Un video de la hija del reguetonero cubano Daniel Muñoz (El Dany) jugando dominó con el cantante Yomil Hidalgo, fue compartida este miércoles en redes sociales.
En la misma, se ve a la pequeña Daniela, cuyo padre falleció en julio pasado en La Habana, disfrutando del popular juego con Yomil, quien es su padrino. La niña sonríe mientras el reguetonero le enseña algunas reglas del dominó.
El video tiene un simpático final en que la niña se impone ante su rival Yomil, después de “trancar” el juego y tener menos puntos entre sus fichas. Yomil le hace algunas observaciones, pero finalmente admite su derrota.
La muerte de El Dany, que ocurrió cuando el artista apenas contaba 31 años de edad, fue un suceso que entristeció al país y los seguidores del género urbano, quienes acompañaron su cuerpo en la Necrópolis de Colón y luego le rindieron tributo en el barrio de La Habana Vieja donde residía.
El Dany habría fallecido de un paro cardíaco producto de un trombo en el Hospital Calixto García de La Habana. Yomil, que lo acompañó en un reconocido dúo a lo largo de su carrera, se mostró devastado tras la muerte de su amigo. EL Dany era una de las figuras más populares y prominentes de la industria musical cubana. Sus éxitos junto a Yomil acaparaban los primeros puestos de las listas de éxitos de la isla y muchas de sus frases se han vuelto parte del argot popular entre la juventud cubana.
Cuando estudiaba la carrera de Medicina, formó junto a su inseparable compañero Yomil Hidalgo Puentes el dúo D punto D, en 2009, con el cual se presentaron en clubes nocturnos de la ciudad.
Su estilo musical dio origen al traptón, un nuevo subgénero dentro de la música urbana que rápidamente recorrió la isla de punta a punta y se coló en la preferencia del público. El nuevo sonido mezclaba matices del trap tanto latino como estadounidense con el inconfundible beat del reguetón, a la vez que se nutre del hip hop, la música electrónica y algunas sonoridades tradicionales cubanas.
Además de la música, El Dany también sentía pasión por el mundo de la moda. Sentó varias pautas en el estilo de vestir entre los jóvenes en la isla e incluso lanzó su propia línea de ropa, Sensei, en la cual está plasmada su pasión por las tendencias urbanas.
Disfrutaba de pasar tiempo con su hija, quien sin dudas heredó sus dotes artísticas y su carisma. Con frecuencia ayudaba a sus vecinos y les regalaba ropa y zapatos a los jóvenes del barrio. Durante la crisis de coronavirus, estuvo entregando bolsas con alimentos y artículos de primera necesidad a varias familias de La Habana.
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