WASHINGTON (Reuters) - El Congreso de Estados Unidos se disponía a aprobar el lunes un paquete de ayuda por el coronavirus de 900.000 millones de dólares que buscará estimular a una economía golpeada por la pandemia, después de siete meses de pulso partidista sobre los contenidos de la iniciativa.
El proyecto de ley, que cuenta con el apoyo de la Casa Blanca, incluirá pagos de 600 dólares para la mayoría de los estadounidenses, así como abonos adicionales para personas que se quedaron sin empleo durante la pandemia del COVID-19, justo cuando una ronda mayor de beneficios expirará el sábado.
"Espero que el dinero esté fuera a principios de la próxima semana, 2.400 dólares para una familia de cuatro", dijo el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, a CNBC, en referencia al pago que recibirá la mayoría de la gente.
La legislación expandirá, asimismo, un programa de préstamos para pequeñas empresas y canalizará el dinero a escuelas, aerolíneas, sistemas de tránsito y distribución de vacunas.
El paquete de estímulo, la primera ayuda aprobada por el Congreso desde marzo, llega en un momento en que la pandemia se acelera en Estados Unidos, infectando a más de 214.000 personas al día y ralentizando la recuperación económica. Más de 317.000 estadounidenses han muerto hasta la fecha.
El pacto, ultimado en una inusual sesión de fin de semana en el Congreso, omite las cuestiones más espinosas, como el deseo de los republicanos de un escudo de responsabilidad que proteja a los negocios de demandas relacionadas con el coronavirus y la solicitud demócrata de más financiación para gobiernos estatales y locales con problemas de caja.
Una disputa de última hora sobre los programas de préstamos de emergencia administrados por la Reserva Federal también quedó resuelta en la noche del sábado.
La medida está muy por debajo de los 3 billones de dólares pedidos en el proyecto que aprobó la Cámara de Representantes -bajo control demócrata- en mayo, y que fue ignorado por el Senado, en manos republicanas.
La presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, abrió el debate sobre la versión pactada vaticinando una rápida aprobación el lunes y calificándola como "un buen proyecto bipartidista".
Pese a todo, cargó contra los republicanos por bloquear una inyección mayor de fondos federales para los gobiernos estatales y locales cuyos ingresos se han reducido durante la pandemia, incluso pese a que se enfrentan a exigencias inusuales sobre sus trabajadores de salud pública y sus servicios de emergencia.
"Es un gran error", dijo Pelosi, agregando que "¿cómo es que solo tenemos 160.000 millones de dólares para (gobiernos) estatales y locales pero nos estamos acercando a 1 billón" para un programa de préstamos y subsidios para pequeñas empresas, incluido dinero asignado más pronto en el año al Programa de Protección de Salarios.
El presidente electo, el demócrata Joe Biden, instó al Congreso a considerar más estímulos para que los convierta en ley cuando asuma el cargo el 20 de enero. "Mi mensaje para todos los que luchan en este momento es que la ayuda está en camino", dijo en un comunicado.
La medida de estímulo económico se adjuntará a un proyecto de ley de gastos más grande por 1,4 billones de dólares que financiará la actividad del Gobierno estadounidense hasta septiembre de 2021.
Si no se actúa antes de la medianoche (0500 GMT del martes), varias agencias federales se quedarán sin dinero y tendrán que empezar a dar de baja temporalmente a sus trabajadores y reducir sus programas.
(Reporte adicional de Susan Heavey y David Brunnstrom; editado en español por Carlos Serrano).
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