrícolas de Cuba, El otro indicador importante –el rendimiento- apenas creció 1,47% durante el periodo”, argumentó.
“La notable reducción de 34% que se pronostica oficialmente en la producción nacional de arroz en 2020 significaría que esta cubriría solamente el 23,3% del consumo estimado de 700 mil toneladas, en vez de la cobertura de 43% que existió en 2018”, agregó.
Según el investigador, el déficit productivo actual podría aliviarse para la segunda mitad de este año “mediante un incremento de importaciones, algo que parece ser de difícil pronóstico y que dependería en muy alto grado de las importaciones de arroz vietnamita”.
“A mediano plazo, un posible incremento de la producción dependería del acceso a insumos (limitados por la carencia de divisas) y de una reforma sustantiva que fortalezca las relaciones de mercado en el sistema agropecuario del país. Esa reforma no depende de factores exógenos”, aseguró, apuntando a la responsabilidad de la administración del país en tal sentido.
En un artículo de su autoría que comparte vía Twitter, el economista recuerda que actualmente la producción nacional solamente cubre el 38% de la demanda nacional, en un país donde este alimento es consumido de manera masiva ante el poco acceso que la población tiene a otras variantes.
“Se dice que el estimado de producción de 2020 es de 162 965 toneladas, es decir, que para llegar a la meta de 600 mil t en 2030 habría que aumentar en 3,7 veces la producción actual y para ello necesitaría alcanzarse una tasa de crecimiento promedio anual de 13,9% entre 2020 y 2030”, apunta en el texto.
Recientemente, el gobierno de Vietnam donó 5 000 toneladas de arroz a Cuba, una cantidad que había sido prometida por la administración del país asiático para mitigar la escasez de alimentos que golpea a la isla en medio de la crisis del coronavirus.
Semanas atrás, el ministro de Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, explicó que la producción de arroz este año fue incumplida debido a que la campaña de siembra de la época de frío perdió 22 mil hectáreas por falta de combustibles, fertilizantes y plaguicidas.
Por otro lado, Japón donó a Cuba en 2020 una maquinaria agrícola valorada en diez millones de dólares, destinada en específico a la obtención de semillas de arroz de calidad. El lote abarca casi medio centenar de máquinas trasplantadoras autopropulsadas, 42 cosechadoras, 41 sembradoras de bandejas para la producción de posturas y 199 tractores para el fangueo de las áreas arroceras.
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