La economía cubana se contrajo un 11 por ciento en 2020 debido a la pandemia, las sanciones estadounidenses e ineficiencias internas, dijo este jueves el ministro de Economía, Alejandro Gil, en un discurso durante el sexto periodo ordinario de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
El funcionario aseguró que la economía estatal tardará en recuperarse los próximos dos años, dada la fuerte bajada del PIB en 20020 y puntualizó que la mayor contracción se produjo en el segundo trimestre de este año, periodo en el que comenzó la aplicación de las medidas sanitarias, higiénicas y epidemiológicas para el enfrentamiento a la pandemia de coronavirus.
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De paso, el ministro aprovechó para corregir los datos oficiales del año anterior: según las estadísticas gubernamentales, en 2019 el PIB cubano disminuyó un 0.2% con respecto a 2018.
“La economía había alcanzado un crecimiento de 2.2 en 2018 y creció los dos primeros trimestres de 2019, encaminado también a un año de crecimiento. Sin embargo, a partir del segundo semestre de 2019 se produjo una disminución de los niveles de actividad, provocando una ligera contracción al cierre del año (1.7%), bastante poco para la agresión que nos impusieron”, apuntó Gil Fernández.
La estimación del Gobierno sobre el 2020 fue más negativa que la difundida por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que esta semana pronosticó una contracción del 8,5 por ciento para Cuba este año, en comparación con un declive regional del 7,7 por ciento.
En octubre, la CEPAL también dijo que estimaba la caída de las remesas a Cuba en un 15 por ciento.
"Este año 2020 hemos recibido el 55 por ciento de la divisa que teníamos prevista en el plan", dijo Gil, quien no ofreció otros datos sobre deuda, comercio o cuenta corriente.
A principios de esta semana, el ministro dijo ante una comisión del parlamento que las importaciones habían bajado un 30 por ciento en comparación con el año pasado.
La isla importa más del 50 por ciento de su combustible, alimentos y muchos otros insumos y esta disminución, que se suma a una caída del 15 por ciento en 2019, ha causado escasez y largas colas incluso para los productos básicos, incluyendo alimentos y medicinas.
Gil apuntó que una recuperación gradual comenzaría en 2021, principalmente con un aumento del 50 por ciento en el turismo, con la llegada aproximada de 2,2 millones de visitantes, en comparación con los 4 millones en 2019, mientras se realiza una reforma monetaria que implica la depreciación del peso cubano y la subsiguiente reestructuración de la economía que traerá severos efectos sociales.
El funcionario también señaló señaló que la recuperación de la actividad productiva “está en dependencia de la evolución y el control de la pandemia, así como del cumplimiento de las estimaciones en sectores claves como el turismo y las exportaciones”.
Al respecto, recordó que el escenario económico en el que se elabora el plan económico para 2021 continúa matizado por la incertidumbre asociada a la evolución de la pandemia y sus graves impactos en la economía mundial.
Durante su intervención, Gil Fernández informó que Cuba solo recibió el 55% de la divisa prevista y ejecutó apenas el 60% de las importaciones.
También presentó como logros gubernamentales “cómo hemos podido mantener los recursos vitales, no ha habido apagones, no se han cerrado escuelas, hospitales ni centros científicos”.
Entre los nuevos retos económicos que debe afrontar el régimen, el ministro mencionó mantener bajo control la inflación y los precios en el sector estatal y no estatal; incentivar la generación de nuevos empleos fundamentales en la actividad productiva, mediante el desarrollo local; priorizar la recuperación del turismo, e incrementar las ventas de las entidades nacionales a la Zona Especial del Mariel, aún muy por debajo de las necesidades.
Igualmente, dijo, será imprescindible incrementar la participación de la industria nacional como proveedor de las ventas minoristas y mayoristas en divisas.
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