Mientras Joe Biden mostraba esperanza y confianza en el triunfo y llamaba a sus seguidores a tener paciencia y esperar los resultados del voto por correo, el presidente Donald Trump ha acusado a los demócratas de querer robarse la elección y ha asegurado que no lo permitirá.
"Tenemos una GRAN ventaja, pero nos están tratando de ROBAR la elección. No les dejaremos hacerlo. No se pueden emitir votos después de cerrar las urnas", escribió el presidente en su cuenta de Twitter.
La propia red social agregó un aviso al tuit en el que lo calificaba como información que puede ser considerada "potencialmente engañosa" y poco después explicó que la etiqueta es parte de su política de civismo con respecto a la información electoral. En los últimos meses, Twitter ha sostenido un pulso con muchas de las declaraciones del presidente republicano, que a su vez acusa a la compañía de no ser lo bastante imparciales.
A medida que se van conociendo los resultados en algunos de los estados más disputados los sueños demócratas de una "gran ola azul" que entregue la victoria a Biden esta misma noche comienzan a menguar.
Salvo Arizona, las victorias de Biden se han concentrado principalmente en los estados de tendencia típicamente demócrata en ambas costas, así como en el estado cambiante de New Hampshire. Por su parte, Trump tiene victorias confirmadas en Texas, Ohio e Iowa.
El republicano ya ha dado indicios de que no piensa quedarse callado en caso de una derrota. Ha dedicado sus últimos esfuerzos a una apretada agenda de mítines por todo el país, y al parecer su intensa campaña ha dado resultados.
En unas elecciones marcadas por la creciente polarización del voto y un volumen inusual de voto anticipado (por correo y en persona) crecen las voces que advierten sobre un proceso de recuento inusualmente largo y complicado.
Once estados, entre los que se incluyen varios decisivos como Michigan y Pensilvania, no permiten que se procesen las papeletas electorales enviadas por correo antes del día de las elecciones.
Algunos demócratas están preocupados por la posibilidad de que Trump declare prematuramente la victoria con votos en persona la noche de las elecciones antes de que se hayan contado todas los votos y luego impugne los resultados en la Corte si el resultado final se inclina a favor de Biden.
El propio Trump tuiteó en julio que los resultados de las elecciones deben darse a conocer la noche de las elecciones, “no días, meses o incluso años después”.
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