El asesor del Ministerio de Economía y Planificación (MEP), Lázaro Toirac, dijo que es impostergable poner fin a la dualidad monetaria en Cuba y, sobre todo, la que existe en el tipo de cambio.
A juicio del funcionario, bajo las actuales condiciones la unificación supone un reto; sin embargo, “no podemos seguir avanzando en este mundo tan complejo con instrumentos obsoletos”.
También aclaró que la única moneda que quedará circulando en Cuba sería el CUP, y el objetivo “es tratar de acercarlo a una tasa de cambio que pueda ser reconocida en su comparación con las divisas internacionales, para que exista claridad en las transacciones”.
“No se trata de coger el peso, lo devalúo y a partir de mañana comienzo a funcionar y que, como en muchos países, el ciudadano se entere por el periódico al día siguiente, donde el banco anuncia la tasa de devaluación y recomienda los incrementos salariales”, detalló.
De ese modo, sin embargo, los costos de las producciones se elevarán, y con ello los precios de los bienes y servicios, lo cual traería un problema. Una solución que se propone consiste en poner un “colchón” para evitar que esto ocurra, es decir, subsidiar los precios que se elevan producto del incremento de los costos. “Otra alternativa es subir los ingresos”, dijo.
Durante una entrevista al portal oficialista Cubadebate, Toirac explicó que la mayor complicación no es en sí la existencia de dos monedas, sino que en la isla hay diferentes tipos de cambio, uno para la población (25 CUP = 1 CUC = 1 USD) y otro para las personas jurídicas (1 CUC = 1 CUP = 1 USD).
Esta dualidad genera confusión a la hora de medir los costos reales de la actividad empresarial, teniendo registros económicos poco confiables, según el funcionario. La actual tasa de cambio 1x1 desestimula la exportación, que de por sí requiere esfuerzos adicionales, ya que obliga a estudiar el mercado y tener una eficiente logística.
Esto conduce a que, “de manera inercial, los productos a exportar no varíen del ron, el tabaco, la azúcar”, entre otros, señaló el entrevistado.
Al llegar el esperado “día cero” y la devaluación del peso cubano, las exportadoras recibirán los incentivos correspondientes, mientras las importadoras se les encarecerán las compras, lo cual provocará que “se giren hacia la economía interna”.
En Cuba comenzaron a circular dos monedas a principios de la década de 1990, con el llamado Periodo Especial, por iniciativa del fallecido dictador Fidel Castro. Por esos años, Cuba había perdido a sus principales socios comerciales (la extinta URSS y otros integrantes del campo socialista) y comenzaba un declive profundo de sus indicadores económicos, con una contracción significativa del PIB.
Toirac recuerda que la Isla atravesó un proceso de devaluación del peso cubano contra el dólar que alcanzó cifras de hasta 150 CUP por USD, de ahí que en 1993 se liberara la circulación parcial del dólar.
El economista advirtió que el ordenamiento monetario y cambiario no crearía más riqueza. Igualmente, en el caso del impacto en la actualización del modelo, significa una condición necesaria, pero no suficiente.
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