Los cubanos están expectantes e indignados con la próxima reapertura de tiendas para la venta de alimentos y aseo mediante tarjetas respaldadas por cuentas en divisas, constató CiberCuba en varias localidades del país, donde se producen a diario largas colas para comprar pollo, perros calientes, detergente, jabón y otros productos de primera necesidad.
El gobierno cubano no ha informado oficialmente de la reapertura de establecimientos comerciales para vender alimentos, artículos de aseo personal y de limpieza; el número de tiendas que asumirán la modalidad de venta con tarjetas respaldadas en divisas en cada provincia, ni una lista de productos y sus precios.
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Mientras persiste el silencio oficial, los cubanos observan cómo se abastecen tiendas próximas a sus domicilios con productos que escasean desde hace meses en la red comercial, circunstancia que ha provocado reacciones de extrañeza e indignación entre los necesitados, que soportan colas de larga duración y no siempre consiguen comprar lo necesario.
Una empleada del supermercado de 3ra. Avenida y calle 70, en Miramar, dijo a CiberCuba que la tienda "está muy surtida" y que sus jefes les han comentado que "abrirán en los próximos días" con una oferta abundante, y con variedad de productos, entre los cuales destacan "diferentes tipos de queso", pero aseguró no conocer los precios de venta.
Algunas fuentes de la oposición cubana vinculan la reapertura de tiendas en moneda libremente convertible por tarjetas, a la próxima celebración del 26 de julio, cuando "el régimen necesita bajar tensiones".
Sin embargo, un empleado del Banco de Crédito y Comercio (BANDEC) comentó que el retraso en la apertura de las tiendas se debe a que "no tenemos el plástico necesario para imprimir las nuevas tarjetas, debido a que las importaciones no han podido llegar a nuestro país por el coronavirus".
Una funcionaria del Banco Popular de Ahorro (BPA) corroboró la carencia de plástico para confeccionar tarjetas bancarias y añadió el "retraso en la llegada de importaciones" como la causa "principal" de la reapertura de tiendas. Recordó el desabastecimiento "por una mala planificación" que se produjo en los 87 establecimientos comerciales abiertos, en meses recientes, para la venta de electrodomésticos, motorinas y piezas de repuesto para automóviles.
Milagros Pernut, vecina de El Vedado, dijo a CiberCuba que parte de la mercancía que ahora pondrán a la venta fue "retirada previamente de las mismas tiendas y racionada su venta a dos artículos por persona, cuando empezó el coronavirus y cerraron muchas cosas".
"Dicen que están llenando las tiendas, pero no sabemos a qué precio venderán las cosas y mis hijos me ayudan desde Estados Unidos, pero no son millonarios y tienen sus propias familias", añadió.
Alejo Gutiérrez, cuentapropista en Sancti Spíritus, criticó el "oscurantismo" del gobierno provincial y de los medios de prensa locales para informar sobre la próxima apertura de tiendas, "circunstancia que ha llenado de rumores la ciudad porque no sabemos cuándo abrirán, qué tiendas serán, qué venderán y a qué precio".
Lester Machado Fonseca, vecino de Camagüey, considera que "esas tiendas van a ser un buen negocio para el estado y para los que tengan cuentas en divisas, que aprovecharán la circunstancia para revendernos a quienes no tenemos dólares, parte de lo que compren ahí, a sobreprecio; pero esto es Cubita la bella, periodista".
En Santiago de Cuba, los vecinos no pueden disimular su enojo por la conversión de la tienda La Gran Piedra en nuevo establecimiento de venta en divisas por tarjetas, tras observar desde el exterior sus estanterías llenas de desodorantes, champú de varias marcas, detergente, bidones con cuatro litros de aceite, pasta dental, jabón de baño, suavizante para ropa; abundancia que contrasta con la intensa escasez que sufren desde hace meses.
"Con la implantación de tiendas con tarjetas, respaldadas por cuentas en divisas, para vender artículos de primera necesidad, el gobierno reconoce -de facto- que hay dos clases de cubanos: Los que tienen dólares y los excluidos", opinó Alejandro González Raga, director ejecutivo del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), con sede en Madrid.
El economista Elías Amor sostiene que "ese tipo de tienda refuerza la voluntad gubernamental de bancarizar las remesas en divisas, al tiempo que mantiene el gravamen del 10% al dólar norteamericano para operaciones en efectivo".
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