Hay personajes de los que un actor no puede desprenderse. A Heydy González le sucede así con Hidroelia. Más de una década después de haber encarnado en televisión a la coqueta enfermera, el público todavía la recuerda en la consulta de sexología con una bata blanca recortica, la mirada pícara y un bolígrafo entre los dientes. Más para bien que para mal, esa seductora imagen se quedó grabada en el imaginario popular cubano.
Actualmente la también modelo es uno de los rostros más conocidos dentro y fuera de la isla. Su sonrisa y su pelo negro la siguen adonde vaya. Dotada de una simpatía y una sensualidad naturales, que hacen que el número de sus seguidores en redes sociales suba como la espuma, Heydy aspira a que la vean como algo más que una cubana atractiva.
Con desenfado explica a CiberCuba que desde que nació tuvo inquietud de artista. Apenas siendo una niña quedó fascinada por tener la oportunidad de aprenderse textos e interpretar otras vidas.
Aunque quisiera actuar más, la amorosa madre de Galilea y futura esposa de Eddy está satisfecha con lo que ha logrado hasta ahora. Asegura que la cocina es su lugar preferido de la casa y donde pasa la mayor parte del día porque allí prepara lo que a su niña y a su novio les encanta.
Después de Punto G, en el que interpretaste a Hidroelia, donde más te hemos visto es en A otro con ese cuento. ¿Decidiste dedicarte solo al humor o aún podemos esperarte en una novela o una película?
Lo que pasa es que Punto G abrió un camino, una brecha en mi carrera que no sabía que podía existir que fue la del humor, y me he sentido muy cómoda haciéndolo. Además, he tenido muchos compromisos de trabajo fuera del país que no me han permitido hacer otro tipo de personajes. Lo que sí he grabado son programas como Tras la huella o teleplays, pero nada con la extensión de una telenovela. Me encantaría hacerla, pero tampoco ha llegado a mis manos ese personaje que me quite el sueño y que me enamore como la Rebeca de Destino Prohibido, una oportunidad maravillosa que me dio Xiomara Blanco. Adoraría hacer algo como eso con la madurez que tengo hoy como actriz porque, con el paso del tiempo, crecemos y ganamos experiencia.
¿Por qué has declarado que quisieras hacer teatro?
Me muero por hacer teatro. De hecho, no lo hago desde que salí de la escuela. Cuando recientemente Jazz Vilá me dio la oportunidad de hacer teatro con la obra VOM, aunque haya sido para las redes sociales, lo cual es muy novedoso, pude sentir la magia de ese contacto inmediato con el público, que se agradece mucho. Fue maravilloso trabajar con Jazz como si nos hubiéramos conocido de toda la vida, algo que es importantísimo entre actor y director. Me hizo la promesa de que me volvería a llamar y ya tengo ganas de que se repita. VOM fue un proyecto súper innovador que a mí me atrapó. Creo que a Jazz le va a abrir más puertas y a otros directores, los ojos, porque es una posibilidad de darnos a conocer al mundo. Las redes sociales tienen un papel protagónico en la vida de los seres humanos hoy. Son el espacio ideal para difundir nuestro trabajo. Definitivamente, VOM fue un boom.
¿Qué es lo mejor que te ha brindado la actuación?
El reconocimiento del público, todas las muestras de cariño que me dan a diario en la calle. Las personas son muy lindas conmigo y eso es súper reconfortante porque nosotros trabajamos precisamente para eso
¿Un día despertaste y dijiste: “Voy a dedicarme a ganar seguidores en las redes sociales” o fuiste convirtiéndote en una influencer sin proponértelo?
Todavía no he concientizado que soy una influencer. Todas las personas que estamos en el mundo del arte de alguna manera nos convertimos en líderes de opinión y yo me abrí mis redes sociales precisamente para compartir mi trabajo. Creo que así hemos comenzado todos. Me convertí en influencer de la noche a la mañana y sin proponérmelo. Es increíble cómo han ido subiendo mis seguidores. Yo lo único que hago es mostrarles quién soy yo y cómo es mi vida cotidiana.
Eres conocida como una de las cubanas más sexys. ¿Te conformas con eso?
Me convertí en una sex symbol, como le llaman, sin proponérmelo tampoco. Mi personaje en Punto G fue lo que, de alguna manera, me dio ese título y creo que llegó para quedarse. Nunca más me voy a desprender del personaje de Hidroelia. Es algo con lo que he tenido que aprender a vivir. No me molesta, pero a veces no quiero ser solamente eso, sino que me conozcan por muchas cosas más. De hecho, me encantaría hacer algo totalmente opuesto a ver si la gente me separa un poco de esa imagen. En ocasiones los directores a la hora de trabajar lo encasillan a uno en ese tipo de personajes, a pesar de que uno tiene otras inquietudes. De todas formas, ese personaje ha sido una de las cosas más lindas que me han pasado. Me dio una gran popularidad porque tuvo mucho éxito en su momento; fue fresco, gracioso, juvenil. Ahora que están retransmitiendo el programa yo estoy teniendo el grandísimo placer, no te lo voy a negar, de volverlo a disfrutar. Esa es la magia de la televisión: hoy mi hija está viendo Punto G conmigo. Eso es lindo.
