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Kanye West vuelve a estar en el ojo del huracán después del polémico vídeo que publicó en su perfil de Twitter este miércoles donde se le ve orinando sobre uno de sus 21 Grammys, colocado dentro de la taza del baño.
A lo largo del miércoles, el cantante expresó su enfado por las cláusulas abusivas de los contratos discográficos, e incluso se animó a publicar los suyos en la red social, página por página. Y su manera de enfatizar toda su furia fue orinando sobre una de los gramófonos dorados que tiene, en señal de protesta contra la industria musical y, más concretamente, las discográficas.
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"Creedme, no voy a parar", escribió junto al vídeo, que inmediatamente comenzó a sumar visualizaciones hasta alcanzar la cifra de 24 millones de reproducciones, un número que sigue creciendo.
"Universal no me dirá lo que cuestan mis grabaciones porque saben que puedo permitírmelas", afirmó West, quien denuncia que la mayoría de los artistas no son dueños de su propio trabajo, y asegura que usará su voz para que cambien todos los contratos de artistas comenzando por obtener sus grabaciones para sus hijos.
En su guerra contra las disqueras, el marido de Kim Kardashian quiere involucrar a otros compañeros e hizo un llamado para que difundieran sus mensajes. Entre ellos, Drake, Paul McCartney y Taylor Swift, con quien tiene una enemistad pública desde hace años.
Su descontrolada actividad en las redes sociales ha logrado acaparar la atención de todo el mundo y no solo de sus seguidores...
Toda esta controversia se produce en medio de la carrera hacia la presidencia en la que West sigue figurando como candidato independiente, aunque con nulas probabilidades de ganar.
Recientemente Kim Kardashian pidió "compasión y empatía" hacia su marido, que sufre de trastorno bipolar.
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