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Por poco más de 11 mil votos, un 0.3 en puntos porcentuales, el presidente electo de Estados Unidos, Joseph R. Biden, se ha impuesto en el tradicional bastión republicano de Arizona, según resultados oficiales divulgados este viernes.
Biden suma ahora, según varios medios norteamericanos, 1.668.684 votos (49,4%) contra los 1.657.250 de Trump (49,1%). Esos números lo convierten en el candidato presidencial norteamericano con más votos de la historia.
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Es la primera vez que un candidato presidencial demócrata gana en Arizona desde que lo hiciera el expresidente Bill Clinton en 1996. Hace cuatro años, Trump se llevó los 11 delegados del estado por 3,5 puntos porcentuales.
Con la confirmación de Arizona para Biden, el demócrata suma 290 delegados en el Colegio Electoral, superando los 270 que le convirtieron en presidente electo, mientras que Trump tiene 217 confirmados hasta el momento.
El hecho de que Arizona, el hogar del difunto senador John McCain y del senador Barry Goldwater, fundador del movimiento político conservador en EE.UU. y candidato presidencial republicano en 1964, subraya un profundo cambio político, impulsado por una demografía en rápida evolución y un creciente número de jóvenes votantes hispanos que defienden las políticas liberales.
La semana pasada, el retador demócrata Mark Kelly derrotó a la senadora republicana del estado, Martha McSally, en una elección especial, convirtiendo a Kelly y a la senadora Kyrsten Sinema en la primera pareja de demócratas que representan a Arizona en el Senado desde la década de 1950.
Por su parte, la campaña del republicano Donald Trump presentó una demanda en Arizona, alegando que los trabajadores electorales en el condado más grande del estado, Maricopa, presionaron indebidamente a los votantes para que ingresaran su voto.
El miércoles, el fiscal general de Arizona, el republicano Mark Brnovich, le dijo a la cadena noticiosa Fox News que los funcionarios estatales habían recibido alrededor de mil quejas sobre la elección, pero que no habían encontrado "evidencia" de un fraude electoral generalizado.
El proceso de transición sigue bloqueado
A pesar de que los números han confirmado la victoria de Biden, el presidente saliente tiene bloqueado el proceso de transición hacia el nuevo Gobierno y ha presentado demandas en tribunales de diversos estados para invalidar la votación y darle la vuelta a los resultados por la vía judicial.
La reacción de Trump empieza a debilitar el consenso republicano.
Ayer, en una columna publicada en The Wall Street Journal y titulada “Estas elecciones no serán revocadas”, el veterano estratega republicano Karl Rove, arquitecto de la victoria electoral y judicial de George Bush en el 2000, envió un mensaje inequívoco al presidente.
Trump tiene derecho a ir a los tribunales para aclarar cualquier duda sobre la limpieza de las elecciones, dijo Rove, pero para ganar debería demostrar que hubo un fraude generalizado y “no hay prueba alguna de esto”. “Las iniciativas del presidente tienen pocas probabilidades de arrebatar algún estado a Biden y ciertamente no bastarán para alterar el resultado”.
Solo en tres ocasiones en el último medio siglo, recuerda Rove, que ha trabajado también como asesor de Trump, los recuentos han cambiado el resultado electoral, pero en todos los casos la diferencia en votos entre los dos candidatos era inferior a 350 papeletas. Con el escrutinio casi terminado, Biden le saca 20.540 votos en Wiscosin, 49.064 en Pensilvania, 146.123 en Michigan, 12.614 en Arizona o 14.108 en Georgia, entre otros.
Otro aliado del presidente Trump, el experiodista de Fox News Geraldo Rivera, le animó ayer a tirar la toalla: “Quedaste muy cerca” pero “es hora de decir adiós con gracia y dignidad”, tuiteó.
En el lobby cubanoamericano, Mauricio Claver-Carone, funcionario del gobierno Trump, artífice de las medidas de presión contra Cuba y Venezuela, y actual presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, también felicitó a Biden como presidente electo desde el pasado martes.
Según aseguró este jueves un comité del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), las elecciones presidenciales de la semana pasada en Estados Unidos han sido "las más seguras en la historia" desde un punto de vista técnico.
"No hay pruebas de que ningún sistema de votación haya eliminado o perdido votos, haya cambiado votos o haya sido afectado de alguna manera", ha señalado en un comunicado el Comité Ejecutivo del Consejo de Coordinación Gubernamental de Infraestructura Electoral (CCG), encargado de la seguridad de los sistemas electorales en el país.
Para Biden, la situación provocada por la renuncia de Trump a reconocer los resultados es “francamente embarazosa”. “No creo que ayude al legado del presidente”, ha dicho diplomáticamente. Otros demócratas han sido más directos. Chuck Schumer, líder demócrata en el Senado, acusó a los republicanos de “negar la realidad y envenenar los fundamentos de la democracia americana” por su miedo a contrariar al presidente.
El vencedor demócrata, que no descarta tomar medidas legales para que Trump conceda la transición presidencial, sigue mirando hacia adelante, decidiendo su equipo de gobierno y planea anunciar los nombres de “al menos dos personas” que formarán parte de su gabinete hacia finales de mes.
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