El cubanoamericano Iván Herrera (17 de marzo de 1973) es, a sus 47 años, director ejecutivo de Univista Insurance, una de las mejores aseguradoras de Estados Unidos, y pese a su apretada agenda ha accedido a hablar con CiberCuba sobre su éxito en los negocios, pero también sobre Cuba, el comunismo, la inestabilidad política, el Período Especial y los pequeños empresarios cubanos a los que él asegura que admira "muchísimo".
La entrevista fue accidentada porque la realizamos por videoconferencia y a él le pilló en los Cayos de la Florida, en medio de un temporal, que dificultó la comunicación. Aún así, hicimos de la necesidad virtud y terminamos hablando alrededor de 20 minutos en los que no desaprovechó la oportunidad para echarle flores a los más de 1 300 trabajadores que tiene su compañía.
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En conversación con CiberCuba, Herrera confiesa que le llena de orgullo llegar al aeropuerto de Miami y encontrar los carteles de publicidad de la compañía que él fundó en 2009, en plena crisis económica mundial. Lo hizo pensando en lo que necesitaba la gente trabajadora en ese momento: productos adaptados a sus necesidades.
La idea de meterse en el mundo de los seguros le llegó a Iván Herrera trabajando en un concesionario. Fue ahí donde se dio cuenta de que todo el que compra un auto o una casa, necesita asegurarlo. Lo vio claro y empezó vendiendo él mismo los seguros hasta que dio en el clavo y encontró la manera de hacer suyos a los clientes con los que no contaban otras compañías. Lo hizo convencido de que los cubanos pagan.
Casado y padre de tres hijos, él éxito le ha llegado a Iván Herrera muy joven. El año pasado entró en el top 26 de las mejores aseguradoras de Estados Unidos y Univista Insurance ha sido catalogada en el número 44 como una de las 100 empresas con mayor crecimiento de Florida. Eso lo ha conseguido en 24 años en EE.UU.
Aunque Herrera tiene una compañía exitosa, admite que le preocupa la inestabilidad política que se vive hoy en los EE.UU. y confiesa que le tiene "terror al comunismo".
Herrera llegó a la Florida junto a su familia y su perro cuando tenía 23 años. Venía de Alquízar (Artemisa) lleno de sueños. En Cuba había estudiado Biología en la universidad porque aunque sus padres son médicos, a él le gustaban y le siguen gustando el mar y la fauna marina.
Sin embargo, reconoce que la vida lo ha llevado por otros caminos. Hoy es un empresario de éxito, pero recuerda que en Cuba ya se buscaba la vida matando un puerco, haciendo jamón, vendiendo la carne, los chicharrones y hasta la manteca. Pero allí todo es delito y hay que aguantar la presión del Gobierno. Por eso, ahora que está en la cima, envía un mensaje a los pequeños empresarios cubanos que, pese a todo, siguen adelante. "Los admiro muchísimo", asegura a CiberCuba.
Por delante se plantea el reto de seguir creciendo en el negocio de los seguros, pero también poder ver a Cuba libre. Su islita la lleva en el corazón y la quiere como a una madre. Eso no entra en conflicto con el inmenso agradecimiento que siente hacia los Estados Unidos por todas las oportunidades que le ha dado a él y a su familia.
"A Cuba la llevo aquí", dice con la mano en el corazón.
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