El gobierno de Kenia anunció la llegada de otros 20 médicos cubanos para ayudar en la lucha contra el coronavirus en ese país africano.
Los médicos forman parte de un nuevo acuerdo, diferente al del 2018, por el que 100 galenos cubanos ya llegaron a ese país, y están especializados en medicina interna, cardiología, nefrología y pediatría.
Estos nuevos acuerdos entre Cuba y Kenia contrastan con el silencio oficial de ambos gobiernos sobre el caso de los dos médicos cubanos secuestrados en la ciudad keniana de Mandera, próxima a la frontera con Somalia. El cirujano Landy Rodríguez y el especialista en medicina general Assel Herrera cumplieron el pasado 12 de abril un año en cautiverio, sin novedades sobre la suerte que pueden haber corrido tras ser raptados por presuntos miembros del grupo yihadista somalí Al Shabab.
Desde entonces, el gobernante cubano y su ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, han dado cuenta de varios contactos telefónicos con sus homólogos de Kenia y Somalia --país al que fueron llevados los médicos cubanos raptados-- y han asegurado que continúan trabajando por el retorno de los galenos a casa.
Tras el secuestro de Herrera y Rodríguez, los médicos cubanos que trabajaban en las regiones fronterizas con Somalia fueron reubicados y se reforzó su seguridad.
Cuba y Kenia firmaron en 2018 un polémico acuerdo para que una brigada de unos 100 profesionales de la nación caribeña --que incluye a radiólogos, cirujanos, ortopedas, neurólogos y nefrólogos-- ayudara a mejorar el acceso a servicios sanitarios en el país africano.
El acuerdo de 2018 se acaba de renovar, por lo que se espera que los médicos permanezcan en el país el resto del año.
El convenio, que había expirado a principios de este mes, contaba con un presupuesto de 1.000 millones de chelines kenianos (9,2 millones de dólares) para pagar los salarios y otros complementos de los galenos y ahora deberá ser rediseñado para los seis meses adicionales.
Hace dos años, el sindicato médico de Kenia amenazó con retirar a sus profesionales si el Gobierno seguía adelante con la importación de médicos cubanos. Según dijeron, el costo de desplazar esos profesionales desde el Caribe hasta África ascendía a al menos 2 billones de dólares.
También trascendió que Cuba recibiría 8.793 dólares mensuales por cada médico enviado al país africano. Los profesionales locales se quejan de que hay 171 doctores keniatas sin trabajo. El Gobierno, por su parte, les afea que no estén dispuestos a ser ubicados en zonas remotas del país.
"Con el aumento de los casos de COVID-19, estos médicos especializados ayudarán en gran medida a nuestros médicos a controlar la enfermedad y el desarrollo de habilidades", dijo esta semana el secretario de Salud keniano, Mutahi Kagwe.
Los médicos llegan en un momento en que el país africano sufre un aumento en los contagios y muertes por coronavirus, que ahora son 12,062 y 222, respectivamente.
Las muertes se han relacionado con la carga de enfermedades no transmisibles en el país, principalmente diabetes, hipertensión y cáncer. Todas estas enfermedades crónicas hacen que los casos de Covid-19 asintomáticos se vuelvan críticos provocando insuficiencia orgánica múltiple y luego la muerte.
A diferencia del acuerdo de 2018, donde los 100 médicos cubanos se distribuyeron en los 47 condados (dos en cada unidad), los 20 médicos estarán en el Hospital de Enseñanza, Investigación y Referencia de la Universidad de Kenyatta.
Esta es una de las instalaciones que atiende casos graves de COVID-19 en el país. Los otros son el Hospital Nacional Kenyatta, el Hospital de Nairobi y el Hospital de la Universidad Aga Khan, todos en Nairobi.
En las últimas semanas, Cuba ha enviado cientos de médicos a más de una decena de países para ayudar en la lucha contra el coronavirus, una enfermedad que ha colapsado los sistemas sanitarios de países desarrollados. Pero aunque la propaganda de la isla lo presente como una gigantesca operación de solidaridad, la realidad es que la exportación de servicios médicos no es más que un lucrativo negocio que generó más de 6.400 millones de dólares en 2018.
El gobierno norteamericano y varias ONGs internacionales han denunciado que Cuba utiliza a este personal médico como una masa de trabajo en condiciones de semiesclavitud, y les paga una ínfima parte del salario legalmente previsto por los diferentes gobiernos extranjeros.
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