Un cubano denunció en redes sociales el alto costo que debió pagar para obtener unas costillas de cerdo cuando el país atraviesa un serio desabastecimiento de alimentos en los mercados, ahora con mayor profundidad por la crisis internacional del coronavirus.
“Esto costó 24 cuc, 12 libras, cómo podría vivir un pueblo con tranquilidad con estos precios y en otras provincias está aún más cara”, dijo en Facebook. “Están obligando al pueblo a cometer delitos, están obligando al pueblo a pensar diferente, a decir lo que siente aun cuando el miedo los limita, están obligando al pueblo a emigrar”, agregó.
Un cálculo sencillo revela que cada libra de costilla tendría un costo de 2 cuc o 50 pesos cubanos, lo que podía valer hace unos años la carne de res en la bolsa negra.
“Y entonces me pregunto por qué chivatean (delatan) tanto y por qué defienden un comunismo que no existe ni existirá y no ven la realidad de que cuba es una dictadura y que sus dirigentes viven vidas capitalistas”, señaló el autor de la publicación.
La situación en el país se torna cada vez más compleja, mientras que la administración de Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro intenta promover métodos de ahorro y producción para sustituir importaciones.
En otras ocasiones se ha informado que una pierna de cerdo, uno de los alimentos más demandados entre los cubanos ante el limitado acceso que tienen a otros, puede llegar a costar más de 40 dólares con pesar apenas 19 libras.
El despropósito es mayor si se tiene en cuenta que el salario medio en Cuba ronda la misma cifra de 40 dólares, es decir, que un cubano técnicamente tendría que invertir todo lo que gana en un mes para comprarse una pieza de carne como la mencionada con anterioridad.
A finales de junio, el gobierno de Miguel Díaz-Canel reconoció que el programa nacional de alimentos incumplió con la producción de carne de cerdo, además de la de arroz y frijoles, tres productos básicos en la dieta de los cubanos.
El viceprimer ministro, Alejandro Gil Fernández, informó que no se alcanzaron los índices de producción previstos de estos alimentos a los que deben recurrir los cubanos en medio de la asfixia.
Como solución a la escasez, directivos de los Comités de Defensa de la Revolución han estado promoviendo por su lado alternativas como que los cubanos siembren en sus propias casas, incluso en macetas, algo que puedan luego llevarse a la mesa.
“No podemos dejar ningún espacio, ninguna parcela, ningún pedacito de tierra, incluso hemos demostrado que, con macetas, con varias formas de poder tener en algún lugar, aunque sea en un edificio, en un balcón, una mata de algo que dé alimentos”, dijo el coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), Carlos Rafael Miranda.
A mediados de mayo, la organización llamaba igualmente a producir alimentos en los patios. “Esto es una crisis mundial, no es un problema de Cuba, las producciones en todo el mundo están deprimidas, lo que repercute en la economía cubana”, explicó entonces el mismo coordinador nacional.
“Retomaremos con la agricultura urbana, suburbana y familiar todo lo que tiene que ver con la producción de alimentos, que no es la solución para garantizar el ciento por ciento de la comida, pero alivia con hortalizas, viandas, frutas; aves, conejos y alguna producción porcina”, sostuvo.
Otra de las figuras que se ha sumado a esta clase de llamados para amortiguar el hambre en el país, ha sido el exespía cubano Gerardo Hernández, quien también en la actualidad desempeña un cargo directivo dentro de los CDR, considerada por el gobierno como la mayor organización de masas del país.
En una de sus declaraciones, la solución que propuso al pueblo fue la de aumentar la siembra de calabazas. Hernández hizo sus cuentas y después afirmó que “si cada CDR produce una calabaza, y son 138 000 en el país, entonces serían 138 000 calabazas de más, decimos una por poner un número, pero lo cierto es que si cada uno de nosotros pone a producir el pedacito de tierra que pueda es menos alimentos que tiene que importar el país”.
“Esa es una misión de los cederistas cubanos, aunque el enemigo se burle de iniciativas como estas, se burlan los mismos que apoyan el bloqueo y quieren rendirnos, iniciativas de este tipo, como lo es la agricultura familiar, nos ayudaron a resistir los embates del período especial y ahora tenemos que retomarlas”, agregó durante un encuentro en Camagüey.
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