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Dos policías de la ciudad de Louisville, en Kentucky, resultaron heridos de bala en los violentos disturbios ocurridos el miércoles por la noche, luego de conocerse la decisión de la Fiscalía del estado de no acusar de asesinato a ninguno de los tres agentes vinculados con la muerte de una afroamericana, durante un registro policial en su casa.
Robert Schroeder, jefe de la policía de la ciudad, informó en rueda de prensa que uno de los dos oficiales se encontraba estable y el otro estaba en el quirófano. Más de 40 personas fueron detenidas en las protestas.
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Este miércoles Daniel Cameron, fiscal general de Kentucky, declaró que no veía razones para acusar de asesinato a ninguno de los tres agentes que en marzo pasado irrumpieron en la casa de Breonna Taylor, una trabajadora de emergencias médicas de 26 años, y protagonizaron un tiroteo en el que la joven murió.
Basándose en el dictamen de un gran jurado, Cameron informó que sólo imputará al expolicía Brett Hankinson por el cargo de imprudencia temeraria, pues disparó contra una casa vecina a la de la víctima. El exoficial quedó en libertad tras pagar una fianza de 15 000 dólares.
Sus dos compañeros resultaron exculpados porque su actuación fue “justificada”, de acuerdo al fiscal.
Tras conocerse la resolución, las autoridades de Louisville declararon el estado de emergencia e implantaron el toque de queda desde las 9:00 de la 9 de la noche y hasta las 6:00 de la mañana.
Pero aun así cientos de manifestantes se volcaron a las calles para exigir el fin del racismo, en protestas que se extendieron a otras localidades como Nueva York, Washington, Atlanta o Los Ángeles.
Por su parte, el presidente Donald Trump expresó en Twitter que estaba rezando por los dos oficiales heridos.
“El Gobierno Federal está detrás de ustedes y está listo para ayudar. Hablé con el gobernador Andy Beshear y estamos preparados para trabajar juntos, inmediatamente después de la solicitud”, tuiteó.
Breonna Taylor murió en marzo pasado cuando tres agentes que investigaban un delito de tráfico de drogas entraron en su casa de noche y sin identificarse.
El novio de la joven, Kenneth Walker, creyó que se trataba de intrusos porque iban vestidos de civil y empezó a dispararles, a lo cual aquellos respondieron con más de 30 disparos que provocaron la muerte de Breonna en su propia cama.
En agosto el ayuntamiento de Louisville acordó pagar 12 millones de dólares a la familia de la víctima.
Según reveló el alcalde Greg Fischer, la cantidad quiere abrir una vía a la “reconciliación” en la ciudad.
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