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Estados Unidos reporta un aumento de casos de coronavirus tan fuerte que el viernes alcanzó un récord, tras detectar 122.365 nuevos contagios.
Ese día ocurrieron más de 1.140 muertes, el cuarto día consecutivo en que la cifra de fallecidos sobrepasa las 1.000 víctimas, algo que no sucedía desde agosto, según datos de la Universidad Johns Hopkins.
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El país acumula más de 236.000 muertos por COVID-19 y supera los 9,7 millones de casos desde el comienzo de la pandemia.
La cifra podría incrementarse en otros 106.000 en los próximos dos meses, de acuerdo con el pronóstico del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington, cuyos modelos son usados a menudo por la Casa Blanca.
“Vamos a ver que estos números de casos realmente comienzan a explotar”, dijo a CNBC Scott Gottlieb, excomisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
“Estamos creando muchos problemas para el futuro. Tienes que estar realmente preocupado de cómo será enero, cómo será diciembre en este momento, dada la forma en que está aumentando”, añadió.
Muchos líderes estatales están implementando medidas para detener la propagación del virus.
Según el conteo de la Universidad Johns Hopkins, al menos 41 estados informaron esta semana más casos que la semana pasada. Solo Tennessee muestra una tendencia de menos contagios.
Nueva York es el que registra peores índices de muertes, con 33.657 fallecidos, seguido por Texas (18.904), California (17.833) y Florida (16.961).
En cuanto al total de infecciones, Texas acumula 969.178. En el segundo puesto está California con 954.241, seguido por Florida con 827.380 y en cuarto lugar Nueva York, con 518.812.
El viernes los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos insistieron en la importancia del confinamiento en las casas, el empleo de mascarillas y el rastreo de contactos, como formas de frenar la pandemia.
“Se produjeron caídas pronunciadas adicionales en los informes de nuevos casos después de que se emitiera un mandato público de uso de máscaras a fines de abril. Las mascarillas son fundamentales para reducir la transmisión del SARS-CoV-2 de personas con infección sintomática o asintomática”, subraya un estudio de los CDC, citado por Infobae.
Estas medidas, aseguran los especialistas, pueden reducir en un 82 por ciento la incidencia del virus, la hospitalización en un 88 por ciento y la mortalidad en un 100 por ciento.
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