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Un nuevo comunicado del Ministerio Cubano de Relaciones Exteriores, publicado en medios oficialistas, agradece al Gobierno de Somalia por sus supuestos "apoyo y esfuerzos" para garantizar el regreso de los dos médicos cubanos, secuestrados en Kenia el 12 de abril de 2019, y que luego fueron trasladados hasta territorio somalí.
El canciller Bruno Rodríguez Parrilla, comunicó, a través de su cuenta oficial en la red social Twitter, que había sostenido una conversación con el canciller de Somalia, Ahmed Isse Awad, sobre el tema de los profesionales de la salud secuestrados por el grupo yihadista somalí Al Shabab hace ya año y medio, pero no dio ninguna noticia sobre su paradero o si todavía siguen con vida.
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Assel Herrera Correa, especialista de Medicina General Integral de Las Tunas, y Landy Rodríguez Hernández, cirujano de Villa Clara, fueron raptados mientras prestaban servicios de salud como parte de la brigada médica cubana que cumple misión en Kenia.
Rodríguez Parrilla también destacó "la voluntad de fortalecer los vínculos bilaterales entre Cuba y Somalia", un país azotado por el conflicto y el caos, sin un gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y "señores de la guerra".
El 12 de abril de 2018, los dos médicos se desplazaban en un convoy al hospital de Mandera acompañados de escoltas armados cuando fueron interceptados tras un tiroteo en el que falleció uno de los policías que velaba por su seguridad.
Aunque Kenia movilizó al Ejército y la Policía para perseguir a los secuestradores, sus efectivos fracasaron en dar una respuesta eficaz al ataque y Al Shabab pudo trasladar a los doctores a través de la frontera hasta sus zonas en Somalia.
Desde entonces, Herrera y Rodríguez ni han sido vistos en público ni se han publicado fotos o vídeos que den una idea de su suerte.
Un vocero del Gobierno keniano dijo hace seis meses que trabajaban con sus socios para compartir información de inteligencia, y que "tenían constancia de que los galenos seguían vivos".
Otras fuentes locales aseguran que un dato alentador es que el grupo islamista no haya declarado que los ha matado. Normalmente, Al Shabab, cuando mata a rehenes, lo hace público.
Como otros muchos países, Kenia y Somalia emplean actualmente sus energías en combatir la pandemia de coronavirus con estrictas medidas de confinamiento que reducen la movilidad de los ciudadanos.
No se sabe hasta qué punto la crisis sanitaria podría impactar en los planes para liberar a los galenos.
"Tenemos tropas en Somalia que llevan allí bastante tiempo y sus esfuerzos continúan", declaró hace meses el portavoz del Ejecutivo keniano, Cyril Oguna, en alusión al despliegue del Ejército keniano en Somalia desde 2011, cuando invadió ese país en reacción a varios secuestros previos de Al Shabab.
"Parte de nuestra presencia allí es para garantizar que continuamos monitoreando cada movimiento y trabajando con nuestros socios, de forma que no perdamos de vista el paradero de los dos doctores", agregó el vocero.
Algunas fuentes aseguran que hay en marcha negociaciones para un rescate entre el Gobierno cubano y Al Shabab, que estarían siendo facilitadas por varios líderes ancianos de clanes, aunque también han atraído a una miríada de negociadores y autoproclamados intermediarios.
El grupo Al Shabab vería la operación como una fuente de ingresos, aunque tanto el Gobierno cubano como el de Kenia han declarado que no consideran la opción de pagar un rescate por los médicos.
En mayo del 2019, líderes tribales que viajaron a la región somalí de Jubaland, controlada por Al Shabab, para negociar en favor de los galenos dijeron haber visto a los doctores prestando asistencia médica a la población local.
De acuerdo con los mediadores, los secuestradores llegaron a exigir una recompensa de unos 1,5 millones de dólares como condición para su liberación, informó entonces la prensa keniana.
En esa negociación, "los comandantes del grupo (yihadista) no consultaron entre ellos ni decidieron la liberación de los doctores, pero para silenciar a los ancianos, pidieron millones de dólares como rescate.
Al Shabab, que se adhirió a la red Al Qaeda en 2012, trata a Rodríguez y Herrera como "rehenes de guerra" y considera a Cuba un enemigo del Islam por su apoyo a Etiopía en el conflicto que libró con Somalia entre 1977 y 1978 en la disputa por Ogaden, región etíope de población somalí. Eso dificulta, según los analistas, que el caso se pueda resolver a nivel civil.
Entretanto, Al Shabab podría estarse aprovechando de los galenos para curar a sus militantes heridos y entrenar a sus propios médicos bajo la vigilancia de guardias de las "xarasa", unas brigadas de seguridad especiales que supervisan los movimientos de los rehenes.
Por su parte, el Gobierno cubano lleva meses asegurando que mantiene contactos regulares con las autoridades kenianas y somalías para liberar de los galenos.
Sin entrar en detalles, el embajador cubano en Kenia, Ernesto Gómez Díaz, declaró hace medio año que "se están haciendo muchas gestiones que deben conducir a la liberación y al regreso a sus familias de los dos médicos".
"Seguimos haciendo esfuerzos incansables. La pandemia (del coronavirus) no nos ha impedido seguir trabajando. Estamos optimistas y estamos seguros de que regresarán con nosotros", afirmó el embajador.
En junio, el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel aludió a otras gestiones diplomáticas de alto nivel.
"He sostenido una fructífera conversación con el Presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta. Intercambiamos sobre las relaciones bilaterales, el enfrentamiento a la COVID-19 y el estado actual de las gestiones para lograr el regreso seguro a la Patria de médicos Assel y Landy", escribió el mandatario, sin precisar el avance y los pormenores de estas.
El pasado mes de agosto, el canciller Rodríguez Parrilla aseguró que había conversado telefónicamente con su homóloga de Kenya sobre la situación de los médicos.
Sin especificar sobre qué conversaron telefónicamente, Rodríguez Parrilla agregó que se revisó el estados de las relaciones bilaterales y la cooperación en los organismos internacionales.
Hasta el momento, ninguna de estas gestiones ha propiciado esperanzas reales de un regreso seguro de los secuestrados.
Rodríguez y Herrera forman parte de un contingente de un centenar de profesionales cubanos -incluidos radiólogos, cirujanos plásticos y ortopédicos, neurólogos y nefrólogos- que llegaron en 2018 a Kenia en aplicación de un acuerdo bilateral para mejorar el acceso a servicios sanitarios especializados en este país africano.
Tras el secuestro, las autoridades kenianas reubicaron en zonas más seguras a doctores cubanos desplegados en condados de Kenia limítrofes con Somalia, donde Al Shabab lucha por implantar a la fuerza un Estado islámico de corte wahabí.
El contrato del Gfobierno cubano con Kenia incluso fue renovado un año después del secuestro.
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