CARACAS, 15 jul (Reuters) - Los casos de COVID-19 en Venezuela se han multiplicado en las últimas semanas, disparando las alarmas de médicos y opositores que dicen que el gobierno del presidente Nicolás Maduro perdió el tiempo y no dotó a los hospitales de la infraestructura necesaria para combatir la enfermedad.
Venezuela entró en un espiral de nuevos contagios hace un mes, sufriendo un alza de al menos 33% de los casos cada siete días, dijo Julio Castro, infectólogo y miembro del equipo médico asesor del líder de la oposición, Juan Guaidó.
El gobierno de Maduro atribuye el auge de los contagios a venezolanos que regresan "infectados" desde países vecinos. También lo achaca al "virus colombiano", una cepa que dice que es más agresiva y que ataca regiones fronterizas como el estado Zulia, en la zona limítrofe con territorio colombiano.
Los asesores médicos de Guaidó no comparten la idea del "virus colombiano" y sostienen que el brote en Zulia se debe más a la falta de servicios básicos como agua y electricidad. Según datos oficiales, los casos de contagios al 15 de julio estaban en 10.428. Pero los especialistas opinan distinto.
Desde marzo, cuando comenzó el confinamiento, y hasta ahora "el gobierno perdió el tiempo (...) no compró ventiladores, no acondicionó hospitales (...) no hizo todo lo que había que hacer para atender a los pacientes, no aumentó el número de camas en terapia intensiva", dijo el médico y diputado José Manuel Olivares, miembro del equipo asesor en salud de Guaidó.
El gobierno señala que en su red de unos 300 hospitales públicos de Venezuela hay más de 23.000 camas listas para atender pacientes, aunque tales datos han sido puestos en duda por grupos no gubernamentales de médicos. El Ministerio de Información no respondió una solicitud de comentarios.
Maduro el miércoles advirtió en la televisión estatal que si la capacidad de ocupación en los centros de salud supera el 80% tomará medidas como la instalación de hospitales de campaña, y uno de ellos estaría en un recinto estatal de eventos en la capital del país.
"He mandado a preparar el estacionamiento del Poliedro de Caracas para instalar hospitales militares", señaló el mandatario, quien agregó que dentro del recinto podría haber un hospital de campaña "como en otras partes del mundo para atender casos asintomáticos".
Maduro insistió en que los asintomáticos tienen que hospitalizarse. "Es la fórmula nuestra", dijo el mandatario para luego señalar que los fallecidos por COVID-19 ya suman 100.
INQUIETUD GENERALIZADA
Irene Guedes, una ama de casa de 54 años, dijo estar preocupada porque en la barriada donde vive, Bermúdez I, en el suroeste de Caracas, estuvo en contacto con un pareja que la semana pasada dio positivo al virus y fue ingresada en un centro de salud público.
Sentada en un banco frente a su casa, con un tapabocas de tela blanco, Guedes respondía las preguntas de un miembro de una brigada pública de salud que visitaba la zona.
"Siento mareos, se me van los tiempos, no huelo nada", dijo Guedes en voz baja, mientras el médico Wilfredo Sánchez le recomendaba ir a un centro de atención para hacerse una prueba.
A unos 100 metros de la casa de Guedes entre los serpenteantes callejones de Bermúdez I, Analeida Games, de 61 años, dijo que la semana pasada ella y su esposo, Orlando Perdomo de 57, tuvieron fiebre y dolores de huesos. Agregó que ni fueron al centro de salud ni se han hecho pruebas. "Eso fue solo una gripe", dijo a otro miembro de la misión.
El coronavirus no solamente ha golpeado a la población, también ha afectado al gobierno. Diosdado Cabello, jefe de la Asamblea Constituyente, y Tareck El Aissami, ministro de Petróleo, dijeron la semana pasada que estaban contagiados y que se mantenían aislados.
El martes, el mandatario dijo que las agencias de noticias extranjeras, incluida Reuters, se centraron en incidentes negativos e ignoraron los acontecimientos positivos del manejo de la situación.
(Reporte de Vivian Sequera. Información de Mayela Armas. Editado por Javier Leira y Rodrigo Charme)
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