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Joe Biden, con una larga lista de desaciertos en su historia como político, más numerosos presuntos enredos de corrupción dentro de su propia familia, y después de haberse desempeñado de manera bastante gris como vicepresidente de Barack Hussein Obama, aspira ahora por el Partido Demócrata a la presidencia de USA.
No sólo es una noticia bastante negativa para el país, lo es también para su propio partido. Joe Biden lo tendrá duro frente a Donald Trump. Aunque, por supuesto, ya los socialistas están tratando de eliminar los debates electorales. Biden, definitivamente no es un buen candidato, por múltiples razones.
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Les diré por qué, de votar en Estados Unidos, no lo haría jamás por Joe Biden:
Al otrora vicepresidente se le atribuyen actos de presuntos manoseos a mujeres y niñas, y ha sido acusado en varias oportunidades por violación sexual de mujeres que trabajaron en su entorno. Es cierto que, el seguimiento de esas acusaciones se ha interrumpido, pero lo que no se puede negar es su manera tan ordinaria de sobar a las niñas y de olerles del pelo y el cuello, como se ha podido apreciar en algunas imágenes. Joe Biden parece estar enfermo; acrecentando las dudas que despierta su posible elección como presidente, en medio de grandes retos internos y exteriores.
Joe Biden es amigo del tirano Raúl Castro, lo hemos podido comprobar en más de una ocasión. Su mujer, Jill Biden, ha viajado a la isla en diversas ocasiones y no precisamente para interceder por los presos políticos ni mucho menos por la libertad de los cubanos.
El sombrío vicepresidente de Obama, por demás, ha prometido con todas las letras y la boca llena que, de tomar posesión del mandato como presidente, levantaría el embargo de USA a Cuba. O sea, hará todo lo posible por insuflarle vida a una de las tiranías más largas y cruentas que ha padecido la humanidad, en vez de tumbarla de un tajo.
No diré lo que el mismo Joe Biden no ha confesado todavía acerca de él ni a sí mismo, no es serio emitir juicios como quien apedrea vitrales. Aunque, es evidente que Biden va más allá de ser un miembro del Partido Demócrata. Biden es también algo más que un socialista. Porque Biden no se diferencia demasiado de Bernie Sanders, y como a Sanders le han encomendado una misión que cumplirá gustoso: Destruir USA.
Su fichaje como vicepresidente, la señora Kamala Harris, se sitúa en la misma línea de excesos antiamericanos, anticapitalistas, y por encima de todo, antidemocráticos. Usando estrategias que habían estrenado ya en Cuba, y allá en donde el comunismo ha sido impuesto. Téngase en cuenta que la frágil salud y la avanzada edad del candidato, concede un papel preponderante a su compañera de fórmula.
Ha sucedido recién en España con Pedro Sánchez y Pablo iglesias: no sólo son líderes poco preparados, con magros currículums, son por encima de todo predicadores anticapitalistas y antidemocráticos, que se enmascaran o se esconden bajo el manto de reconocidos partidos tradicionales de izquierdas. Ahí logran colarse, y una vez desde dentro, en el poder, destapan el inodoro totalitario, e inundan y hunden a un país y a todo un pueblo en la miseria y en la desesperación más absolutas.
Votar a Joe Biden es votar lo mismo de lo que usted como cubano, venezolano, nicaragüense, ha escapado. No estoy segura de que alguien en su sano juicio se anudaría la soga al cuello dos veces. Votar por Biden es ahorcarse una segunda vez y estrangular la nación que lo ha recibido y le ha brindado libertades y posibilidades nunca obtenidas en su propio país.
El castrismo apoya a Joe Biden, así lo ha manifestado sin cortarse un pelo. Por un asunto serio de dignidad se debiera hacer lo contrario a lo que el régimen que lo ha socavado a usted, que lo ha humillado, mangoneado, y lo ha aplastado, decide hacer. O sea, elegir a Biden.
Aunque percatados de su error infantil, el gobierno cubano ha intentado arreglar el desliz con un reportaje en la televisión cubana en la que llamó "el endulzador" a Biden; sobrenombre muy revelador de la verdadera opinión de la tiranía castrista, cuya única apuesta real es ganar tiempo hasta noviembre y que el candidato demócrata toque la flauta.
Biden decididamente NO.
La democracia pone en sus manos un bien único, el valor más grande que posee todo ciudadano: el derecho al voto. Mediante el voto usted puede acceder a la libertad y a los benéficos derivados de ella; o, por el contrario, empujar al abismo a la nación que le ofrece a usted esa inmensa y generosa oportunidad única de elegir. Elija el lado correcto. Ese lado correcto no es el de Joe Biden. De ninguna manera.
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