Abuela denuncia el archivo en Cuba de abusos sexuales a su nieta de 2 años

La mujer, natural de Caibarién (Villa Clara), pidió a la Fiscalía de su provincia que actuara de oficio e investigara el caso porque la presunta agresora es su hija, madre de la menor.


Este artículo es de hace 4 años

Una abuela cubana se ha puesto en contacto con CiberCuba para quejarse del archivo de la denuncia 9159 de 4 de septiembre de 2020 (expediente de abuso lascivo 1015/ 2020) sobre presuntos abusos sexuales que habría sufrido su nieta, una bebé dos años.

Las alarmas se dispararon el pasado 27 de agosto, cuando esta abuela de Caibarién (Villa Clara) bañaba a su nietecita y notó cómo la niña sentía escorzor con el agua en sus partes íntimas.


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En ese momento constató que la niña tenía erupciones en la zona genital y le preguntó quién le hacía eso. La respuesta fue demoledora. La bebé le dijo que se lo hacía su mamá.

Desde hacía seis meses, esta abuela venía sospechando que algo estaba ocurriendo con su nieta, a la que le había visto laceraciones e inflamaciones en sus partes íntimas.

Esta preocupación se la trasladó a su hija, madre de la menor y ella siempre le quitaba hierro al asunto. La abuela le llamaba la atención, pensando que las irritaciones podían ser debido a que al bañarla, la dejaba enjabonada o la secaba con algo áspero o la dejaba jugar con otros niños o la dejaba ir a la casa de algún vecino.

"Uno no puede pensar eso de una hija. Mientras más le preguntaba, ella más se irritaba. Se fue haciendo muy difícil la relación con ella y ya no me permitía recogerla en el lugar donde la cuidaban. Sólo me permitía tenerla sábados y domingos".

Al día siguiente de la confesión de la niña, la abuela se acercó a ver a ver al oficial de Menores de Caibarién y le contó lo que estaba pasando y la difícil situación a la que se enfrenta al tener que elegir entre enviar a su hija a la cárcel o salvar a su nieta de los supuestos abusos sexuales que está sufriendo.

Para su sorpresa, el oficial de Menores le dijo que no podía levantar la denuncia si ella no acusaba a su hija, negándose a actuar de oficio. "Yo no quería hacer la denuncia porque estaba muy afectada con la situación que estaba pasando y él se negó completamente. Sé que en muchas familias esto se tapa".

El oficial renunció a investigar el caso o, como mínimo, a hablar el tema con la madre de la menor. "No hizo nada de lo que yo esperaba que hiciera para impedir que una niña de dos años y tres meses sufriera ese abuso".

Le advertí de que si no actuaban rápido se perdería la evidencia o los recuerdos de la niña para ser evaluada por psicólogos. "El compañero se negó a darle curso a mi información, pese a que le dije que había un testigo del momento en que la niña dijo que era su mamá la que le hacía daño", comenta la abuela por teléfono a CiberCuba.

Al tiempo de la denuncia, en Villa Clara empezaron a tomar declaraciones a la niña, pero a la abuela nunca la llamaron a testificar.

Como el caso no se investigaba, el pasado 3 de noviembre (tres meses después de denunciarlo) la abuela de la niña se puso en contacto con el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), que dirige Mariela Castro, hija de Raúl Castro. Para ello viajó de Caibarién a La Habana con la intención de que la ayudaran a canalizar la investigación de los supuestos abusos sexuales que habría sufrido su nieta.

En el Cenesex la atendieron la psicóloga Nadina Peñalver y un abogado del que no recuerda el nombre. Ambos le prometieron que derivarían el caso a la Fiscalía General de la República.

Sin embargo, veinte días después, el pasado 23 de noviembre, la Fiscalía de Caibarién le notificó que habían archivado el proceso por falta de pruebas.

"Las pruebas se les fueron de las manos por no hacer las cosas correctamente porque a los veinte días del abuso lascivo fue que se llevó a la niña a Medicina Legal. Para entonces no quedaba rastro de nada y a los dos meses fue que se llevó al peritaje psiquiátrico. Los especialistas no pudieron detectar qué le había pasado realmente a la niña", se queja la abuela.

