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La cuentapropista y opositora cubana Diasniurka Salcedo Verdecia recibió una visita de un supuesto funcionario de la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT) para obligarla a pagar por segunda vez su declaración jurada de impuestos.
“Es imposible tener tranquilidad en este país..., hoy me levanto y viene un personaje que no se presentó según él a cobrarme mi declaración jurada por mi negocio de peluquería, declaración que yo pago”, explicó en Facebook.
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Según la cuentapropista ella tiene pruebas de que este es un hecho arbitrario y que constituye un abuso: “junto con todo y tengo comprobante de todo, le dije yo pagué todo no debo nada”. Mientras, en las fotos de la publicación en Facebook pueden observarse todos los recibos de pago tributario a la ONAT.
A lo que ella respondió: “¡Vivo en un país libre según usted, pues digo lo que me dé la gana!!! VIVO EN UN PAÍS DE PORQUERÍA QUE NO TE DEJAN EXPRESAR”. La incomodidad que generaron estas palabras en el agente-funcionario, que terminó marchándose enfurecido y amenazante, es la misma que la que la actitud liberada de Diasnurka Salcedo produce sobre las autoridades del estado cubano.
Antes, se había empezado a preocupar por el estado deplorable en el que viven las personas en el municipio de Alquízar, Artemisa, donde reside. El pasado 18 de septiembre Diasnurka fue arrestada por la policía cubana, golpeada y obligada a hacer cuclillas desnudas, mientras las custodiaban mujeres agentes de la policía en la unidad policial de su localidad.
“Todos pueden ver como tengo la cara. Fui golpeada y a la vez tuve que hacerlo. No sé qué buscaban”, declaró aquella vez la opositora en un video para denunciar el crimen cometido contra ella por parte de las autoridades.
Pero el acoso continúa. La cancelación de las licencias de negocios, la expulsión de los puestos de trabajo, la afectación de la economía personal son unos de los elementos predilectos que la Seguridad del Estado utiliza para neutralizar cualquier voz disidente en Cuba, al tratar de domesticar al ciudadano mediante la asfixia económica.
A Ileana Hernández, corresponsal de CiberCuba en La Habana, se le fue retirada la licencia de cuentapropista el pasado 21 de noviembre de 2019, con la única excusa de sus actividades como periodista independiente.
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