Un artículo publicado en el periódico oficialista Granma da explicaciones sobre los cambios en la calidad de la leche “fortificada” para los niños en Cuba, luego de varias quejas por el producto, algunas denunciando que causaba estreñimiento.
“Aunque desde el punto de vista sensorial sí podía apreciarse algún cambio, los lotes de leche en polvo fortificada que se distribuyen a los niños menores de un año en algunos municipios de la capital, no presentaban ningún tipo de irregularidad en su composición físico-química”, dijo al citado medio Dailys Álvarez Delgado, directora de Calidad y Tecnología del Complejo Lácteo de La Habana.
Según la directiva, la leche en polvo proviene de la Empresa de Productos Lácteos y Confitería de Pinar del Río, que es la encargada de procesar el alimento que se distribuye en La Habana. Granma recalca que, a la importación de leche en polvo en cuba, el gobierno le confiere una “alta prioridad”.
Según la publicación vocera del Partido Comunista de Cuba, este año deben ingresar a la Isla, como plan, 48 000 toneladas de leche en polvo, “lo cual, más allá de la fría apreciación de los números, se convierte en un esfuerzo loable si tenemos en cuenta las sanciones y restricciones financieras de la que es objeto nuestra nación”.
En este contexto, según el periódico, “no siempre el comercio exterior puede asegurar los mismos proveedores y la industria láctea debe trabajar entonces con leche en polvo proveniente de diferentes mercados”.
Como resultado, las madres cubanas comenzaron un aspecto diferente en la leche fortificada, adquirida en la red de bodegas estatales, que le preparaban a sus bebés. “En esta ocasión, la leche no se diluía como de costumbre…, no era tan amarilla y al gusto tampoco sabía igual que en otras ocasiones”, apunta el diario.
“Pudimos comprobar que la leche fortificada que se distribuyó cumple con los estándares requeridos, ya sea desde el punto de vista nutricional, o en cuanto a su aspecto, olor y sabor. Los análisis sensoriales y microbiológicos dieron conformes”, aclaró Álvarez Delgado.
La directiva detalló que la industria láctea cubana tiene proveedores de diferentes países, como Nueva Zelanda, Argentina, Holanda y Polonia, entre otros, “y aunque la materia prima sigue siendo la misma, o sea, leche de vaca que se procesa para convertirse en polvo, en ocasiones tiene características específicas de sabor o aspecto de acuerdo con el país productor y los procesos que se emplearon para la obtención del alimento”.
Esta sobre la que hubo quejas de la población era de procedencia polaca. Tanto la descremada como la entera que provienen de ese país, presentan usualmente una textura diferente, según Álvarez Delgado.
Por otro lado, la directora del área de Regulación y Control de Producción de la entidad pinareña donde se elabora la leche “fortificada”, Emilia Aguirre López, comentó que a la leche en polvo que viene de otras naciones solo se le adicionan otros componentes para fortificarla, cumpliendo los requerimientos nutricionales de los bebés a los que está dirigida. “Concretamente, estamos hablando de gluconato de hierro y de zinc”, añadió.
También aseguró que se revisaban todos los estándares antes de su distribución. “Teniendo en cuenta el sector al que va dirigida esta leche, existe un gran rigor en el control, desde el proceso de fortificación hasta el producto terminado. Que sea más amarilla, más gruesa o más fina, dependerá de la planta productora y de la tecnología que se haya utilizado en el país de origen”, dijo.
De igual modo, puntualizó que este producto cumple con los mismos requisitos de porciento de grasa, humedad, acidez y proteínas, que los que han sido comercializados anteriormente.
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