Es común verte apoyando las cirugías plásticas, algo que has probado tú misma. ¿Por qué defiendes ese tipo de procedimiento?
Yo me convertí en la imagen de una clínica de cirugía estética y es algo que defiendo porque sé que hay muchas mujeres que no se sienten conformes con su cuerpo y esa es una manera de hacerlas felices. Es importante para la autoestima, para estar satisfechas con nosotras mismas, más que con otras personas. Yo entré a un salón de operaciones porque tenía los senos muy pequeños. Después de eso mi vida cambió porque me satisfacía el tamaño de mis senos y me sentía totalmente completa. Luego de 10 años con esos implantes tenía que cambiarlos y hace poco aproveché que ya había dado a luz para hacerme los retoques que necesitaba. Hoy me siento aún mejor que antes.
¿A qué le atribuyes la popularidad que has tenido en redes sociales?
Eso es algo que poco a poco y con mucho esfuerzo he ido ganando. Creo que mi trabajo es lo que le ha dado éxito a mis redes sociales porque la mayoría de las personas que me siguen conocen mi trayectoria como actriz y eso me satisface muchísimo. Tengo seguidores del mundo entero, la mayoría son cubanos y veían mis programas. Eso me hace sentir muy bien porque significa que no lo he hecho mal.
En Europa y Estados Unidos es más común ver a una modelo o artista posando con poca ropa, pero en Cuba no tanto. ¿De alguna forma los cubanos, sobre todo los hombres, se han ido educando en materia de participación en las redes? ¿Son respetuosos tus fans?
Mis seguidores son maravillosos. Siempre va a haber alguien salido del plato, pero la mayoría son muy bien portados y se los agradezco. No son atrevidos ni falta de respeto. Por otra parte, yo en mis redes comparto mucho de mi vida privada, de mi entorno, lo que hago, pero, si publico una foto en trusa un día es porque estoy en la playa con mi familia y mis amistades. No es muy común para mí mostrarme con poca ropa, aunque no critico a quien lo haga, al contrario, lo más importante es ser uno mismo. Hay personas a quienes les funciona eso, pero a mí no me llama la atención. Prefiero, como te decía, que la gente me vea como otra cosa. Por eso también mis seguidores son tan serios y tan fieles a mí.
¿Cuánta responsabilidad conlleva ser líder de opinión en un mundo regido por la información y las comunicaciones?
Es difícil porque cada cosa que tú publicas lo ve mucha gente y hay quien se rige por eso. Es una responsabilidad grande. Por eso soy tan cuidadosa con mi credibilidad en las redes sociales. Se crea un contacto entre los seguidores y uno que es impresionante. Las personas te escriben y se preocupan por ti o, cuando tú das un criterio, te preguntan sobre lo que les pasa a ellos y te convierten en una especie de consejero para sus vidas. Uno tiene que respetarlos y dedicarles tiempo porque son seres humanos. Es complicado porque uno tiene compromisos en casa, con el trabajo, pero hay que atenderlos para que se mantengan ahí. Antes mi novio me decía que no le dedicaba el tiempo suficiente, pero finalmente toda la familia entendió que las redes son importantes para mi carrera. Hay que aprender a organizarse y tener horarios. Por ejemplo, yo en las noches, después de las ocho, trato por todos los medios de no tocar mi teléfono, de dedicarme a mi casa y a mi familia. Durante el día, me conecto y respondo.
Instagram, Facebook, Youtube… ¿Cuál es tu favorita?
La que más utilizo es Instagram. Creo que el público de Instagram no tiene nada que ver ni con el de Facebook ni con ningún otro. Me dedico más a esa red porque es de las más conocidas, de las más fuertes, de las que más usa la mayoría de las compañías con las que estoy trabajando. Instagram me ha ayudado a conectar con muchas personas, tanto en el ámbito profesional como personal. Es asombroso como he hecho amistades reales a través de ella.
No pocas veces te vemos al lado de tu niña. ¿Qué esperas de Galilea?
Es imposible no verme con ella porque es la cosa más linda que me ha regalado la vida, sin duda alguna. Mi bebé me sorprende todos los días un poco más. Es muy despierta, inteligente, cariñosa. Lo que espero es que disfrute su niñez y sea una mujer de bien, amada por todos. Yo se lo digo mucho, que quisiera que ella fuera una persona a la que a todo el mundo le alegrara ver llegar. Es lo único que le pido. Mañana, que sea lo que quiera ser, pero feliz.
Se te ha visto feliz en las últimas semanas y eso pone contentos a tus seguidores. ¿Cómo estás viviendo tu compromiso?
Estoy súper feliz, sí, esa es la palabra. Mi vida ahora mismo está en un momento súper bonito porque estoy muy enamorada. Tengo una familia preciosa, un hogar maravilloso, con planes muy grandes. Mis padres están a mi lado todo el tiempo. Estoy muy agradecida con Dios, con todas las fuerzas del universo. Mi futuro esposo es un hombre magnífico que tiene muchas cosas que ofrecer en su carrera como músico. Nos apoyamos mutuamente. He logrado muchas cosas lindas a su lado y creo que nos faltan muchas más. Yo estoy más feliz que mis seguidores porque la vida me ha premiado.
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