Una madre cubana de cuatro niños menores de 12 años está pidiendo al gobierno que la ayude a solucionar su falta de vivienda y la pobreza en que subsisten los cinco.
Mailén Martínez Milán, residente en Guantánamo, es uno de esos casos sociales que por su gravedad ameritan una atención especial por parte del Estado.
La mujer es madre soltera y solo percibe una chequera de 240 pesos para ella y sus cuatro hijos pequeños. Todos viven apiñados en una casa sin condiciones, que además deben compartir con más personas, con lo que llegan a ser un total de 12 residentes en el domicilio. Ello implica que se produzcan muchos problemas en la convivencia diaria.
“Vivo en una casa multifamiliar con 12 personas, las cuales me cogen la comida de los muchachos”, denunció.
“No sé cómo independizarme, imagínate que una bolsa de cemento vale 250 pesos”, precisó.
Mailén relató que cuando estaba embarazada del niño más pequeño le otorgaron una chequera por madre soltera, y le informaron que tendría derecho a ella hasta que el niño cumpliera un año. Esa fecha se cumple en noviembre próximo, después de eso no sabe si se la renovarán.
“No tengo baño, no tengo meseta… En una cama dormimos tres, cuando el niño se despierta por la madrugada, tengo que acostarlo con nosotros, porque la otra que tengo no tiene condiciones”, detalló.
“Quisiera independizarme, pero aquí en Cuba los materiales están carísimos (…). Un terreno tampoco puedo pensar en comprarlo”, añadió.
Mailén contó que les pidió ayuda a la trabajadora social y a la delegada, sin resultado alguno.
Fue también a la sede del gobierno, pero allí le respondieron que en Guantánamo no hay presupuesto para atender a las mujeres con su situación.
Sus hijos tampoco reciben ninguna manutención. El mayor, de 11 años, lo inscribió ella misma porque no tiene papá, según admitió. Los padres de los otros dos están presos, y del cuarto no sabe quién lo engendró.
“Tuve que estar con tantos hombres que yo no sé quién es el papá, tuve que estar con todos esos hombres para mantener a los otros tres (hijos), porque de hambre no se me van a morir”, reveló.
“El segundo niño mío tuve que dárselo a los abuelos por la situación tan crítica que tengo, ellos me estaban dando una ayuda hasta ver si mi situación mejora”, explicó.
Aunque el gobierno cubano le ha negado los medios para mejorar su situación, Mailén no se cansa de pedir ayuda.
“Tengo una situación crítica con mis hijos, no aguanto verlos pasar trabajo. No puedo con esto, por favor, necesito que me ayude el que tenga que ver con esto”, concluyó.
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