Representantes demócratas en el Senado estadounidense afirmaron este jueves que no apoyarán la propuesta republicana para un nuevo paquete de estímulo destinado a los afectados del coronavirus, por considerarla "poco seria".
El monto propuesto prevé contrarrestar la crisis médica, reabrir las escuelas y otorgar asistencia urgente a los desempleados.
Sin embargo, los demócratas afirman que la cantidad contemplada por Mitch McConnell, líder republicano del Senado, es insuficiente para alcanzar esos objetivos, según la agencia de noticias AP.
La propuesta costaría más de $1 billón de dólares, explicó Nancy Pelosi, representante demócrata de la Cámara de Representantes.
De esa cantidad se destinarían $105 000 millones en fondos para las escuelas, $16 000 millones para realizar más pruebas del COVID-19, y se prepararía otra ronda de cheques de alivio para los residentes más afectados por la crisis, comentó.
Pelosi subrayó que "lo que hemos visto hasta ahora no alcanzará para superar los retos a los cuales nos enfrentamos, ni para poder reabrir nuestras escuelas y nuestra economía".
Dijo que el proyecto es insuficiente para su objetivo principal de dar inmunidad a negocios, escuelas y otras entidades.
Ante cualquier eventual demanda relacionada con la pandemia estas no podrán protegerse, afirmó.
Por su parte, el senador Chuck Schumer fue más tajante y expresó que el plan republicano es "un proyecto partidista que nunca se convertirá en ley".
Ambos partidos, en cambio, sí han acordado promover otra ronda de cheques por $1200 dólares a los estadounidenses que han perdido sus empleos.
"No podemos permitir una caída abrupta del seguro por desempleo en una situación en que hay un desempleo del 11%", explicó el senador republicano Rob Portman.
La Cámara de Representantes aprobó en mayo la propuesta demócrata para un segundo paquete de estímulo valorado en unos $3.4 billones.
A fines de marzo también se había aprobado el mayor paquete de estímulo económico en la historia de Estados Unidos, bajo el CARES Act, y se ha considerado la posibilidad de aprobar otro gran plan de alivio en medio de la crisis.
El presidente Donald Trump había anunciado el lunes que estaba en marcha la aprobación del próximo paquete de apoyo por el coronavirus, y consideró que se acercaban “cosas buenas” para la población del país.
En las últimas semanas la crisis sanitaria ha empeorado en la nación norteamericana, donde varios estados informan repuntes de la propagación y otros amenazaron con dar marcha atrás al proceso de reapertura económica.
Muchos negocios se han visto obligados a cerrar otra vez, y varias escuelas no reabrirán por completo. A la par el desempleo, que experimentó una baja en junio, volvió a subir este mes mientras expira el apoyo federal.
El martes Florida anunciaba que esta sería la última semana de pagos por beneficio de desempleo debido a que el presupuesto se había agotado.
Estados Unidos tiene hasta este jueves un acumulado de 4 026 288 casos confirmados del nuevo coronavirus.
Han fallecido en el país a causa de la enfermedad 144 032 personas, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
Actualmente, el estado de Florida es considerado el epicentro mundial del Sars-Cov-2, reportando cerca de 10 000 casos diarios.
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