Rusia podría coordinar para noviembre de este año la producción en Cuba de su vacuna contra el coronavirus, dijo este martes el jefe del Fondo Ruso de Inversiones Directas (RFPI), Kirill Dmitriev.
“Cuba tiene una gran capacidad de producción de medicamentos y, en específico, de vacunas, con un personal altamente calificado, por lo cual podríamos coordinar con el gobierno de ese país para iniciar la producción de la vacuna, incluso en noviembre venidero”, explicó Dmitriev en respuesta a una pregunta de Prensa Latina sobre la posibilidad de América Latina, y en particular de Cuba, de acceder a la vacuna rusa.
Durante una videoconferencia ante medios de prensa, el funcionario ruso elogió la preparación científica de Cuba y su labor en la lucha contra la pandemia, aunque la Isla ha registrado un aumento en la cifra de casos diagnosticados de coronavirus en los últimos días.
En julio, Dmitriev ya anunció que el Fondo Ruso de Inversiones Directas podría cooperar con la isla para producir de conjunto medicamentos contra el COVID-19.
A la pregunta sobre la seguridad de la vacuna rusa, el director general del RFPI afirmó que él ya se la puso y que solo tuvo una fiebre de 38 grados el primer día, que se puede aliviar con paracetamol. Añadió que de forma general no se ha registrado ninguna otra complicación ni efecto secundario.
“La vacuna también se le inyectó a mi padre de 74 años y a mi madre”, afirmó el funcionario, quien destacó que Rusia estaría abierta para compartir con otros países la vacuna, pero siempre de forma voluntaria.
Sobre la campaña de vacunación en Rusia, el funcionario indicó que está previsto que comience este mes, sería voluntaria y los primeros en recibirla serían médicos y profesores.
Dmitriev también fue interrogado sobre las acusaciones de presunto espionaje ruso en la obtención de la vacuna, y rechazó en tono de broma la acusación.
"Algunos podrían pensar que la copiamos de algún extraterrestre", comentó, ante las acusaciones de varios países en las últimas semanas, entre ellas de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido.
Rusia ha elegido el significativo nombre de "Sputnik V" para su vacuna, término que alude al primer satélite de la Historia y a la carrera espacial durante los años de la Guerra Fría.
En lo que respecta a la posibilidad de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) registre la vacuna rusa, el funcionario informó que esa entidad ya recibió la documentación pertinente para someterse al proceso de aprobación.
Vacuna registrada
La vacuna rusa contra el COVID-19 fue registrada oficialmente este martes y la noticia fue anunciada por el propio presidente, Vladimir Putin, quien no dudó en afirmar que su propia hija se ha vacunado, y que espera que en breve comience la producción en grandes cantidades de la vacuna.
La vacuna se presenta en forma liofilizada, como un polvo que se mezcla con un excipiente para disolverlo, y que luego se administra por vía intravenosa. Está creada de forma artificial y no contiene ningún elemento del coronavirus en su composición.
El Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya ha lanzado un sitio web de información sobre la vacuna, que contiene información sobre la historia de su desarrollo, los mecanismos de funcionamiento, así como cuestiones de inmunogenicidad, seguridad, entre otros temas
Mijaíl Murashko, ministro de Salud de Rusia, informó que la vacuna se comenzará a fabricar en septiembre por el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología "Gamaleya" y la compañía "Binnofarm", que serán capaces de producir aproximadamente 1.5 millones de dosis anuales.
El ministro precisó que las pruebas clínicas del antiviral continuarán con la participación de miles de personas, lo que supone que no han concluido todos los ensayos de la nueva vacuna.
El anuncio oficial de la vacuna ha tenido críticos dentro de la propia Rusia, entre quienes consideran precipitado el registro oficial. La Asociación de Organizaciones de Ensayos Clínicos (OTCA), que representa a las organizaciones que realizan ensayos clínicos multinacionales había instado a realizar más pruebas antes del registro oficial.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por su parte, ha reaccionado con cautela y ha enfatizado que deben cumplirse todas las fases de prueba antes de que sea concedida una licencia.
La vacuna rusa no estaba incluida en la lista de seis ensayos en Fase 3 que el director de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, había hecho pública el pasado jueves.
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