"El caso no se investigó, a mi hija no se le interrogó, el caso está archivado", insiste.

Esta abuela sospecha que nunca se tuvo en consideración la posibilidad de que el hecho fuera cierto. "Lo trataron como que 'eso no ocurre', 'una madre no abusa de su hija'. No hicieron nada por preservar a mi nieta, pese a que yo fui tres veces a la Fiscalía de Santa Clara; otras tres veces a Atención a la Ciudadanía, a la Policía; estuve en un despacho con la fiscal jefa de la provincia, en Santa Clara... Hice todo tipo de gestiones para que todo se hiciera en los términos establecidos", recalca.

En declaraciones a CiberCuba, la abuela de la menor que supuestamente ha sufrido abusos sexuales, cuenta la angustia con que vive lo que está pasando. "En la primera semana, del 28 de agosto al 4 de septiembre, lo que único que hice fue llorar. No lograba separar que tenía que salvar a mi nieta aunque cayera mi hija presa. Eso es muy, muy difícil, porque no se lo deseo a nadie", comenta.

Desde agosto, esta abuela no mantiene relación con su hija. "No me habla. No me ha permitido nunca volver a ver a mi nieta. La separó de la familia desde el primer momento que yo me acerqué al oficial de Menores. Desde el 28 de agosto prohibió también que sus hermanos (tíos de la niña) vieran a la niña si no es en presencia de ella. No podemos traerla a la casa. Es algo típico de un abusador. La niña no tiene papá y yo he estado pendiente de ella siempre y ahora, desde hace tres meses, no me permite ver a la niña. Está muy delgadita, muy triste".

El sábado 21 de noviembre la niña iba con otro familiar y la abuela se la encontró en la calle. Esta persona le permitió cogerla en brazos y darle unos besos. "Fue desgarrador verla así, tan delgadita, tan triste y no poder hacer nada", dice con la voz entrecortada.

Ella siente que las instituciones cubanas, la Fiscalía de Caibarién y los Juzgados, le han fallado desde el momento en que no llevaron a la niña a hacerle el peritaje en Medicina Legal porque no tenían carro.

En la Fiscalía de Caibarién el funcionario Oscar García le prometió que iba a investigar al oficial de Menores que no había atendido la denuncia, pero sus palabras no sirven de nada porque el caso ha sido archivado.

En estos momento, la abuela de la menor está esperando la respuesta de la Fiscalía General de la República y la que le den del Cenesex, en La Habana, para ver el camino que toma el proceso de comunicación de los abuelos.

A pesar de todo lo ocurrido, ella confía en que se investigue el caso. "Hay veces que se trabaja muy mal, pero los niños merecen que se les dediquen toda la atención y en La Habana me han atendido complemente diferente a como me atendieron en mi municipio y en mi provincia. Tengo la esperanza de que sí se resuelva y que la niña se ponga a salvo", concluyó.

El caso de esta abuela no es la primera denuncia que llega a CiberCuba y que pone en evidencia la pereza con que las autoridades cubanas investigan los temas relacionados con abusos sexuales.

Ocurrió en septiembre pasado cuando una madre denunció que su hija, menor de edad, había sido violada por una manada de seis hombres y la Policía Nacional Revolucionaria los dejó en libertad. Sólo los envió a prisión cuando este diario publicó una entrevista con la madre denunciando la injusticia.

Algo similar le pasó al padre de una menor de edad que denuncia haber sufrido abusos sexuales por parte de su padrastro durante años. También en este caso, el agresor quedó en libertad con una multa de mil pesos.

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Tania Costa

(La Habana, 1973) vive en España. Ha dirigido el periódico español El Faro de Melilla y FaroTV Melilla. Fue jefa de la edición murciana de 20 minutos y asesora de Comunicación de la Vicepresidencia del Gobierno de Murcia (España)


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